Capítulo 75. Y vuelo.

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Las luces en el cielo  hoy son señales del duro invierno que atraviesa mi corazón.  Después  de siglos te vuelvo a ver, y aún  así, por más que envuelva otras manos, mi Alma se derrite por ti, esto es demasiado, y no es suficiente  a la vez.

La palabra furia, es la única que me describe ahora, mi padre está  tan enojado como yo, y lo primero que  hizo al llegar fue detener la reunión y tomar Helios de los hombros, y con una simple mirada, le hizo entender que había asuntos  más  importantes.

El Anta dejó la reunión en manos de Hugo y Andree mientras se adentraba al mundo peligroso de los Lamied furiosos. Por un segundo quería mandar todo a la mierda, pero luego recordé que el chico también la estaba pasando mal, al fin y al cabo, su hermana sigue en Cama, Amit lo había plantado y ahora, ella acaba de irse, quie  sabe a qué.

Una vez reunidos en la cocina de los nemosorum, Helios se cruza de brazos y nos mira desafiante, como haciéndonos saber que él  es el que manda, pero se olvida que mandará a los dominis, pero nunca a un Lamied.

—¿Qué  es este circo?—Su voz es gruesa y a la vez infunde algo de autoridad.

—¡Es la misma maldita pregunta que tengo para ti!—Mi padre suena el triple de autoritario, y desde dónde  estoy veo la vena de la frente de Helios hincharse mientras su rostro se tiñe de un rojo intenso.

—No los entiendo, desaparecen en medio de una convocatoria, luego me sacan a rastras ¿y el que hace el circo soy yo? ¿QUÉ  LES PASA A USTEDES? ¿Están diseñados para fastidiarme?

Mi padre entre cierra sus ojos y golpea la mesa con fuerza obligando a que Helios se calle, y yo estoy en la misma posición  que mi padre, el líder dominis se está volviendo frágil, y no por una tontería, pero como líder, debería saber cuán importante  es que se controle, y comience a gestionar a su equipo de una buena vez.

—¿A caso no lo vez?—Pregunto apuntando su cabeza con un dedo—No está, Amit no está.

Helios parece no entender por un largo y pesado segundo, lo que me obliga a atajar me la cabeza hasta que mi padre le estira del brazo y le apunta los puntos de energía que se mueven en él.

—Estas  ciego Helios—Mi padre suena indignado—Zafiro no está, desapareció  de ti rastro  el hilo dejó  de brillar y tú  estás  perdido ¿acaso no te das cuenta? —Helios niega con la cabeza, y puedo notar como la desesperación y el enojo lo invaden de una vez—Nos tienen acorralados, y Amit lo sabe, los animarums le dicen cosas y tú dejaste de sentirla, y no porque esté a punto de convertirse en un Astram, simplemente, la dejaste de sentir... porque olvidaste mantener el hilo encendido, porque olvidaste el bastón, el celular, el lapacho, Lior... estamos en medio de una gran red de trampas... y gente venenosa, pero te has encargado tanto tiempo de fijar los ojos en mi hija, pero olvidaste que también  debías cuidarla... una vez más.

—No entiendo —Helios prácticamente grita, así  que es hora de que entre en esta conversación.

—Mi hermana ha cortado todo vínculo  contigo, porque sintió  tu miedo... olvidaste ponerla segura, olvidaste darle confianza y ahora, la muy mensa... está yendo a dónde  no debería...

—¡Dara! Pero... ¿por qué?—mira a mi padre quien con rabia responde.

—Se dió cuenta que debe ser una Astram Real... y al parecer... los Animarums tienen algo que ver, esta es una guerra con muchos más  componentes...mi hija, será  coronada como la reina de la oscuridad,  y al parecer no hay nada que podamos hacer para impedirlo...

—Si Beatriz y Doror planraron todo esto... —interrumpo a mi padre mientras Helios nos mira sin entender.

—La bestia planeó lo de Amit—completa mi padre— probablemente tu tía  Vicky tenga algo que ver con él.

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora