Capitulo 71. Destrúyelos.

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Todo este tiempo, con un nuevo amor, con una nueva vida, tú y yo, lejos, idos, pero con una sola mira me recuerdas que no hay piel que me haga olvidar la tuya. 

Los animarums regresaron desde hace unos días, el sonido de sus voces se hace de mi ser cada vez más, los miro,  parece que los entiendo a todos, parece que me contaran los desastres de a uno, y me hacen saber que el mundo en el que creceran mis hijos será un asco. Los miro perdida, y me hacen sentir parte de la nada, como que estoy en el lugar incorrecto, haciendo lo mismo, es como si me pidieran que vaya a hablar con el diablo en persona, luego con Dios, y preguntarles, ¿Cuál es mi misión? pues a decir verdad ahora, no me siento ni soldado, ni héroe, ni villana, ni que merezca el cielo o el infierno. 

Los sigo escuchando, hasta el punto de olvidarme cuál es mi nombre, sus labios secos y horribles se mueven, contándome historias desgarradoras, mientras hilo titila, preparando que mi vinculo de vida se una a alguno de mis hijos, uno de elloa será como Ander, uno de ellos se llevará mi cordura, y mis viceras quedarán expuestas al sentimiento de odio hacia la humanidad, y según dicen, seré la reina del mal. 

¿Pero bajo quién estaré? Bajo el mismo diablo, o simplemente seré alguien como Dorot en busca de un futuro sin seres humanos. 

Hay días en que no entiendo esta batalla, y todo se me hace borroso, como cuando terminé en este mundo. 

Una música suena en el fondo de mi cabeza, mientras la oscuridad de la habitación me lleva con ella, el celular comezó a reproducir una canción, y no la reconozco, sólo se que está ahí, que roza mi cerebro, causando pequeñas sacudidas a mis neuronas. 

Quién diría que una apuesta, entre el bien y el mas se haría tan compleja de hilar, Dios y el Diablo, hablando en el vacío, apostando los universos para ver quien tiene razón, quien de los dos acierta la naturaleza de las personas. 

Miles de universos creados, 17 dimensiones, y justo, justo de toda esa cantidad de vidas... de mundo, yo terminé en este, en dónde la raza predominante es un asco. Según cuentan los animarums no hay otros Astram más que los que existen en este universo, y da la maldita casualidad que yo soy una de ellas. 

—¿Qué es un Astram? —mis ojos siguen en la esquina de la oscura habitación, y los animarums callaron, la verdad, no pensé que fuera posible que guardaran silencio sin ser sumamente dura con ellos. 

—Un astram—Responde uno de ellos, obligando a desviar mi mirada hacia esa cosa horrible— es un puente mi señora, es un puente entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre todo y nada, un Astram es un alma que fue encerrada en su cuerpo muerto, pero gracias a su energía no se pudre, vive entre las 17 dimensiones, y lo oye todo... sólo falta que preste atención, y los secretos le serán susurrados al oído. 

—Usted—Habla otra criatura—Podría saberlo todo... tan sólo debe prestar atención...

Cuando dijo eso, desaparecieron de nuevo, odio esto, odio que las cosas sean intermitentes, de verdad, que no soporto, sólo quiero que se mantenga, la paz o el caos, pero estoy harta de tener que fingir, de tener que improvisar, de alejarme de todo lo que quiero, de convertirme en una piedra. 

La puerta de mi habitación se abre y la luz se enciende, es Ebe, desde que terminé con Helios me pidió que subiera a la habitación, quería que la espere, y eso he hecho, arriesgándome a llegar tarde a la reunión en el gimnasio. 

—Pensé que no estarías—Siempre que veo a Ebe, recuerdo que soy tan poco femenina, definitivamente entre Alex y Ebe se llevaron toda la delicadeza que podría haber tenido— Gracias, por venir, sé que no hemos tenido tiempo de convivencia, realmente, nunca lo hemos tenido, más que aquella vez, en dónde...

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora