Capítulo 17

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Estacióno mi auto y le entrego las llaves a la chica que estaciona. Un hombre con traje, deduzco que es parte de la seguridad, me abre la puerta y entro al agradable espacio del restaurante.
Le doy mi nombre al joven anfitrión y éste me guía por el pasillo hasta el área de las mesas.

Esta tarde me siento algo nerviosa, no es para menos; esta reunión es muy importante y quiero que todo salga bien.

En una de las mesas del medio veo a la persona con quien me encontraré y al verme sonríe. Una sonrisa que en vez de sentirla agradable, me pone los pelos de punta.

       —Buenas tardes Artemis—Me saluda con su ronca voz—Estas hermosa.
       —Gracias—le digo de poco agrado mientras me siento frente a él. Se que  hoy me veo bien. Cambié mis pantalones vaqueros por un vestido floral de Carolina Herrera; mis zapatos planos, por unos tacones y la cola de caballo fue sustituida por un desordenado moño en lo alto de mi cabeza.

       —Después de tu abrupta salida de mi oficina ayer, no pensé tener noticias tuyas tan rápido. Veo que pensaste las cosas. Eso me satisface—Su Maldita sonrisa arrogante vuelve a sus labios y quiero lanzarle el agua de la mesa a la  cara y largarme.
       —No te sientas tan importante Dorian. No estoy aquí por ti.
       —Sin embargo, aquí estas... en mi compañía.
       —Sabes por qué estoy aquí—comenté con un deje de fastidio en mi voz. Me molestaba que insinuara cosas que no eran. Estaba sentada en ese estúpido restaurante, soportando su ególatra presencia por una sola razón...mi familia.

       Después de ver cómo mi familia se sentaba a la mesa, sonrientes y habladores, yo no pude quedarme de brazos cruzados. No quiero que mi madre y hermana pierdan la sonrisa de sus labios por algo que yo puedo evitar.

Le escribí a Oriana, pidiendo el teléfono de su hermano y ella sin cuestionar nada me lo envió. Le agradecí y de inmediato le escribí al indeceable de Dorian por una reunión. Una hora después me contestó y hoy aquí estamos.

       —¿Lo se?
       —No te hagas el gracioso.
       —No me hago nada. Solo me pediste vernos, nunca dijiste la razón.
       ¡Rayos! Tenía toda la razón.
       —Eso es cierto, pero también es cierto que tienes una idea del por qué de esta reunión.
       —Agapi mou, soy un empresario, no un adivino e independientemente de que tengo una ligera sospecha, deseo que me saques de duda.

   Casi puse los ojos en blanco por su idiotez.

       Mi réplica fue interrumpida momentáneamente por el camarero se acercó a tomar nuestras órdenes. Ambos pedimos lo que queríamos y fuimos dejados solos.

       —¿Cuáles son esas sospechas?—pregunté solo para alargar lo inevitable.
       —Ah no, no, ni creas que te ayudaré. Tendrás que decirme.

       Respire hondo. Me estaba cansando de este juego. .

       —Viendo que no existe otra opción y que tú estás dispuesto,  he tomado la decisión de cumplir la cláusula—Lo mejor era ser honesta— Me casaré contigo Dorian—Pensé que al decir las palabras Dorian se reiría o al menos me diría algo sarcástico...pero no fue así, su expresión cambió y me miró serio y en silencio por unos minutos.

       —¿Por qué?—preguntó, a lo que hice silencio y mire hacia el lado—¿Cuál fue la razón de tu cambio de postura?
       —¿Importa?—pregunté a su vez.
       —Supongo que no si el resultado será el mismo. Solo tengo curiosidad...no eres tan dócil y hasta donde sé Alexander no ha hablado contigo.
       —Tienes razón. Mi padre no sabe que tengo conocimiento de la situación. También tienes razón en que no soy dócil y por eso es que tengo algunas condiciones.

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora