En tu planeta me quede

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— ¿Sabes que pude haber tomado un taxi e ir al hospital para que no te dieras la vuelta? — Dijo con una sonrisa, para después plantarle un beso en los labios.

— Prometí que pasaría por ti — Ella la tomó de la cintura, rodeándola en un abrazo.

— Tengo algo que te gustará — Con mucha emoción, Tori comenzó a esculcar su mochila, sacando una caja con un trozo de lasaña. — La conseguí en la cafetería, era el último pedazo.

— Oh Tori — Dijo con seriedad, tomando aquella pequeña caja y mirándola fijamente — No te hubieras molestado.

— No te ves emocionada.

— No, si lo estoy — Dijo rápidamente — Lo lamentó, pero comí algo en la escuela y en estos momentos me siento satisfecha.

— Oh .. Está bien, supongo que debí de haberte preguntado antes. — Dijo con algo de decepción.

— Al menos ya no tendré que preocuparme por la cena — Ella esbozo media sonrisa, guardando aquel envase en su mochila. — ¿Y bien? — Preguntó, cambiando completamente el tema

— ¿Y bien? — Preguntó confundida

— Tor, sabes de que hablo. — Suspiró — ¿Cuando me dirás como te fue en el examen?

— Jade, eso no es importante en estos momentos.

— ¿No es importante? — Preguntó con algo de molestia — Por supuesto que es importante. — Dijo elevando el tono de su voz — Ese resultado va a definir nuestra relación los próximos cinco años.

— Lo se — Ella bajo la mirada, al notar la molestia en Jade. — Lo siento.

— Necesito saber Tor — Dijo dulcemente, acercándose a Tori y tomando su mano — Necesito que lo digas.

— Yo — Tartamudeó — Lo logré, conseguí una de las cinco becas que otorgaban. — Ante esta respuesta, Jade bajo la mirada, aunque trató de ocultar su tristeza dándole un beso en la mejilla a Tori y abrazándose de ella.

— Eso es fantástico cariño, estoy orgullosa de ti — Murmuró, mas el nudo en su garganta no le permitió continuar

— Estaremos bien Jade. — Susurró sin separarse de aquel abrazo, que resultó ser muy reconfortante para ambas — ¿Verdad? — Ante el silencio de Jade, Tori suspiró — Ahora yo necesito que lo digas.

— Estaremos bien Tor. — Dijo después de un momento, separándose de ella.

— Se que tienes que ir con Elizabeth — Murmuro, haciendo que Jade posara su vista sobre ella — Pero tengo que ir con Helen para que firme unos papeles cuanto antes y después ir a las oficinas de correo para mandarlos a Francia antes de que termine el día. Si quieres podemos vernos en el hospital y tomar un café o ..

— Te acompañaré a la escuela — Interrumpió rápidamente

— ¿Estas segura? Porque no quiero que lo hagas por obligación o ..

— De todas formas tengo que llamar a la grúa para que lleven mi auto al taller. — Ella asintió, sacando su teléfono para llamar otro taxi, mientras Tori, de manera burlona, detuvo uno que pasaba por ahí.

— Tienes que estar bromeando.

— Después de todo no necesitarás llamar a la grúa cariño — Tori y Jade miraban sorprendidas como Thomas se encontraba arreglando el coche de Jade.

— Jade, novia — Saludo Thomas, lanzándoles apenas una mirada a las chicas.

— ¿Que crees qué haces Dorian? — Preguntó Jade sin soltar la mano de Tori, quien sonreía burlonamente ante la escena.

— Arreglando tu auto — Contesto, limpiándose las manos con un trapo, mientras se acercaba a ambas chicas.

— No tienes porque hacerlo.

— Claro que tengo que hacerlo. – Sonrió —  Mi abuelo tiene un taller y me ha enseñado mucho sobre autos, en cuanto vi el humo salir de tu cofre supe exactamente qué sucedía con el.

— Aún así — Se quejó — No tienes porque ..

— Mi abuelo también me ha enseñado qué siempre hay que ayudar a quien lo necesité, estoy seguro de que estaría muy decepcionado de mi si se enterara que vi esto y no hice nada por ayudarte — Interrumpió con una sonrisa — Así que mientras comías robe tus llaves para arreglarlo.

— Y te lo agradecemos mucho Thomas — Dijo Tori con una sonrisa, al notar la expresión molesta de Jade, soltando su mano y acercándose a ella — ¿Quieres quedarte aquí con Thomas cariño? — Preguntó, captando la atención de Jade, quien volteó a verla confundida.

— ¿Quedarme con Thomas?

— En lo que voy con Helen — Sonrió — Para que puedan hablar sobre el auto en lo que hago mis trámites.

— Oh, si, claro — Contestó aún confundida — Enseguida te alcanzó Tor.

— Genial — Ella sonrió nuevamente, despidiéndose de ambos, mientras entraba al edificio.

— Ella es realmente agradable — Dijo el, sin quitar la vista del interior del coche.

— Esto no es gracioso. — Ella se acercó a Thomas, mirando también hacia el cofre de su auto. — Tienes que dejar de hacer cosas por mi.

— No lo hago por ti – Explico con seriedad, logrando que Jade volteara hacia el — Lo hago por mi.

— ¿Lo haces por ti? — Se burló Jade, haciendo que Thomas sonriera — ¿Y como es que esto te beneficia? — Preguntó sin recibir respuesta de inmediato, Thomas se limitó a cerrar el coche, y subir al asiento de piloto para arrancarlo, sacándole una sonrisa a Jade.

— Ahí está, libre de humo — Contestó el, en cuanto bajo, sacando la cajetilla de cigarros de su bolsillo y ofreciéndole uno a Jade

— No me has contestado Dorian. — Preguntó en cuanto lo tomó. — ¿Como es que esto te beneficia?

— Me beneficia porque al menos puedo verte sonreír. — Dijo, utilizando su encendedor para prender el cigarro de Jade.

— Thomas yo ... — Ella bajo la mirada, sintiéndose algo culpable ante esta declaración.

— Lo se, y no tienes que preocuparte — Encendió su cigarro — Entiendo lo especial que es Tori, y dije que me alejaría de ti. ¿Lo recuerdas?.

— Lo recuerdo.

— Lamentó si te ofendí arreglando tu auto y también lamento haberte contado otra historia sobre mi abuelo. — El comenzó a guardar sus herramientas en el compartimiento de su moto, que seguía junto al coche de Jade.

— ¿De verdad te estás disculpando por esto? — Se burló — Yo soy la que lamenta que perdieras tu cita con Dove y su aroma Chanel.

— Esto es más divertido. — Dijo mientras se colocaba su chaqueta — Ademas, no me gustan los perfumes de Chanel.

— ¿Cuáles te gustan?

— La vie est belle — Sonrio, haciendo referencia al perfume que Jade solía utilizar en su día a día, logrando sacarle otra sonrisa.

— Tengo que irme — Finalmente, Jade sacó algo de su mochila y se acercó a Thomas para guardárselo en la chaqueta. — Gracias por lo del coche — Ella dio unos pasos hacia atrás, sin despegar su mirada de la del atractivo muchacho — Hiciste un gran trabajo. — Ella se dio media vuelta y comenzó a avanzar,

— Aguarda — Añadió, logrando que Jade se detuviera al instante y volteara nuevamente — Olvidas tus llaves. — Se acercó para entregárselas.

— Gracias Dorian — Ella sonrió burlonamente, dándose media vuelta y continuar con su camino, mientras fumaba su cigarro. Thomas, quien la miraba alejarse, finalmente sacó de su chaqueta un billete de cien dólares que Jade le había dejado por su trabajo en el coche.