28

489 32 0
                                    

Mientras tanto Jade ya había sido dada de alta del hospital y su padre conducía hasta la casa de Silvia para que ella se hiciera cargo de la gótica, en cuanto llegaron, el mismo llevo la maleta de Jade hasta la entrada donde Silvia los recibió como si nada hubiera ocurrido.

— Si vuelves a ponerle un dedo encima te demandaré. — Exclamó el con la misma seriedad de siempre.

— Siempre es bueno verte John — Exclamó ella con una risa burlona — Y déjame decirte que tú eres el único responsable por la homosexualidad de tu hija. Tienes suerte de que esté aquí para reparar tus malditos errores.

Jade se quedó callada y John también lo hizo, el simplemente se dio la media vuelta, miró a su hija una última vez y caminó hasta el auto sin despedirse. Al mirar a Jade, Silvia se burló y sin importarle sus fracturas, la dejo con la maleta en el suelo. Ella sola se las arreglo para cargarla y llegar hasta su habitación, en donde prendió el aire acondicionado  como de costumbre, tranco la puerta y comenzó a buscar algunas de sus cosas alrededor del cuarto, saco una gran maleta que guardaba justo debajo de su cama, enseguida, comenzó a guardar casi todo lo que quedaba en su habitación.

— Olvide que mi chaqueta la tiene Tori — Exclamo para sí misma después de haber perdido varios minutos buscándola, suspiro, y con ayuda de una se sus muletas, busco una llave que guardaba arriba de su closet, en cuanto cayo, se agacho lo más que pudo para levantarla (considerando su costilla fracturada) y abrió una pequeña cajita que guardaba en un pequeño agujero que había en su pared y que estaba cubierto con un poster viejo de Avril Lavigne. De donde saco algunos billetes, un viejo teléfono celular y un par de collares, ella guardo todo muy bien en su maleta, volvió a esconderla bajo su cama y entro al baño para marcarle a Cat (El de ella y el de Beck eran los únicos números registrados en ese celular)

— ¿Holis? — Ella atendió muy rápidamente.

— Cat, escúchame con atención, no tengo mucho tiempo. – Exclamó mientras se fijaba por la ventana, asegurándose de que su madre continuara en el jardín

— Oh por Dios Jade — Grito felizmente — ¿Cómo estás?

— Concéntrate, necesito que me digas en donde estas exactamente y con quien.

— Hm – Ella mira a su alrededor – Estoy con Beck y Robbie, cerca de la calle Osborne

— Genial, necesito que pasen por mi – Ella salió para su habitación al notar que su madre no se veía por la ventana – Te mandare el plan de escape por mensaje, los veo aquí en veinte minutos.

— Okis – Ella sonrió.

— Cat.

— ¿Si?

— No le digas a Tori de esto. — Suspiró — Mientras menos gente lo sepa mejor.

— ¿Estas segura?

— Adiós Cat – Ella colgó el teléfono y rápidamente se dejó caer sobre la cama para hacerse la dormida en lo que Silvia entró y la observó. En cuanto salió ella aprovechó para mandarles el texto a los chicos quienes llegaron ahí en menos de veinte minutos.
Tal y como Jade ordenó, la pelirroja toco la puerta delantera y distrajo a Silvia el tiempo suficiente para que Beck y Robbie pudieran escabullirse dentro de la casa y ayudar a Jade con sus cosas.

– ¿Porque no puedo verla? — Preguntó Cat inocentemente

– Jade esta castigada – Dijo la señora de mala gana — ¿Estas sorda o algo niña?

– Juro que solo será un minuto.

– Olvídalo

— No lo entiendo — Ella la miró confundida — ¿Qué es eso tan malo que hizo Jade?

En tu planeta me quedeWhere stories live. Discover now