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< Akiraka pov >

Todo había pasado tan rápido, sentí casi perder la conciencia, pero decidí estabilizarme, no podía dejar a mi amado sólo, no cometería el mismo error otra vez.

En un descuido, cuando Daniell pareció desestabilizarse, divisé cerca del mueble de donde estaba recostado, un espejo de tamaño medio, por lo que no dudé en tomarlo con mis manos temblorosas y estamparlo en la cabeza del azabache, percibiendo como mi amado se tranformaba nuevamente, no dudé en tomarlo entre mis brazos y escapar descuidadamente del lugar, impulsandome por el suelo y clavandome unos cuantos cristales, pero no eran la mayor de mis preocupaciones.

Había perdido mucha sangre ya que, cuando Daniell se alejó, me provocó un corte a causa del impacto, me desangre por unos buenos 2 minutos hasta que logré regenerarme por completo. Ahora sólo deseaba llegar a casa, y arreglar todo esto.

— Tú... Eres mi prioridad.—sonreí, derrepente tosiendo, sintiendo un hilo de sangre escaparse de mis labios, secándolo con descuido.— Primero a tí que a nada.—besé su frente, escalando entre los árboles y saltando entre ellos algo desorientado, pero de igual forma logré llegar a casa.

Al llegar dejé a mi amado en el suelo cuidadosamente, antes de caer de bruces, sintiendo como mi garganta ardía, era de las pocas zonas que aún conservaba mi sensibilidad... Dolía.

Sentí a mi acomodarme en el sofá, sólo pude tomar su mano y mirarlo a los ojos apenado mientras veía como se autolesionaba, ofreciéndome su sangre. Intentando protestar, intenté abrir la boca para hablar pero... Era como si mi voz no existiera. No podía... Mi voz...

Tomé el brazo de mi amado con cuidado, lamiendo la sangre que brotaba con cuidado, bebiendo de esa forma. No quería lastimarlo, por lo que me alimente de esa forma hasta que gracias a mi saliva su herida sanó, y le asentí en forma de agradecimiento.

«Tendríamos que... Ir al hospital, para revisar tu estado, ya que no tengo mucha experiencia con ello, estarías mejor en ese lugar que aquí conmigo.» pensé, esperando que lo oyese, observándolo con una sonrisa apenada mientras acariciaba su mejilla. «Perdóname, Alexander, todo esto fue gracias a mí, yo... No te merezco.» sentí un nudo en mi garganta, soltando un suspiro. «Te amo.»

< Alexander pov >

Todo fue muy rápido y confuso, estaba tan aterrado como preocupado.

Apenas habíamos llegado a casa Akiraka pareció haberse desmayado, lo recosté cuidadosamente en un sofá y le ofrecí de mi sangre...Al principio se resignó pero terminó debiendo hasta que mi herida cicatrizó.

Se le veía horrible, su garganta estaba destrozada... realmente destrozada.

- Hey... yo estaré bien. Lo que más me preocupa aquí eres tú... Además...No creo que para los humanos sea normal ver a un chico de diecisiete años embarazado....- murmuré riendo levemente para después besar su frente sintiendo como acariciaba mi mejilla, tomé su mano con cuidado, estaba tan frío.

- H-Hey...N-No. no te atrevas a pensar algo como eso - Murmuré tomando con fuerza su mano y sintiendo como lágrimas empezaban a escapar de mis ojos. Besé sus labios al oír su "Te amo", Sentí algo doler en mi interior. Corrí hacía el baño a buscar un botiquín de primeros auxilios y volví a la sala preparado. Ordené y preparé todo para que él estuviese cómodo y empecé a tratar y curar la herida de su cuello con cuidado.

- Sabes que no podemos ir a un hospital por tí... pero intentaré hacer lo mejor que pueda - Murmuré sollozando y sonriéndole tristemente mientras vendaba cuidadosamente su cuello para después quitar los trozos de vidrio y espejo que se había enterrado.

Entre la traición y la lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora