Capítulo 2. Resaca Amorosa

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Dame un sólo motivo, y el mismo planeta lo voy a quemar.

Ella me volvía loco, su cuerpo era como el dulce veneno, su piel era tersa y fría, pero luego de un segundo se hacía completamente cálida.

Pero se fue con Lior, me dejó en medio de la nada, con Rebeca, y el corazón hecho Mierda.

Me levanto en plena madrugada y tremendo susto me pego al ver a Tamirá sentada al borde de mi cama, comiendo papas.

—¿Estás loca?—pregunto furioso— ¿Qué carajos haces?

—Viendo el espectáculo—Dice riendo—Es mejor que ponerme a buscar pornografía, tu cabeza recrea ese momento con datos tan precisos, ugff ya quisiera ser tú y tocar ese bello cuerpo, eres muy afortunado, esa niña tiene unos pechos hermosos y un trasero bien firme.

—Debería ponerte de nuevo un bucle y luego una orden de restricción.—Cuestiono con enojo.

Tamirá ríe, pero luego coloca una mano en mi regazo, su rostro se pone serio y ya me preparo para escuchar una mala noticia.

—Deja de sufrir—Dice—que no haya venido contigo no significa que no te quiera...

—¡Tamirá! por favor, no tienes idea de lo que esté dolor.

—Cómo si yo no fuera rechazada—Dice tirándose en mi cama—A tu hermana no le gusta las chicas pero vamos... no por eso dejaré de vivír, y a tú, tienes la suerte de que ella te ama... pero bueno, Yo venía por otra cosa. Vi algo, raro, hoy... y debía contartelo.

La miro mientras se acomoda en mi cama y su rostro es iluminado por la luz de la luna, sus ojos parecen temerosos por primera vez luego de mucho. Baja su pote de papas y me observa.

—Recuerdas que te comenté que no podía tener visiones—Yo afirmo, sí desde que Hiara apareció Tamirá prácticamente está bloqueada. —Pues estoy segura que acabó de tener una. Pero es muy extraño, es decir, por lo general veo patrones, posibilidades, pero esto era un hecho en concreto.

»Había un chico, es un auto... y lo que había alrededor Helios, lo que había alrededor no era de este tiempo, había autos evitando, letreros raros por todos lados, de la nada alguien atacó y tres chicas hermosas aparecieron y se enfrentaron a Lucía y Hiara, ambas parecían más viejas, fue extraño...

—¿No habrá sido un sueño?— pregunto.

Tamirá se muerde las uñas para levantarse de golpe de la cama.

—No, estoy segura que fue una visión.

—Pero aún no entiendo ¿ Qué es lo raro? tienes visiones siempre.

—No, Yo veo patrones, posibles caminos, nunca veo un verdadero hecho, y está vez fue así, y por otro lado nunca tuve un tipo de referencia tan lejano, lo más lejos que llegue a ver es de aquí a un año, pero ¿15? No.

La verdad que las palabras de Tamirá me sonaban a incoherencias y locura, así que no terminaba de comprender el problema.

Entrecierro mis ojos y pienso, intentando hacer sinapsis para dilucidar sus palabras, entender lo que está mal en el rompecabezas, pero no se me ocurre nada.

—HELIOS!—dice ella con enojo—La bóveda debería estar abierta, Te lo lo dijo Rebeca, tenemos dos años a lo sumo tres...o nos comenzaremos a pudrir...

—Sigo sin entender.

—Si en 15 años aún hay sombras, la bóveda está cerrada, o la volvieron a cerrar.

—El ciclo se repetirá—Digo en voz baja.

Luego de q je Zafiro se haya ido con Lior, Rebeca me entregó las piedras, y la tablilla, me explico que todo era una táctica para que nosotros tengamos la Tablilla.

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora