Capitulo 4

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El lunes llego pronto. Me desperté temprano para prepararme y calmar los nervios, era mi primera entrevista de trabajo y no quería fallar. Había aceptado la oferta de los Stefanides y estaba emocionada.

Mi vestimenta consistía en un vestido negro ejecutivo de ZARA con una chaqueta a juego, los tacones de mi cumpleaños, mi cabello lacio y suelto por mi espalda y hombros.

Salí a la cocina y cuando mis padres me vieron se quedaron sin habla, mi papá fue el primero en reaccionar, me dio la vuelta, me abrazó y me dio animo, mi madre no se quedó atrás tenía los ojos llenos de lagrimas y me demostrándome cuan orgullosa estaba de mí.

Cuando llegue a la zona empresarial de Hato Rey, me dirigí al edificio de la empresa. Estacioné y fui a recepción; no me sorprendí al ver en la puerta a dos gigantes muy arreglado con trajes, recordándome la película Men in Black. El edificio estaba rodeado de seguridad desde el estacionamiento hasta el vestíbulo.

Observe el moderno Lobby con paredes laterales pintadas de blanco marfil. La pared del fondo de color negro con el nombre de la empresa en letras grandes; un salon muy limpio y pulcro, se notaba el toque de elegancia puesto en la decoración. Me presenté ante la chica del mostrador y ésta me indicó que tomará el ascensor hasta el décimo piso.
Salí del ascensor a un amplio pasillo con paredes blancas y negras, y decoración minimalista y moderna. Una mujer de unos treinta años estaba sentrada detrás de un enorme escritorio con una sonrisa amable y pulcamente vestida.

—Buenos días— saludó con cortesía.

—Buenos días—le respondí sonriendo—mi nombre es Artemis y vengo a ver al señor Stefanides—le dije nerviosa.

—Sí, te está esperando. Por este pasillo de frente la última puerta a la derecha—me indicó.

—Gracias—le contesté y seguí el camino.

Parada frente a la puerta lance una plegaria al cielo pidiéndole a todos los dioses no ponerme más nerviosa. Conté hasta diez, respire profundo y abrí la puerta cuando escuché el permiso.

         Llegué a mi casa pasadas las seis de la tarde; no solo me entrevisté,  sino también que el señor Stefanides me pidió que me quedara trabajando para ir familiarizándome con las tareas que tenía que hacer y adelantar algo de trabajo

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Llegué a mi casa pasadas las seis de la tarde; no solo me entrevisté, sino también que el señor Stefanides me pidió que me quedara trabajando para ir familiarizándome con las tareas que tenía que hacer y adelantar algo de trabajo. Pasé el día como en una nube: primero estaba nerviosa, quería parecer todo lo profesional que se pudiera; Después a medida que pasaban las horas y entendía todo lo que se me explicaba, me emocioné bastante y gane confianza.

Al final de la jornada había adelantado mucho trabajo y según las palabras de mi nuevo jefe, era una asistente muy eficiente y de rápido aprendizaje. Sí, no era un puesto de ejecutiva o administradora pero para empezar estaba más que bien, me brindaban muchos beneficios, el sueldo era bastante bueno y ganaría mucha experiencia. Estaba dispuesta a da todo de mi para pasar los tres mese de probatoria que tenia.

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora