Capítulo 35

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—Hija, Dios mío. No sabes lo agradecida que estoy de verte bien—Mami Beta miró mi rostro lleno de lágrimas, igual que el

—Mami...—Era todo lo que podía susurrar.

—Cuando llegamos y Adara nos dijo lo que pasó, no podíamos simplemente no venir a verte. Necesitaba ver con mis propios ojos que mi niña estaba bien. —Jorge mi padre dijo esas palabras en voz baja.

—Papi—Lo abracé y puse mi cabeza en su pecho. Mi papá siempre fue un hombre alto. Ya de adulta, seguía más alto que yo. También lloré en su pecho. Sentí el fuerte latido de su corazón en mi mejilla y la gratitud hacia Dios y hacia mis padres nunca sería olvidada.

Él, por su parte, me devolvió el abrazo apretándome a su cuerpo. Mi padre estaba sano y fuerte. Casarme con Dorian por eso no me hizo sentir tan culpable. Yo nunca me arrepentiría de casarme para que el abrazo de mi papá siempre se sintiera de esa forma.

—Estoy bien—les volví a decir cuando el abrazo terminó.

—Ahora lo vemos. Ya estamos más tranquilos.—Eso lo dijo mi mamá. Limpié mis lágrimas y sonreí. —Sin embargo, señorita, usted tiene cosas que contarnos— Desvió su mirada hacia Dorian—¿Este apuesto hombre es mi yerno?

Mi papá gruñó y miró enojado a Dorian que se mostraba satisfecho. Mi corazón empezó a latir desbocado y sentí miedo.

—Señor Jorge, señora Beta, un placer al fin conocerlos. Soy Dorian Zaba, quizás no se acuerden de mí...

—Si nos acordamos de usted, joven. Es el ahijado de Alexander.—Corroboró mi mamá.

—Así es señora.—Contestó Dorian.

—Eso a mi no importa, por mi usted puede ser el mismísimo príncipe de Inglaterra—Mi papá señaló a mi esposo—Se casó con mi hija sin mi consentimiento, eso no está bien en mi libro.

Mis cejas se alzaron hasta casi llegar a la raíz de mi cabello. Estaba casi en shock, no esperé esas palabras de mi papá.

—Papi...

—No. Artemis, te casaste sin decirnos nada, con un hombre que nadie conocía—no intenté recordarle que si lo conocíamos, estaba serio y no quería enojarlo—Eres mi hija, soy tu padre y ese joven y yo tendremos algunas palabras.

Bueno, ahí, eso sonaba feo. Hacía que me imaginara a mi papá arrastrando a Dorian hacia el patio para darle una golpiza o algo por el estilo. Miré a mi mamá en busca de ayuda, pero ella también se veía muy seria.

—Entiendo señor Jorge, yo en su lugar haría exactamente igual. Por favor, bajemos a la terraza y hablemos. Un poco de aire fresco le hará bien a Artemis.—Mis padres asintieron a la sugerencia de Dorian, estaba manejando las cosas mucho mejor que yo.

—Síganme—les dijo y se acercó a mí tendiendo su mano—Vamos amor.

Como en una nube lo seguí y mis padres iban detrás de nosotros.

En el exterior de la casa, tomamos haciento en la mesa con las vistas frontales de la ciudad. Era pasado el medio día y había un poco de brisa que minimizaba el calor.

Laurel se acercó y le pedimos unos refrigerios.

—En primera instancia, quiero darles la bienvenida a nuestro hogar—Dorian volvió a tomar la palabra y yo se lo agradecí. No sabía nada que decir. Me sentía intimidada, nerviosa y algo censurada. —Entiendo a la perfección su sentir y quiero dejarles saber que el único responsable de lo apresurado de la boda soy yo.

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora