En tu planeta me quede

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— ¿Estas segura de esto?

— Ya no estoy segura de nada.

— Detente, no debemos de  hacerlo  — Ella se alejo rápidamente — No quiero que creas que no tomo enserio tus peticiones. Yo te respeto Jade.

— No tienes ni idea de cuánto quiero esto — Ella toco su rostro con amor — Aun así, tienes razón Tor. No debemos.

— Lamento haber seguido el beso.

— Lamento haberlo iniciado — Ella bajo la mirada, mientras acomodaba su blusa — Amiga

— Por favor no me llames así

Jade no dijo nada mas, toco el hombro de Tori con amor y recogió su bolso del suelo

— Supongo que es hora de ir a clase — Ella comenzó a caminar tristemente hacia la puerta

— Espera — Tori tomo su brazo, la volteo hacia ella y la beso. Jade volvió a dejar caer su mochila, comenzó a acariciar a Tori con ternura mientras continuaba con aquel apasionado beso, las chicas no se separaban mas que para tomar aire, no querían que aquel momento terminara, sin embargo y para su mala suerte, Vince, el nuevo prefecto, las encontró.

— No deberían de estar haciendo esto, este armario es un área restringida

— lo sentimos — Tori tartamudeo con preocupación

— Ya estábamos por irnos — Jade levanto su mochila del piso, luego sonrió hacia Tori y estiro su mano para tomar la de su compañera — ¿Vienes Tor?

— Por supuesto — Tori también sonrió, tomo la mano de Jade con una sonrisa estupida y comenzó a dar unos pasos hacia la entrada

— Espero verla en el entrenamiento hoy, señorita Vega.

— Oh, no creo poder asistir señor, tengo...

— Su compañera si tiene las faltas justificadas, en cambio usted — Interrumpió el con un tono de voz molesto — Tendré que llamar a sus padres si no se presenta nuevamente.
— Ahí estaremos — Exclamó Jade con frialdad — Vamos Tor, Sikowitz nos espera — Ella continuó su camino, aún tomada de la mano de Tori.

— Es tan bueno volver a verlas así — Exclamó Trina con tono burlón — Saliendo a escondidas de ese espantoso armario y tomadas de la mano.

— Relájate Trina, no es lo que crees

— ¿Entonces no son pareja de nuevo? — Beck también se acerco y abrazo a Trina — Es un poco confuso

— Ni que lo digas

— Vayan a clases chicos, si no tendré que reportarlos a todos — Vince salió del armario, Trina y Beck se miraron entre ellos y luego miraron a las chicas

— Enseguida — Todos comenzaron a caminar hasta su respectivo salón.

Después de ese día, más sesiones de besos no volvieron a surgir entre las chicas, quienes decidieron no hablar sobre eso por respeto a la señora.

— ¿Básicamente están esperando a que la señora muera para volver a estar juntas?

— ¡Trina! — Dijo Tori molesta — Por supuesto que no, nadie quiere que la señora muera. Todos los malditos días rezo para que sobreviva.

— ¿Entonces?

— No lo se — Ella cubrió su rostro con uno de los cojines del sofá — No tengo ni la mas minima idea, solo se que no puedo evitar pensar en Jade — Ella arrojo el cojín — Siempre me pareció la mujer mas bella de todo el universo, jamas creí que lograría estar con ella y cuando sucedió, me jure a mi misma nunca dejarla ir. Pero ahora, todo lo que me queda es tenerla unos cuantos minutos en un espantoso armario.

— Lo siento mucho Tori — Trina se sentó a su lado y miro la pared — Se cuanto luchaste para que estuvieran juntas.

— ¿Porque a la gente le es tan difícil aceptar esta clase de amor?

— Porque la gente es estupida, aun la gente que esta muriendo lo es.

— Trina, eso es muy cruel.

— Es la verdad hermana, aunque no generalizó, ella si es estupida. No entiendo porque, aun en su lecho de muerte, esa señora no quiere que su única hija sea una persona feliz.

— Dios — Tori suspiró, Trina la abrazó, pero el timbre comenzó a soñar y ella rápidamente se puso de pie para subir las escaleras — ¿No ibas a atender?

— No — Trina gritó, luego azoto la puerta,

— Gracias hermana — Tori negó con la cabeza y rápidamente se puso de pie para recibir a las visitas. Al ver que Jade era la que estaba del otro lado, su cara se tornó a una de felicidad.

— Hola cariño — Dijo la gótica, también con una gran sonrisa

— Jade hola — Ella se acercó sorprendida, sin quitar la sonrisa de enamorada — ¿Que haces aquí?

— Yo, no tengo idea — Ella entro a la casa y se quedo parada frente la latina — Supongo que, necesitaba verte y...

— ¿Y? — Tori preguntó después de una larga pausa que la gótica había hecho, enseguida Jade se abalanzó sobre ella, comenzó a besarla en los labios. Ambas chicas, entre aquel beso, se abrieron camino hasta el sofá. Jade terminó encima de Tori, besándola aun más apasionadamente, poco les importaba que la mayor de las hermanas Vega, estaba a tan pocos metros de ellas o que sus padres podían llegar en cualquier momento.

— ¿Estás segura? — Preguntó Tori con un poco de miedo. Jade no se tomó un solo segundo para pensarlo, asintió

— ¿Tu estás segura? — Tori también asintió, enseguida y con una sonrisa, Jade comenzó a desabotonar la camiseta que su chica llevaba puesta, en cuanto terminó, colocó sus labios sobre el pecho de Tori, ahí fue cuando ella perdió el control, unos segundos después, la gótica ya recorría por completo las curvas de la morena. Jade recién comenzaba a desvestirse cuando su teléfono comenzó a soñar, ambas chicas se miraron y pararon aquel momento, Jade se fijó en el identificador y rápidamente su rostro se tornó a uno de preocupación.

— Me están llamando del hospital — Dijo con seriedad

— Oh por Dios — Tori se acomodó a su lado con mucha preocupación y miraba aquel teléfono que Jade sostenía entre sus manos sin saber que hacer.

—  No puedo contestar; No puedo hacer esto Tor. Por favor hazlo tu.
— Ja.. Jade — Ella tartamudeo — ¿Estás segura?
— Solo hazlo — Ella se lo entrego con un poco de brusquedad, Tori contesto casi de inmediato.

— Correcto, enseguida vamos — Ella dijo con calma después de unos segundos, en cuanto colgó el teléfono miro a Jade quien ya estaba hundida en lágrimas, Tori tomó su mano — Cariño — Ella se acercó con ternura y la abrazó — Llamaron por Elizabeth, al parecer está internada.

— ¿Elizabeth? — Jade preguntó mientras se limpiaba las lágrimas — ¿Que le ocurrió?

— No me dijeron mucho, solo que tenía heridas.

— Oh por Dios — Ella levantó enseguida, luego giró hacia Tori y acarició su rostro  — Tengo que irme Tori.

— por favor déjame acompañarte cariño. Quiero estar ahí por si necesitan algo.

— ¿De verdad quieres venir?— Ella sonrió cuando noto la preocupación en el rostro de Tori, quien asintió rápidamente — Bien, vamos.