Capítulo 25 - Madre e Hija

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Altagracia POV

Ver a Mónica parada frente a mí con lágrimas en los ojos y diciendo mamá, fue algo inexplicable, por un momento mi cuerpo se paralizo y mi vista se nublo debido a las lágrimas que invadieron mis ojos.

Altagracia: claro que podemos hablar solo permíteme llevar a los niños a su cuarto... - gire mi cuerpo con dirección a Saúl.

Saúl: no amor, no te preocupes yo me quedo con los niños aquí mientras se duermen completamente y ustedes pueden ir a conversar a tu habitación, así estarán más tranquilas – me regalo una hermosa sonrisa y me acerque para entregarle a Tasi.

Altagracia: gracias cariño, ten a Tasi... - le di un beso en los labios y caminé hacia Mónica - cualquier cosa me hablas y bajo si ... acompáñame – llegamos a la habitación y nos sentamos en la cama.

Mónica: bueno yo venía porque quería pedirte perdón

Altagracia: ¿perdón?

Mónica: si perdón, por todo lo que te he dicho, por no creerte, por tratar de quitarte a Saúl, por mentirles a ambos... sé muy bien que todo eso hizo que tu estuvieras meses lejos de él y Saúl lejos de sus hijos... sí me dices que no puedes perdonarme te comprenderé, pero de todo corazón perdóname mamá. – las lágrimas caían por las mejillas de ambas, me emocionaba mucho oírla decir esas cosas.

Altagracia: tú no tienes por qué pedirme perdón, al contrario, soy yo quien te lo pide a ti... yo tuve que buscar otra salida, quizás no luche lo suficiente por ti cuando sabía que estabas viva – Mónica me miro bastante extrañada por mis últimas palabras

Mónica: ¿cómo viva? – suspire y respire profundo.

Altagracia: dos años después de que te entregue a Lázaro él fue a buscarme y me dijo que tu habías muerto en un accidente y de paso me pidió dinero para su operación, yo claramente no le di dinero... pero mi corazón de partió en mil pedazos al saberte muerta, pero yo debí investigar, buscarte para asegurarme de que estabas muerta y no lo hice, de verdad perdóname chiquita – lleve mis manos a mi rostro y mi llanto era inevitable, mis ojos ardían por tantas lágrimas derramadas en tan poco tiempo.

Mónica: yo no tengo nada que perdonarte, tú eras una niña llena de dolor y miedo que hizo lo que creyó mejor para mí y para ti, y me duele mucho saber que yo te he lastimado todos estos meses, si yo hubiese escuchado tu verdad antes, si yo te hubiese dado la oportunidad, si me hubiese quedado con lo bueno que me diste y no con ese odio que me han inculcado desde pequeña, quizás todo sería distinto. – se acercó y tomé sus manos y las apreté fuertemente, mientras nuestras miradas se concretaron.

Altagracia: si algo me ha enseñado la vida es que todo pasa por algo y mira todo esto que vivimos solo nos hará más fuertes y lograra unirnos más... - le regale una sonrisa y ella me la correspondió, eso me dio fuerzas para seguir adelante con todo - yo te quiero pedir que desde hoy me permitas ser tu madre, si bien no podemos pretender tener una relación maravillosa de un día para otro, quiero intentarlo... déjame darte este amor que me he guardado por 20 años.

Mónica: tienes razón y claro que te doy esa oportunidad yo también quiero que me permitas ser tu hija, poder compartir con mis hermanitos y contigo, poder ser esa familia que siempre he anhelado. – se abalanzo a mis brazos y yo no dude ni un solo instante en corresponderle, ese abrazo lo anhele por años y al fin la tenía aquí conmigo.

Altagracia: ay mi amor, no sabes lo feliz que me hace tenerte aquí conmigo

Mónica: a mí también... - se separó del abrazo y me sonrió - te quiero decir que desde hoy viviré con lidia y margarita en otro departamento, no quiero seguir viviendo con mi pa... con Lázaro...

Nada es Eterno - COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora