Capítulo 14 - Atentado

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Altagracia POV:

Un pequeño dolor de cabeza junto a los rayos de sol que lograban entrar por mi ventana me despertaron, trataba de abrir mis ojos pero se me hacía muy difícil, sin duda estaba muy cansada, de repente siento una presión en mi vientre, miro y era Saúl que estaba abrazado a mí, no puedo decir que me disgusto porque al contrario fue muy lindo verlo así dormido y con sus manos en mi vientre... recordé todo lo que me dijo ayer, en especial lo que le dijo a los bebés, pero no puedo caer... debo ser fuerte, esta vez debo hacerlo por mis niños, lo amo demasiado pero no puedo volver con el así de fácil después de todo, tendrá que esforzarse.

Trato de moverme, pero no puedo de pronto se me viene a la mente Mónica, aún no puedo creer que les haya mentido a todos de esa manera, estoy segura de que Yesenia estuvo detrás de eso, ella no es así, lo sé... ahora más que nunca necesito hablar con ella y que me permita contarle la verdad, mi verdad... será difícil, pero debo hacerlo.

Estoy sumida en mis pensamientos cuando siento que Saúl se mueve y me aferra más a su cuerpo, yo lo miro y lo empujo fuertemente logrando que caiga de la cama ajajay se lo merece por imbécil, se levanta un poco desconcertado, lo miro y tiene los ojos hinchado y el cabello desordenado, se nota que anoche lloro y yo no me di cuenta.

Saúl: Buenos días hermosa, buenos días mis amores – acaricia mi vientre y trata de dejar un beso en mi mejilla, pero me alejo. – ¿por qué me tiraste de la cama? – por imbécil, encantador pero imbécil

Altagracia: Anoche te dije claramente que no te quería en mi cama y fue lo primero que hiciste. – con todas mis fuerzas contuve la risa y me hice la enojada, aunque por dentro estaba feliz por haber amanecido a su lado.

Saúl: Lo siento, pero no pude evitarlo, te veías tan linda así dormidita – me mira con esos ojos que me derriten, cabrón porque eres tan lindo - aparte dormí abrazando a mis hijos. – su rostro se ilumina de una manera espectacular cada vez que habla de sus hijos y eso me emociona, me alegra saber que está feliz con la idea de ser padre y el saber que mis hijos son muy amados.

Altagracia: Eres un baboso, ¿te puedes ir ahora? necesito arreglarme para ir a la clínica y tú me estas estorbando – me alejo de y voy a buscar mi ropa y todo lo que necesito antes de entrar a la ducha, debo sacarlo antes porque es muy capaz de entrar a la ducha conmigo y ahí si no se si pueda resistirme a caer en sus enredos otra vez.

Saúl: Veo que amanecimos de buen humor – rodee los ojos mientras él se reía.

Altagracia: Lárgate entonces... estúpido – le lancé una almohada y logré darle en la cara.

Saúl: ya, ya sin violencia por favor...- recogió la almohada y la puso sobre la cama - mis niños saldrán con un humor terrible – lo fulminé con la mirada y me fui al baño, ya no lo soportaba.

Altagracia: Mejor eso a que hereden el tuyo

Saúl: Mejor me voy, amaneciste insoportable y no quiero perder la paciencia antes de que seas mi esposa. – su esposa, definitivamente el golpe en la cabeza le afecto porque si lo amo, pero de ahí a casarnos.... Además, aun no se gana mi perdón, pero no sé qué tanto pueda resistir y mis niños no me ayudan mucho que digamos.

Altagracia: En tus sueños Saulito – le grito desde el baño.

Saúl: Te aseguro que no casaremos y seremos muy felices.

Altagracia: Termina de irte por favor.

Entre al baño me di una ducha rápida, salí y me termine de arreglar para poder ir a ver a mi hermana, llegue a la sala y vi una flor junto a una nota, era de Gustavo y me decía que se había adelantado al hospital para hablar con su amigo Alejandro sobre algunas cosas y que nos veíamos allá, termine de leerla y sonreí inconscientemente.

Nada es Eterno - COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora