Altagracia: ¿¿Mo...Mónica es... es tu hija??.... – su cara se puso pálida y la expresión de sorpresa invadió completamente su rostro – responde ... ¿Como que Mónica es tu hija? - no podía creer que eso fuera cierto, se negaba a creerlo – no, no, esto no puede ser posible... dime que no es cierto, ¡LÁZARO DIME! – le decía con desesperación mientras llevaba sus manos a su cabeza y caminaba de un lado a otro dentro de la oficina tratando de comprender que pasaba y evitando que sus lágrimas cayeran.
Lázaro: Altagracia ... es cierto Mónica es mi hija y tú sabes bien que es lo que eso significa – Altagracia cayo de sopetón en su asiento y seguía sin creer que eso fuera una realidad, mientras Mónica estaba confundida sin entender que era lo que estaba sucediendo entre su padre y esa mujer.
Altagracia: No, no, no puede ser cierto – decía entre sollozos, las lágrimas que había evitado derramar ya estaban recorriendo sus mejillas, pero se puso de pie y le recrimino a Lázaro - te quieres vengar de mi verdad, eso es... dime que es una PUTA VENGANZA, DÍMELO – esto ultimo lo grito bastante exaltada, se sentía terrible porque se le vino a la mente todo lo que tenía planeado hacer en contra de Mónica y las veces que en este poco tiempo la había maldecido por quitarle a Saúl, no se resignaba a creer que esa muchachita que un día considero una amiga y confidente hoy era su hija, esa niña que un día creyó muerta pero que al saberla viva la comenzó a buscar por cielo mar y tierra.
Mónica: Me pueden explicar de que están hablando, ¿por qué le sorprende tanto que sea mi papa?, ¿de dónde se conocen? y ¿de qué venganza están hablando? no se queden callados díganme. - Mónica se exaltó un poco al ver que ambos guardaban silencio, Altagracia seguía dando vueltas por la oficina y Lázaro pensaba en que decirle a su hija o como sacarla de ahí antes de que supiera la verdad, esa verdad que por tanto años le habían ocultado.
Lázaro: Hija lo mejor es que no vayamos
Mónica: No papá, quiero saber – dirigió su mirada a su padre, pero de inmediato la fijo en Altagracia quien caminaba de un lado a otro de la oficina en shock, mientras su lagrimas seguían cayendo, lo cual tenía muy desconcertada a Mónica.
Lázaro: Mónica lo mejor es que nos vayamos, yo vine solo a decirle a esta señora que no debió haberte tratado de la forma en que lo hizo la otra noche, pero ya lo hice así que podemos irnos – Altagracia lo miro esperando ver que más le decía y que reacción tenía Mónica al oírlo, pero esta lo miro con incredulidad.
Mónica: Eso no te lo creo... no soy ninguna estúpida y si fuera como tú dices ella estaría molesta pero no sorprendida y mucho menos llorando solo por saber que soy hija tuya, la conozco y sé que no se dejaría ver así por algo tan insignificante, además te dijo que te querías vengar... - todo lo que dijo, lo hizo con su mirada puesta en Lázaro pero de reojo observaba como Altagracia la mirada con sorpresa es incluso con cierta ternura lo cual le extraño, pero tenía razón ya que Altagracia se conmovió al oír a su hija decir que la conocía, eso significaba que le tenía cierto aprecio aun sin saber que era su madre. Mónica al ver que ninguno hablaba siguió insistiendo - me explican ahora o yo buscare la manera de enterarme de todo... y les juro que lo haré.
Lázaro: Mo... Mónica yo ...
Altagracia: Tu nada Lázaro, yo le diré lo que quiere saber... - Lázaro la fulmino con la mirada y la interrumpió de inmediato.
Lázaro: No, tu no le dirás nada... ella no merece saber la verdad
Altagracia: Claro... Ella no merece la verdad, pero yo si merezco sufrir callándola – estaba dolida y profundamente enojada con esta situación, realmente tenía una mezcla bastante grande de sentimientos en su interior – No, eso no sucederá, así que te callas y me dejas hablar... tranquilo que aún no le diré la parte que te deja mal parado a ti, porque me imagino que eso es lo que te preocupa realmente.
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Nada es Eterno - COMPLETA
FanfictionDicen que en la vida nada es eterno, que todo tiene su final... pero ¿¡esto será totalmente cierto!? Hay personas y amores que se vuelven eternos en nuestros corazones, así como también lo hacen ciertos episodios de nuestras vidas que nos persiguen...