Capítulo 33

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       —Artemis...

—Estoy bien.

—Deja que el médico te revise.

—Dorian, por favor, estoy bien. No pasó nada.—Acabamos de tener un pequeño accidente. Mientras veníamos desde la fundación, el auto fue impactado en la parte de atrás por un chico pasado de copas que no bajó la velocidad y tampoco vio que el semáforo estaba en rojo.

—Me sentiría más tranquilo, por favor.

El golpe fue fuerte, por suerte tenía el sinturon de seguridad, de lo contrarió, ambos habríamos salidos espedidos hacia el frente. Yo me habría golpeado mucho más, puesto que estaba sentada en el asiento de en medio. Dorian, detrás de Josh al menos tenía la protección del asiento delantero, pero yo habría salido expulsada por el parabrisas. Recordé la película The Vows con Channing Tatum, esa donde la chica sale por el cristal y pierde la memoria. Me estremecí, gracias a Dios tenía el sinturon.

Tuvimos que esperar a que llegara la policia y se hiciera cargo. Nosotros estábamos bien, solo nuestro auto quedó sin baúl, pues esa parte quedó sumida hacia dentro por el impacto y el otro coche estaba casi metido ahí. El chico no tuvo tanta suerte, no tenía el cinturón puesto y se había golpeado mucho. La bolsa de aire lo ayudó a evitar más daño, pero cuando lo sacaron del amasijo que era su auto, estaba muy ensangrentado e inconsciente.

Sentí pena, no se veía bien y esperaba que se recuperara y no estuviera en peligro. Josh llamó a emergencias y ahora estábamos rodeados de patrullas policiales, ambulancias, grúas, personas mirando y muchos flashes de cámaras digitales.

Dorian insistía en que fuera revisada pero yo no lo creía necesario. No me había pasado nada, solo un poco de escozor en el pecho pero estaba segura que fue por el Cinturón.

—Dorian...

—Disculpe señor, su chofer me dice que su esposa debe ser revisada.

Un paramedico joven y atractivo nos interrumpió. ¡Maldito Josh y su boca! No quería tener que ir al hospital. Realmente me sentía bien.

—No se preocupe, estoy bien.—le dije con una sonrisa.

—Insisto que sea revisada.—Volvió a la carga mi esposo con energías renovadas.

—Tenía el cinturón puesto.—dije poniendo mis ojos en blanco.

—Eso no garantiza nada señora. No tiene heridas visibles, pero podría tener alguna contusión interna—Mientras el chico hablaba, la cara de Dorian se transformaba y yo quería matar al hombre por abrir su boca inteligente y darle ideas a mi esposo. Ya veía en su cara que ahora nadie me salvaría de esa Maldita e innecesaria revisión.

—Por favor, haga su trabajo y asegúrese de que mi esposa está bien.

Enojada y en contra de mi voluntad fui hacia el camión de la ambulancia y me senté dentro con Dorian Justo a fuera mirando todo como un halcón.

—Muy bien señora, la palparé y usted me diré si siento algo.—dijo el chico.

Asentí de mala gana.

Cuando su mano tocó mi pecho más arriba de mis senos, casi en mi cuello, solté un gemido de dolor. El ardor se incrementó y no pude evitar una mueca de dolor.

—Creo que el cinturón le hizo daño. Tendremos que cortar su ropa para ver bien que tiene ahí y llevarla al hospital.

No dije nada. Estaba sorprendida. Si, me dolía pero no pensaba que fuera para llegar al extremo de cortar la ropa.

Casada Con El Enemigo ©️ +18 CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora