Capítulo 24. Papá

525 89 31
                                    

Sobre el techo, está la lumbre de la curiosidad.

Quedé sentado frente al lapacho luego de que Ámbar se hubiera escapado de mis manos, Ketia y un grupo de chicas vinieron a su rescate, liberaron a los perdidos y los piedras rojas que estaban en el aire, dándome un golpe de humillación por haber perdido.

Conseguí rodear al lapacho con un sello gracias a la energía que me compartió Yeru, pero luego de eso, el hilo volvió a apagarse, ahora ¿Cómo Mierda hago para hablar con Zafiro?

Quizás mi única opción es buscar a Lior, y creo que lo haré, pues en verdad quiero saber de Yeru, y por sobretodo, entender bien eso de que seremos padres.

Me arrojo sobre el suelo y miro las hojas del lapacho. Las gotas de la lluvia hacen que se muevan, causando una sensación de paz. Si bien el frío está ganando y mi cuerpo ya está lleno de barro, aún así me siento cómodo, feliz, clamado.

Ver a Zafiro tranquilizó mi alma, pero me abrieron mil dudas. Estoy seguro que Etiel sabía que Ámbar vendría aquí, y de alguna manera alguien sabía lo que ocurriría aquí, no soy estúpido, es más, siempre me destaqué por percibir lo imperceptible, excepto con Dara, pero esa es otra historia. 

Me pongo de pié, y ahora con la ropa más pesada a causa de la lluvia y del barro, comienzo a caminar, levanto el estúpido tupper de Berenice y lo llevo al pie del lapacho, total, es allí donde quería dejarlo. 

Ahora, hay algo importante que debo hacer. Echo hilos de energía en el suelo, y busco a Ander, cuando lo meto en una bifurcación, lo veo realizando una especie de caja donde va cargando chocolates, ¡Gracias a Dios no me tocó hacer ese tipo de cosas con Zafiro!. 

  — ¿Por qué me metes en una bifurcación? ¿Que tal si estaba con tu hermana?— pregunta divertido.

— Creo que a partir de ahora te tendré en un bifurcación siempre— contesto de mala gana, hasta que recuerdo que tengo una noticia que me podrá a mí ante él como un esclavo a quien ratigar.  

Camino aún bajo la lluvia y llevo mi mano sobre mi pecho, no podré realizar saltos por un tiempo, así que es muy probable que tenga que caminar hasta la casa de Alex, y sí que está lejos de aquí, la otra opción es ir en bus, pero no tengo dinero alguno para ello. 

Me centro al fin en Ander de nuevo, mientras comienzo a trotar bajo la lluvia, por que debo apresurar mis pasos para llegar en cuanto antes junto a Hugo. 

  — Ander... ¿Que pasa cuando una Astram está embarazada?

— ¡Carajo!— grita y se levanta de la silla— Sabía que pasaría, es decir, debía pasar, ¿Pero tan pronto? Helios... ¿Tan pronto?

Suspiro, por que en verdad nos están moviendo como títeres, ¿Cómo que debía pasar? es decir, todo el mundo en verdad esperaba que Zafiro y yo concibiéramos, pero ¿Por qué? ¿Qué valor tenía el hacerlo? Mi felicidad se acaba de mezclar con decepción y confusión.

  —  No entiendo Ander...— digo frustrado cuando me refugio bajo el techo de una casa, el pecho aún me duele, la verdad que quisiera saltar, pero no me podría arriesgar, necesito de Ebe, para que me pueda ayudar. 

  — Ahora no importa ni media, ya lo hiciste, te acostaste con mi hermana, y serás padre, mi hermana será madre, y yo seré tío... ¡Que mierda! al menos un año, si tan sólo hubiera pasado un año más. 

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora