Daniell:
Mucho tiempo pensando, es el tiempo en lo que había invertido toda esa tranquilidad que me había invadido luego de sacarme ese peso que sucumbia desde mi pasado encima de mí, ahora Marco estando a mi lado, y Akiraka y Alexander, felices, con su primera hija, Alicai.
Suspiré de solo pensarlo, mirando mis dedos, recordando como Marco tomó mi anillo ese día y lo lanzó hacia su padre con desprecio. Desde ese día, buscaba una buena forma de volver a proponer nuestro matrimonio, de forma más... Presentable, siendo yo esta vez quién se atreva, aunque me había conmovido bastante lo que había ocurrido, ahora sólo esperaba que todo fuese mejor.
Hijos... ¿había pensado en ello? Era cierto que Marco podía concibirlos, pero... No sabía si ser padre me afectaría de forma positiva o negativa. Sólo esperaba, de todos modos cuando ese momento se acerque, hacerlo bien, y cuidar a mi amado y a mi cachorro.
Eso era lo que esperaba, sí.
Me acaricié las sienes con las yemas de los dedos, levantándome del sofá para dirigirme escaleras arriba, pues mi estómago había comenzado a rugir, Marco no había salido de la habitación en todo el día y pretendía sacarlo aunque sea para que me haga compañía en el almuerzo, o al menos, sacarlo a comer algo, que a veces le sentaba bien salir a tomar aire.
Me encaminé hasta la puerta, tocando con gentileza y suavidad.— mi amor, ¿está todo bien?—le dije en un suave tono, esperando su respuesta. Últimamente, había sentido que necesitaba más espacio, y bueno, sólo podía hacer caso a esos pensamientos, que por algo se instruían en mi mente si no.
Marco:
Había pasado tiempo, tanto tanto tiempo, un pacífico y tranquilo tiempo...Las cosas iban muy bien, incluso Daniell se había reconciliado con Alexander y Akiraka lo cual era sorprendente ya que bueno.... tenían un odio y recelo justificado, pero todo aquello se había arreglado hasta el grado de que nos concideracemos familia oficialmente.
Desde ese día...Me había sentido más débil e intranquilo, desanimado incluso lo cual no era sano ni para mí ni para Daniell por lo que...Solo intentaba fingir con tranquilidad, intentaba aparentar que todo estaba bien aún si no lo estaba. Me sentía culpable, demasiado culpable y miserable...el ver a Alexander y a Akiraka con su bebé, el ver la felicidad y reacciones de Daniell al tener a esa pequeña en sus brazos aún permanecían en mi memoria, torturándome ya que yo no podría cumplir con eso.
No podría darle cachorros o al menos...No cachorros normales ya que yo de por sí ni siquiera soy puro, no podría resultar bien una mezcla de nosotros...Mucho menos teniendo a Baltazar como parte de nuestro árbol genealógico. De todos modos...Aquel pensamiento de tener cachorros siempre estaba presente en mi mente y me torturaba.
Me dolía demasiado el no ser capaz o decepcionarlos a ambos.
Había pasado todo el día en posición fetal en nuestra cama pensando en aquello, en mis defectos e imposibilidades, en mi pasado.En el daño que podía llegar a hacerle a Daniell, en cosas terribles que no quería que pasasen o también...en cosas que no pasarían.
Me alerté y cubrí con las sábanas y mantas al notar como tocaban la puerta, oí la voz de Daniell y me mantuve callado, por mucho que quisiese estar a su lado no podía ya que...si se acercaba demasiado se metería en mi cabeza y descubriría mis preocupaciones, descubriría lo asustado que estaba por fallarle.
« Normalmente...En momentos como estos en el pasado un buen poco de droga, sexo y alcohol lo hubiesen solucionado todo » Pensé tocando mis muñecas y mi vientre con preocupación. « Ahora ni la muerte podría calmar este dolor » pensé haciéndome bolita en la cama mientras empezaba a llorar.
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Entre la traición y la lujuria.
ParanormalLa brisa resonaba en sus oídos. Tranquilo. Sereno. Muchos sinónimos que parecían encajar de la misma forma en cuanto a la forma en la que podía describir el ambiente. Se sentía bien. Respiró el aire, con esa sensación de paz en su interior, mientr...