Regresé a casa y me dirigí directamente a mi cama. Había salido hacia la oficina y no pude llegar. El día siguiente a la fiesta de Cumpleaños, después de tener una noche agitada, tórrida y de mucha pasión, con mi esposo, que me dejó agotada, desperté con un malestar horrible. Me perdí la cita con la doctora y no me presenté en la fundación, pensé que me había excedido con el champán y los cócteles, pero hoy, tres dias después me sentía peor.
Ayer logré trabajar todo el turno en la oficina y fue a duras penas. A base de agua mineral y antiácidos. Por suerte, Dorian tuvo que viajar a Detroit por un problema en el trabajo y no tenía día de regreso en la semana. Si hubiera estado en casa ya me habría arrastrado al hospital. No me gustan los hospitales.
A nadie le gustan. Los hospitales son para sanar no para irse de vacaciones.
Ni modo, pero a mí en particular me agradan menos que a otras personas.
Los niños le tiene miedos a las jeringas y a los dentistas, pero tú eres una mujer adulta.
Claro, como tú no tuviste que sufrir un dolor por apendicitis y estar una semana en una cama de hospital, obvio que no entenderás.
Eso pasó hace un siglo. Supéralo.
¡No me da la gana de superarlo! Y ya déjame. Me siento horrible.
Me había arrasado a mi cama sin siquiera de darme un baño. estaba peor y solo quería descansar un poco. Tampoco comí nada sólido y caí rendida. Esta mañana se supondría que estuviera mejor, sin embargo, mi cuerpo se negaba a cooperar, por eso, le pedí a Josh que me devolviera a la casa y estaba entrando a mi habitación para tumbarme en el suave y confortable colchón de mi cama.
Abrí la puerta y el ruido hizo que Jackie, quien limpiaba los cristales de la ventana de espaldas a mí, se volviera en la dirección donde me encontraba.
—Señora Artemis, ¿Olvidó alg... —No terminó su pregunta porque al verme exclamó—¡Ay! ¡Esta blanca como un papel! ¿Se encuentra bien?
—Me cansada y tengo el estomago revuelto. —dijo dejándome caer en la cama.
—Usted no comió nada ayer, señora. Le traeré un caldo calentito que la mejorará. —salió del cuarto y yo cerré los ojos
Al rato, cuando Jackie regresó con un tazón humentate, aún no me había movido de
donde caí en primer lugar.Me senté para tomar la bandeja, pero mi móvil sonó en mi bolso.
—Disculpa Jackie, ponla aquí, déjame contestarle a Dorian.—Le pedí que pusiera la bandeja a mi lado en la cama mientras le contestaba a mi esposo, pues el tono del móvil era el que le había puesto a su número. —Hola. —Contesté en voz baja. Al parecer me levante muy bruscamente, puesto que me sentía mareada.
—Hola, Cariño. Te extraño.—Dijo al contestar.
Mi amado esposo.—También te extraño.—Confesé. Me sentía físicamente mal y me hacía falta. —¿Cuándo regresas? —Cuando pensé en preguntar no tenía la intención de que mi voz sonara tan rota.
—¿Esta todo bien? —Preguntó mi perspicaz esposo.
—Si, mi amor, no te preocupes.
—¿Segura?
Solté una risita por su interrogatorio. A veces era un poco exagerado.
Y tú una mentirosa. No te encuentras bien y le mientes.
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Casada Con El Enemigo ©️ +18 Completa
DiversosNo se porque demonios siento un tremecimiento en todo el cuerpo. Él no debería hacerme sentir así. ¡Demonios! No quiero sentirme así con él. Pero que va, la vida no es perfecta y aquí estoy; haciéndome gelatina en los brazos de un hombre al que det...