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— Vamos Jade, solo dime que ocurre — Ella la siguió hasta las mesas del patio —  ¿Porque estas tan molesta?

— No estoy molesta — Jade dejo caer su bolso, después tomo asiento

— Esa es tu cara de molesta

— Solo estoy cansada — Añadió mientras sacaba su almuerzo — No he dormido bien los últimos dos días

— ¿Porque?

— ¿Para que quieres saber? ¿No te basta con tus propios problemas?

— Yo no tengo problemas, al menos ya no — Cat suspiro mientras tomaba asiento frente a Jade, quien sostenía su burrito con brusquedad — Vamos, puedes confiar en mi.

— Bien — Jade volteo para todos lados, asegurándose de que nadie más pudiera escuchar la conversación — Pero no le puedes decir a nadie, especialmente a Tori.

— ¿Es algo malo? — Pregunto la pelirroja con miedo de escuchar la información que la gótica estaba a punto de proporcionarle

— Un poco — Suspiró con tristeza — Bueno, tal vez mucho... la verdad es que no lo se.

— Solo cuéntame — Cat tomo su mano tratando de calmar los evidentes nervios en su amiga — Prometo no decirle a nadie.

— ¿Ni siquiera a Tori?

— Ni siquiera a Tori — Afirmo.

— Bien — Ella asintió con seriedad — ¿Recuerdas toda la mierda que pase con Silvia?

— ¿Tu madre?

— Si, mi madre

— Lo recuerdo.

—¿Que pensarías de mi si considero darle otra oportunidad?

— ¿Otra oportunidad para vivir con ella?

— No, jamas volvería a esa casa — Contestó con rapidez — Me refiero a convivir, no lo se, tal vez visitarla, hablarle de vez en cuando, ver como está.

— Oh pues, si es algo que quieres hacer, no veo cual sea el problema. Siempre y cuando te acepte y no quiera volver a golpearte.

— No creo que pueda hacerlo — Ella se encogió de hombros — Pronto estará tan débil como un anciano.

— ¿Ahora de que hablas?

— Eso es lo malo del asunto — Exclamó con desgano mirando a Cat con tristeza — Silvia reapareció en mi vida únicamente para decirme que tiene cancer de hígado, está en etapa avanzada. No me dio muchos detalles pero se que el tratamiento que eligió es muy agresivo así que probablemente quede calva.

— Jade, lo siento mucho — Con mucha seriedad, Cat apretó un poco más la mano de Jade, tratando de darle consuelo

— Dios — Ella se quedo atónita por unos segundos — Mi madre tiene cancer — Finalmente dejó salir una risa burlona.

— ¿Tu madre? — Pregunto Beck, quien iba llegando al lugar donde las chicas almorzaban

— Me gustaría que no se lo menciones a nadie — Ella asintió con seriedad — Ni siquiera Tori lo sabe

— Bien — Beck la miro fijamente mientras tomaba asiento junto a ellas — Pero si necesitas cualquier cosa y consideres que pueda ayudarte solo dímelo Jade, siempre podrás contar conmigo

— ¿Ayudarme? Por favor, al menos que tengas la maldita cura no puedes hacer nada por mi — Ella se puso de pie, tratando de restarle importancia al asunto — Igual no es la gran cosa, a cualquier persona puede darle cancer ¿cierto Cat?

En tu planeta me quedeWhere stories live. Discover now