Capítulo 82 - Arrepentido

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Saúl POV

Despierto y estoy amarrado a una silla en la mitad de una sala oscura, maloliente y solitaria. Trato de moverme pero al hacerlo, todo me duele ya que mientras estaba inconsciente me golpearon mucho.

Estoy tratando de entender porque estoy aquí, quién me trajo y porque demonios están haciendo esto, pero la verdad no se me ocurre quien puede ser. Me duele estar aquí no tanto por el dolor físico y la tortura, si no porque no se si podre salir de aquí para ver los rostros de mis hijos, ver el nacimiento de los gemelos o volver a besar a mi hermosa mujer. Se que esta enojada pero la amo y quiero seguir luchando por ella aunque si sigo aquí no podré continuar con mi propósito.

Altagracia, solo ese nombre se aparece en mi cabeza a cada momento. No puedo dejar de pensar en la mujer que me hace feliz, que me llena en todos los aspectos de mi vida, esa mujer que hace latir mi corazón de una manera grandiosa. Cuando la tengo cerca creo que puedo morir de tanta emoción que me provoca, pero al estar lejos de ella también siento que muero por no poder ver sus ojos, oír su risa, no sentir su aroma o besar sus hermosos labios, esos que con un solo roce son capaces de devolverme la vida.

No me doy cuenta cuando rompo en un llanto silencioso pero potente, me duele esta incertidumbre, quisiera regresar el tiempo y evitar todo el daño que le he causado, pero ya es muy tarde, hay cosas que nunca se podrán remediar... solo dios sabe cuánto la amo y cuanto me arrepiento de todo lo que ha sucedido, se que soy un idiota, un imbécil que no la supo valorar cuando debía... Día a día lucho por ganarme su confianza y su amor. Se bien que me perdonó pero yo no me puedo perdonar porque al verla y notar ese amor tan grande que siente por nuestros hijos, su hija y por mi me doy cuenta de que es una mujer excepcional, siento que no la merezco. Cada vez que derrama una lágrima me arrepiento de mis actos pero ya nada puedo hacer, ahora sólo debo concentrarme en salir de aquí para volver a casa y seguir trabajando para ser el mejor hombre, marido y padre.

Estoy sumido en mis pensamientos cuando siento que la puerta se abre, de inmediato ingresa una mujer. La veo de pies a cabeza y lo que vi me sorprendió.

Saúl: ¿Liliana? - mire a la mujer que tenía en frente y no podía creer que fuera capaz de tanto - tú definitivamente estas loca, no tienes límites.

Liliana: tu me obligaste. Tu y tu rechazo me orillan a cometer locuras

Saúl: no trates de justificarte con estupideces. Primero secuestra a una niña y ahora a mi. ¿Qué pretendes con todo esto? - no pude evitar gritarle, necesitaba entender que buscaba con todo esto

Liliana: ¿de verdad no te lo imaginas? - me pregunto como si fuese la cosa más obvia del mundo, y en parte lo es. Se que es lo que busca pero no pienso ceder, no dejaré a mi familia por nada del mundo. - te quiero a ti, quiero ser tu mujer... ¿Acaso no lo entiendes?

Saúl: yo pienso dejar a mi mujer, prometí amarla, respetarla y estar junto a ella siempre, hasta que la muerte nos separé... La amo y eso no lo podrás cambiar - Liliana iba a decir algo pero una persona ingresó a la sala y nos interrumpió...

X: pues la muerte de tu querida esposa está muy cerca, que no te quepa duda de eso - dijo con una sonrisa burlona mientras le hacía un gesto a Liliana quien le entregó un celular. - ahora mismo empezará el fin de tu mujer, juro que de esta no se salva o dejo de llamarme Rafael Cabral.

Saúl: a mi mujer no le tocas ni un solo pelo me escuchaste - el muy infeliz se carcajeo y rápidamente me dio un golpe en el abdomen - ¿por qué no me sueltas y arreglamos esto como verdaderos hombres?

Rafael: no, porque me sirves más así como estás... Te quiero de carnada - se dio media vuelta y marcó un número en su celular, al cabo de unos segundo le contestaron.

Nada es Eterno - COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora