Capitulo 20. Por sangre

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En medio del silencio nació la primera Luz.

Estos días me pasé dando vueltas y vueltas, cuando estaba seguro iba a visitar a Hugo, siempre con una nueva estrategia, pero es tan difícil sacar información a Dara, y cada vez parecia que era ella quien mejoraba, sus bucles eran más fuertes, y se volvía incorruptible, dura, hermética.

Son las 3:30 de la mañana, y frente mío tengo a Ebe, Franco, Liza, Tamirá, Andree,  Ander y Gizah.

Girando y girando al rededor de notas viejas que la Nona nos había enviado, es como escarbar en medio de una playa, sólo removiendo arena, sin ningún resultado mayor.

—¡Dios muero de sueño!—Ebe se recuesta en el brazo de Franco quien ayer cumplió años, y la verdad, luego de entrenar con Andree está más fornido, y la pinta de niño inseguro se fue por completo.

Aunque ninguno de los dos lo admita, creo que pasa algo entre Franco y Ebe, en más de una ocasión los encontré hablando a muy altas horas de la noche, muy cerca, muy cariñosos.

—Será mejor que vayan a dormir—Anuncio cuando guardo las cartas de nuevo, si me pagaran por las veces que hice esto, no he dejado de mirar estas hojas y no he descifrado nada.

—¡Gracias a Dios!—Exclama Ander cuando se levanta abruptamente y se estira.

—Bien, en verdad ya necesitamos descansar—Gizah también se levanta de la silla—Continuemos más tarde, esto se está poniendo tedioso.

La verdad que Gizah tenía razón, hace tiempo que ya no entiendo lo que leo en las cartas, es como si todo fuera repetitivo.

Aún no logramos hilar quien mató a Ader, y cuál podría ser su móvil, es decir, ¿La existencia de Zafiro estaba planificada desde un comienzo? ¿ Qué ella tomé estas decisiones también? acaso ella debía abrir la bóveda?

Todo eRan confuso, por un lado un bando que quiere que esto se mantenga hermético, por otro quien e quieren que se abra la bóveda de una buena vez para que nuestro destino sea como el de la mayoría de los universos.

¿Quién nos ayuda a nosotros y quien ayuda a la Orden de las Rosas? ¿Quién podría ganar aquí? ¿Qué es lo que podría ganar?

Tomo al fin la caja en donde tenía guardada las notas y las guardo allí a medida que los chicos me las pasan y se retiran.

Finalmente, me quedo sólo con Tamirá, quien se recuerda sobre mi escritorio y me analiza detenidamente cuando me vuelvo a sentar en mi enorme sillón, bueno, en realidad es de Berenice, pero me apropien de el.

Ella suspira y se sienta sobre la mesa, para mirarme con algo de recelo, últimamente hace eso, como si algo le clavara el alma, como si tuviese mil cosas que decirme.

—Odio a Hiara—Suelta al fin mordiendose las uñas—No veo un carajo por su culpa, y esto se me vuelve más pesado cada día, y de la nada, puedo ver mil qubits, y todos de un futuro mil lejano.

—Tamirá—La llamo golpeando la mesa—¿qué es en verdad lo que te pasa? ¿Qué es lo que en verdad te molesta?

—No poder hablarte con la verdad.

Levanto mis cejas de manera sugestiva, pues no lo comprendo, Tamirá baja la vista, lo dice en serio, hay algo que ella no está pudiendo decir. Me levanto de golpe de la silla y miro a sus ojos.

—Te puso un bucle, Yeru te puso un bucle—Aseguró cuando ella sólo aprieta sus labios con fuerza—Llamare a Saskia...

—Pierdes tu tiempo, ya hable con Saskia, no ha podido.

¡Mierda! ¿Cómo que no ha podido? ¿Acaso Tamirá sabe dónde se ha ido Yeru?¿Sabe algo de ella? ¿Qué es lo que sabe?

—Ella...¿sabes dónde está? —Niega, y mi alma se oscurece de nuevo—Ya no puedo con esto—Confieso— Un día me dice que me ama, pasamos bien, está en mis brazos, y luego me pide no estar dónde ella esté, que me aleje, que me vaya  ¿Qué carajos está pasando?

Tamirá parece pensar bien que palabras dirá, se acomoda su rizado cabello tras las orejas, para al fin soltar  unas pocas palabras.

—Sólo te está protegiendo—Dice dolida—Y cuidando de...—suspira, y con dificultades termina de decir su oracion— cuidando... a los Anta.

—Los Anta—suelto entre dientes—Yo no necesito que ella me cuide, o que cuide de mis hermanas, yo puedo hacer eso. Así como sé que ella ahora es capaz de cuidarse, y de liderar.

>>Simplemente la chica no debería preocuparse por mi, ella debería estar aquí, ayudándonos a resolver esto, a ser parte de todo este operativo, como Astram, como Nemosorum, como es dominis...

Tamirá sonríe, demostrando que se siente impotente, y que en verdad yo no estoy entendiendo a Zafiro, ni a ella.

—Nosotros no podemos ser de ningún bando—Aclara—Es hija de un Astram y un dominis domo...

Sus palabras me trajeron de nuevo algo a la cabeza, una cuestión que debía resolver hace tiempo cuando no existía alianzas con Nemosorum.

—Aldebaran—Digo llevando mi dedo sobre la nariz—Tenia ese asunto pendiente, debo liberar a Aldebaran, creo que es necesario, hazme el favor de tener eso en cuenta para mañana anunciar en reunión—Pido cuando camino dirección a la puerta, pues ya que Tamirá no puede decirme más—Vayamos a dormir ¿Quieres?

Ella me dice que sí moviendo enérgicamente la cabeza, salta del escritorio y viene hasta donde estoy como para que salgamos de la habitación.

—¿Has intentado encender el hilo?—Pregunta apretando sus mano.

—Cómo un obsesionado—Digo apresuradamente, he probado de todo, bifurcación, hilo, rastreo de energía, cada maldito truco, recordar lo último que tocó para ver si salto a su lado, buscar a Bruno, conectarme con él, pero creo que están muy bien escondido.

—Bien...supongo que debes seguir buscando.

Sonrío, porque en verdad me he dado por vencido, hasta que escucho a Gizah reír, hace tiempo que no oigo a mi hermana reír.

Levanto la vista para ver que Ander está recostado contra la pared al igual que mi hermana, ambo sonríen, contándose quien sabe qué, si los hubiera visto hace unos meses atrás quizás los separaria, pero luego de todo lo vivido, más la ruptura de Liza y Fer, creo que las debería dejar vivir, ya son grandes para tomar decisiones.

Pasamos frente a ellos dos cuando mi hermana dice algo que me encendió todas las lámparas de la cabeza.

—Definitivamente, la sangre no es agua, Zafiro decía esas mismas ocurrencias...

Todo lo que dijo después simplemente era un absurdo ruido, incomprensible, sus palabras resonaron en lo último que no cabeza registró.

—Sí, creo que hay un método que aún no probaste—Responde Tamirá—Pero ve a dormir, y más tarde, con más energía lo probamos...

Obvio, era como Ader encontraba a Yeru, por sangre, y yo tengo a tres de sus hermanos, si o si, debo poder contactar con ella de alguna forma.

La luz se hizo de nuevo en mi terrible oscuridad.

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora