< Akiraka pov >
— Mhm...—solté un suspiro, sintiendo su boquita ceñirse sobre mi cuello. Acaricié suavemente su piel, sintiendo mi transformación volverme de vuelta a mi forma humana. No estaba ciertamente acostumbrado a mi forma vampírica, me traía recuerdos que prefería no volver a recordar, y también por lo acostumbrado que estaba de mantenerme entre los humanos con esta apariencia, incluso hacía que me sintiese... Vivo.
— Bueno, tomaré la responsabilidad de lo que he hecho.—suspiré, algo culpable. Sin previo aviso, comencé a sentir como un hilo cálido recorría mi pierna, y tuve que sostener cuidadosamente a Alexander para observar de qué se trataba.
— Hmh, te dije que te haría daño.—cerré los ojos, no queriendo continuar viendo esa escena, pues lastimarlo no estaba si quiera en mi lista de cosas que quería compartir con él. Me incorporé levemente, cargando su blanquecino y sudoroso cuerpo entre mis brazos, al estilo nupcial, y caminé hasta el cuarto de baño.
— ¿Quieres que me siente en la tina contigo o lo hago desde fuera?—acaricié su mejilla sonrojada, ciertamente me sentía algo cohibido. No sabía que me depararían todos estos actos, aunque realmente no le tomaba importancia, lo único que quería era tenerlo a mi lado.
< Alexander pov >
- Hmmm...- tras marcarlo otra vez me alejé de su cuello para poder besarlo levemente, noté como se transformó, volviendo su apariencia "humana". No pude evitar quedarme embobado observándolo, fuese como fuese, humano o chupasangre, seguía siendo Akiraka.
- ¿ Incluso... matrimonio ?- pregunté en un susurro, más para mi que para él. Noté su mirada desviarse y como notó un delgado hilo carmesí correr por su pierna, me sostuvo con cuidado para apreciarlo mejor.
- No...no importa... Además... creí que te gustaría probar mi sangre... lamerla - murmuré avergonzado mirándolo atentamente. Derrepente me cargó con delicadeza para llevarme al baño.
- Me.... gustaría que nos bañasemos juntos, claro, si quieres - murmuré avergonzado .
< Akiraka pov >
Sonreí ante su pequeño beso, pasando mis dedos por sus mejillas, acariciando, y deleitandome un poco con la calidez que me proporcionaban.
— Mhm... ¿Porqué no?—le sonreí de forma tranquila, ante su comentario sobre el matrimonio.— en mis 619 años nunca me había casado.—lo miré, un poco divertido, suponiendo que le sorprenderían mis años de antigüedad.
— Sí, me gustaría, pero no podría hacerlo. Nunca he probado una sangre como la tuya, si lo hago creo que me quedaría borracho de sed.—me lami los labios levemente, observando las marcas que había dejado en su cuello, y recordando el momento en el que le había incado mis colmillos, listo para drenar la sangre fuera de su cuerpo, pero por alguna razón no lo hice. No quería verlo como una fuente de alimento, aunque ciertamente, verlo hacía que mi estómago rugiese.
— Era mi idea, sentado aquí solito, podría ser mas doloroso para tu pequeño cuerpo.—besé su frente de forma casta, y estiré una de mis manos hasta la llave del agua, dejando que la tina se inunde con la misma. Esperé hasta cierto punto, en donde el agua ya estaba casi rebosando, y fue cuando me introduci lentamente, con cuidado de no resbalarme o hacer caer a Alexander de mis brazos.
Me senté de un solo movimiento, colocando al pelinegro de horcajadas sobre mi cuerpo, sintiendo el agua destensar todo mi cuerpo.— ¿Te encuentras bien de esa forma?—lo observé atentamente. El agua comenzaba a teñirse a causa de su sangre, y pensé en la posibilidad de drenar la tina luego de habernos aseado para enjuagarnos.
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Entre la traición y la lujuria.
ParanormalLa brisa resonaba en sus oídos. Tranquilo. Sereno. Muchos sinónimos que parecían encajar de la misma forma en cuanto a la forma en la que podía describir el ambiente. Se sentía bien. Respiró el aire, con esa sensación de paz en su interior, mientr...