Dame una razón para continuar pensando en ti.
Tenía a Hugo en frente mirando a Dara con mucho rencor, mientras que yo apenas y la miraba, la rabia me consumía, y más, por que fui un idiota para confiar tantas cosas a esta chica, y ella usó todo lo que le enseñé para ir encontra mía, su cabeza está llena de bucles, que ni Saskia ni yo podemos deshacer. ¿Cómo Mierda lo hace?
Ella sonríe, triunfante, única, vestida de gloria en su sonrisa, como si esto fuera apenas un pequeño tropiezo en su gran plan. Sus ojos encienden fuego, el odio es palpable en toda la habitación, pues ella en verdad me detesta.
—¿No vas a preguntar nada?—Rompe el silencio Dara cuando Hugo alza los pies sobre una butaca.
Niego con la cabeza, mientras ella me sigue con los ojos, esperando atenta a que algo salga de mis labios, cual víbora escondida entre los matorrales, mi presencia la amenaza tanto, que tiene el veneno acumulado en su boca.
—¿Entonces tanto circo para mantenerme atada en una silla?—Se percibe su desesperación ante mi silencio y el de Hugo.
Para aumentar la tensión, estiro una silla y la pongo frente a ella, su rostro cambia de triunfo a enojo, como si tuviera derecho, luego de todo lo que hizo, luego de que arruinó mi equipo, y destruyó nuestra amistad.
Todo estaba tan bien, todo era perfecto, éramos novios, yo estaba decidido a olvidar a Zafiro, a soportar el odio de Gizah luego de que descubriera lo que pasó entre nosotros, pero Dara tuvo que llevarlo lejos, pidiéndome que deje a Zafiro, que sea más rápido en cuanto buscar la forma de romper el hilo que nos unía, en hablar sólo de ella, cómo si Zafiro fuera basura, se lo pedí mil veces, que dejáramos eso, pero sus celos enfermizos me obligaron a alejarme de una buena vez de Dara.
—¿qué eres Dara?—Pregunto acercandome más a ella cuando me reclino sobre mi cuerpo y la juzgo con la mirada.
—Tu peor pesadilla Anta—Escupe al fin con odio puro, que juro, si fuera tangible, correría mi rostro.
Hugo ríe a carcajadas luego de que Dara haya tirado semejante declaración, Se levanta de su asiento y tira la butaca donde tenía sus pies.
—La peor pesadilla de Helios Anta, en este momento es Amit, tú, Dará, eres una simple lagartija con ponzoña, pero eres la única que tiene suficiente conocimiento para que podamos entender que carajos está ocurriendo ahora. Y esa es la única razón por la que estas en esa silla.
—¿Y en verdad crees que te lo diré? —Dice riendo dejando entrever que está totalmente ofendida.
—No, pero estamos Seguros que encontraremos la forma de quitarte información.
Dara ríe divertida, cuando me levanto también de la silla y le ofrezco mi mirada de desprecio.
—¿Te duele Helios?—pregunta cuando estaba por retirarme de la sala—¿Te duele que yo sepa algo que tú no sabes? que de la nada tenga más respuestas que tú...
—No, no me duele, nada de eso, es más, ni me molesta... Pero me das asco, Dará, asco, por que simplemente, hiciste todo esto ¿Por qué me querías a mí en ti vida? Te quería, por que veía en ti amor propio, pero cuán equivocado estaban mis ojos, tú no te quieres, por que de ver así, no hubieras arruinado la vida de los demás, mi equipo seguiría unido...
—Y Zafiro con vida—de nuevo su carcajada se hace presente en la habitación.
—Juro, que me asegurare de evitar tu muerte el día del juicio Dara, por que lo único que me haría más feliz que verte pagar por tus atrocidades, sería condenarte a vagar en la nada, sola, y sin poder, por que te lo mereces.
Me retiro de la sala, por que mi corazón se ve contaminado a causa de Dara, y cuando cierro la puerta, puedo ver como las sombras de Hugo salen de su cuerpo, estás sí dan miedo, no son las manchas que estaba acostumbrado a ver, ahora tienen una forma tan humana que da escalofríos.
Cuando camino alejandome de la habitación, escucho los gritos de terror y dolor de Dara, por un lado aún siento ganas de protegerla, de evitar su dolor, pero la verdad es que este no es mi territorio, y que debo adaptarme a lo que los nemosorum tomen de política, si Dara no razona conmigo, lo hará con Hugo.
Suelto el aire contenido para luego apoyarme sobre la baranda que da al patio de la casa de Alex, ahora sé dónde se ocultan los nemosorum, a plena vista, ingenioso. Pero tarde, ahora no los atacaria, aún que yo no confío en ellos, por ello estoy sólo yo aquí, y todo mi equipo oculto.
Muchos nemosorum no se me pueden acercar, por que no tienen la «Inmunidad» de Hugo y su equipo principal, así como Ader, ella ha tenido que salir de la casa por mi causa.
Cuando levanto la vista mis ojos dan con Alex, quien trae un cigarrillo entre sus dedos, aún me pregunto cómo ella logra verse tan atractiva, femenina y sensual, debe ser que siempre tiene la cabeza erguida, y su actitud tan segura.
Le da una calada a su cigarrillo y entrecierra sus ojos al verme para luego dibujar una sensual sonrisa en sus labios, en definitiva, sus rasgos son un calco de Yeru, sólo que sus ojos claros y su cabello hacen que entienda que ella no es Zaf.
—¿Esos gritos son de Dara?—pregunta al ponerse de mi lado y apoyarse también por el barandal dejando que el humo de su cigarrillo llegue a mis fauces.
—Sí—respondo evitando mirarla.
—Ella no está aquí, si es eso lo que te preguntas.
La miro, con algo de enojo, por que tiene razón, mis ojos buscaban una señal en el horizonte, un poco de ella, una sombra, una aliento, un respiro.
Lo único que supe luego de la batalla es que estaba herida, y que se llevó a Bruno, más que eso Tamirá no podía decir, parecía que le dolía la vida al contarme eso.
—Está viva... si así se puede decir por Amit, y Bruno, también está bien.
—Te lo reportó Lior—Digo entre dientes odiando cada vez más el momento en que él se la llevó.
—Sí...—Da una calada a su cigarrillo, para luego poner una mano en mi hombro.—Deja de mirar en todas las direcciones, en verdad ella no está aquí.
— No me quites las esperanzas, al menos hazme creer que estamos en el mismo lugar.
—No te mereces sufrir así—Tira la colilla del cigarrillo para luego pizarlo y apagarlo— aunque muchos aquí quieren verte hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]
FantasíaLuego de la partida de Zafiro con Lior, Helios debe enfrentar el dolor que su corazón aqueja. Pero eso no es todo, ahora le toca volver al mando de los dominis, y fingir que nada ocurrió. La lucha entre los poderes se vuelve cada vez más clara, y...