Capítulo 51

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Pero ahora ya no hay nada...ahora ya solo hay vacío.

No pienses así.

—Algo así no, Artie, tú que no viste como te miraba Dorian con Rainbow en sus brazos y escuchaste sus palabras. No me extrañaría que pronto haya otro miembro en nuestra familia.

—Andrea tiene razón hija.—Concordó mi madre.

Me quedé en silencio y sostuve a mi sobrina en brazos.

Rainbow era una niña preciosa. Sus ojos siempre abiertos y alertas. Me dediqué a mirar su carita. Tan pequeña y perfecta. Abrazarla, hacia que mi corazón se llenara de amor. Yo quería cuidar siempre de ella. Que supiera que su tía estaría ahí para ella. Amaba a mi sobrina, pero también tenía envidia de mi hermana.

Quería tener a mi bebé en brazos, olerlo, acariciarlo y arruyarlo. Alimentarlo y velar su sueño.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Esos deseos se veían imposibles para mí.

No es imposible.

Si lo es. Él hombre que amo ya no quiere ni verme. Quiero tener los bebés de Dorian, de nadie más que él. Pero él no me ama.

¿Te darás por vencida? Querer es poder.

—Ya no importa, él se fue.—Dije.

—¿Quién se fue?—Preguntó mi hermana.

Al parecer lo dije en voz baja. Todas me miraron y sentí como temblaba mi barbilla.

¡Dios! No permitas que me derrumbe aquí. No frente a ellas.

—¿Artemis?

Mi pecho quemó y mis lágrimas se agruparon en mis ojos. No podía hablar. Mi garganta tenía un nudo y debía controlarme para no llorar.

—Hija, ¿Estas bien?—Pregjnto mi madre preocupada.

Rehuí su mirada y volví a mirar a mi sobrina, fue un error. Mi vista se nubló. Recordé la cara de fascinación de mi esposo cuando la tenía en brazos.

Negué con la cabeza y perdí el control. Mis lagrima salieron a rodar su camino por mis mejillas.

—¿Artie, que pasa?

Le pasé la niña a su madre y limpié mi cara con la mano.

Ahora tendrás que decirles. Ellas saben que algo pasa.

Lo sabía.

—Dorian se fue.—Dije con la voz rota.

—¿Se fue? ¿A dónde?

—¿Cómo que se fue?

Respiré profundo.

—Tuvimos una discusión hace unos días—Omití la razón, no quería más malos entendidos.—Le dije algo que no debía y desde entonces no hablamos ni dormimos juntos. Hoy hizo el equipaje y se fue de viaje. Me enteré porque Jackie preparo su maleta mientras yo estaba en casa.

—¿Nunca te dijo a donde iba?

—¿Por qué discutieron?

—¿Qué pasó?

Muchas preguntas a la vez. Era complicado contestarlas.

—Artemis, cariño, es normal que las parejas discutan y se enojen.—Empezó mami Beta

—No te preocupes. Cuando regrese hablan y resuelven el problema.

—Beta tiene razón, hija. No te pongas así.

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora