Capítulo 38 - Sorpresas

786 53 7
                                    

Casa Sandoval:

Una semana después del rescate

Mónica: ¡Mamá! Mamita... - corrió hacia mí y me abrazó efusivamente y yo no pude evitar hacer una mueca de dolor - ¿Estás bien?, ¿te duele algo?...

Altagracia: pequeñas punzadas, pero nada tan terrible... - volvió a darme un abrazo, pero esta vez con mayor suavidad y yo besé tiernamente su cabeza.

Mónica: Dios casi me muero... Nunca más nos hagas esto, te extrañe mucho, si yo lo hice no me imagino mis hermanitos - no pude evitar derramar lágrimas al oír las palabras de mi hija, la amo tanto, quizás más de lo que un día pude imaginarme... Pensar que durante el embarazo creía que nunca la podría amar y véanme ahora... Soy una madre feliz y orgullosa.

Altagracia: ¡yo también los extrañe mucho a los tres mi amor! Pero ya estoy aquí y no me iré. - Saúl posó sus manos en mis hombros y besó mi mejilla.

Saúl: ¿y a mí no me extrañaste? - todos los presentes soltaron una carcajada y yo me volteé lentamente y lo miré a los ojos.

Altagracia: ¡mmmm no mucho! - abrió los ojos y me miró con sorpresa.

Saúl: ¿segura? Yo podría apostar que me extrañaste demasiado - beso mis labios dulcemente y acercó su boca a mi oído - segura que no extrañaste mis besos y mis caricias... Al menos yo si... Quiero hacerte el amor en este mismo instante - podría jurar que todos escucharon y no pude evitar sonrojarme. - ¿la Doña se sonrojó? No lo puedo creer.

Altagracia: cállate idiota, no me hagas reír - todos reían y yo por más que trataba contener la risa no podía.

Regina: hermana creo que debes recostarte un momento.

Mónica: si mamá, mi tía tiene razón debes descansar. - Saúl me miró y asintió al igual que ellas y yo rodé los ojos al ver su insistencia.

Altagracia: estuve una semana en una cama... Ya estoy harta, les prometo que estaré tranquila en el sofá, pero a una cama no ¿ok?

Todos: ¡cómo diga usted Doña! - me reí y caminé hasta el sofá donde estaban mis suegros y mi sobrina.

Altagracia: ¡Isabelita podrías traer a tus primos, quiero ver a mis pequeños, los extraño mucho!

Isabela: ¡claro tía voy enseguida!

Mónica: ¡yo te acompaño prima! - ambas subieron a la habitación de mis angelitos... Ya quiero verlos, fue una semana sin poder abrazarlos y besarlos... Desde que nacieron no he pasado más de 8 horas sin verlos, una semana fue una eternidad para mí.

Azucena: los extrañaste mucho ¿verdad?

Altagracia: demasiado, mis pequeñines me hicieron mucha falta...

Jaime: y como no si nunca te has despegado de ellos... Bueno quién no, mis nietos son bellísimos. - en eso llegaron Mónica e Isabela con los niños en brazos

Altagracia: hola hermosuras, ya llegó mamá... ¿Cómo se portó papá? - ambos fruncieron el ceño y luego sonrieron - ¿papá es feo verdad? - los niños seguían riendo y Saúl se sentó a mi lado.

Saúl: ¡no le digas mentiras a nuestros hijos, ellos saben que tienen un padre hermoso!

Jaime: allá va otra vez, hijo tú no te cansas de ser egocéntrico ajajja

Nada es Eterno - COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora