Capítulo 76. Día, noche

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El bosque temblaba ante la presencia del fuego de mis manos.

Acaricie mi vientre una vez más, con eso bastaba, los animarums seguían susurrando cosas horribles, y de verdad no quería que nada de eso sucediera. Uno de ellos insistía que debía romper con las cadenas que me ataban al destino, y la única manera era haciendo creer a los jugadores que estaba haciendo lo que ellos esperaban, exactamente, eso... repetía que la segunda oportunidad y el ciclo volviendo a repetirse realmente hacia referencia a la Astram sobre la tierra que a sus hijos dividió .

De repente los miro con represalia, y estos callan, pero sé  que todo es parte del destino tallado en piedra, quisiera protestar, sin embargo ya no tengo voz.

Ante mi, está  todo el maldito batallón de la orden de las rosas y los perdidos, suelto un suspiro y miro a mis pequeños amigos horrorosos, quienes se toman de las manos, que realmente parecen más  ganchos con muchos dedos que otra cosa.

Los miro, tan frágiles, tan fáciles de destruirlos, y de la misma manera es como si estuviera a punto de tocar el botón  de autodestrucción.

Suelto las sombras que estaban en mi cuerpo, y sé que iran junto a Lior, para ayudarlo a Sanar, luego de desastre que voy a originar lo voy a necesitar.

—Señora...—habla un animarum con miedo—Hay muchas alternativas... podemos simplemente, seguir el plan de Helios...

—Y convertirme de todas maneras en un títere...—Lo juzgo y este de inmediato baja la cabeza— Ya está escrito, al fin y al cabo, la bestia me ha puesto en medio de su encrucijada como trofeo, si quiero derrotarlo, si pretendo derrotar a todas estas personas que han jugado conmigo, más  vale que sea yo quien accione el gatillo y no ellos... después  de todo, caeré en la trampa de Dará, sea cuál sea el camino que intente seguir... así que ¿Qué  mejor que destruir medio batallón?

—Sí  señora...—contesta y retrocede cuando los demás afirman.

Bajo la mirada y recuerdo todo lo que he pasado en estos últimos días, lo bueno y lo malo... es hora de cobrar cada caída, cada mal rato de una buena  vez.

Acaricio mi vientre, pues el futuro ya vi, y será  duro, para ellos, y para mí, sin embargo, la única manera de terminar con esta perorata de la vida, es volviendo a comenzar el ciclo.

Pradera abajo, los ejércitos  de la orden de las Rosas y los perdidos, parecen ordenar el batallón  para emboscar a los dominis y nemosorum. ¿QUÉ  TAL DARA? La emboscada se te va a voltear.

Cierro los ojos y concentro toda mi energía en las palmas de mis manos, y con la furia que llevo contenida, meto en una bifurcación a Lior, quien parece haber sanado gracias a mis sombras.

Ante él  estaba Gizah, aún  en cama, y si bien quiero saber de ella, ahora lo importante es que mi plan salga bien.

—No vengas por mi... hasta que sientas que estoy por morir...—Le susurro, los ojos de mi interlocutor  se abrieron tanto, le instalé un hilo en su muñeca, y el sentimiento  de culpa me consumió por completo. Pero ahora, mi cable a tierra será él, la encarnación del mal en la humanidad.

Lior intenta decir algo, empero al ver mi rostro decidido, guardó silencio, ahora no hacen falta las palabras entre los dos, el sabe todo lo que pasa en mi cabeza, en mi Alma y corazón.

Lo sacó de la bifurcación, y de nuevo el hilo de mi muñeca brilla, pero esta vez, conectado a mi vínculo de muerte.

—Es hora... señora—La voz del animarum sonó en forma de eco en mí, pero tenía  razón, la hora había llegado.

El show debía  comenzar,   Dios, como me encanta  el desastre y revuelo que  voy a causar. Levanto  mis manos  al aire, y con la furia que tengo conteniada en el pecho arrojó energía, energía que ni sabía que era mia, pues todo lo mío  ha sido devuelto  a ojo de mar, pero parece que ahora  que soy una Astram soy capaz de crear mi propia  energía. 

Las cosas comenzaron  a volar de un lado a otro, al igual que pas personas, los gritos se hicieron fuertes en el aire, y de verdad, ninguno de ellos se imaginaba que serían atacados. Hecho las casas que estaban allí, y la gente comienza a correr, como quien sabe que no puede escapar del destino.

Desde aquí calculó que habían 1000 personas, ahora son sólo  100, pero cómo buenos guerreros, se organizan en medio del caos, acaban de identificar  dónde me encuentro, maldita mierda, esto se está  haciendo  un poco justo, ya debieron haber llegado los dominis, con todo el revuelo que acabo de cometer, se supone que debo ser el centro de atención.

Preparo pétalos de flores y las arrojó al azar, necesito que Judith y Dará Salgan a la defensiva, esas ratas escurridizas. Los miembros de la orden de las rosas se  dispusieron  en círculos  y crearon una capsula de contención  para evadir mis ataques. No les durara mucho, pero si el suficiente para que Dará y Judith salgan del campamento y me vean causando estragos. Libero sombras y tiro más energía, su barrera es débil, no se compara ni por si acaso a las que hace Helios.

En cuestión de segundo los pétalos de energía que les arrojaba  hizo quebla barrera se rompa, y tuvieron que reforzar con otros miembros  de la orden de las Rosas.

Cuando me hago de esperanzas, por haberme adelantado a Dará, y creo que no hace falta caer en ningún artilugio que desarme mi familia, las cosas se ponen complicadas.

Los miembros libres del batallón de Dará se disponen en círculos y comienzan con aquel cántico extraño, y esta vez, el tono parece armonizar con algún que otro cascabel en el fondo de mi cabeza, la barrera de estos se engrosa  y mi energía parece debilitarse.

¡Mierda! Si bien vine a la boca del lobo, no creí  que los dientes fueran tan afilados. ¿POR QUÉ  MIERDA YA NO ESTÁN  AQUÍ  LOS DOMINIS?

Estoy por generar más energía para atacar, cuando Dara se acerca a la barrera, y también levanta las manos, pero en vez de artojarme energía, lo que hace es manipular  las ramas de los árboles, que parecen convertirse en goma elástica. Creo un campo repelente a mi alrededor, pero las ramas entran sin problemas a él. Intenro destruirlas, sin embargo parece no surtir efecto toda la energía que uso. Las ramas me enrollan en mis muñecas y piernas, atandome como sacrificio.

—¡Zafiro tonta! Me acabas de ahorrar pensar cómo te iba a atraer hasta aquí... vienes como cordero ante su amo... y en el momento justo...

—Cuando los quibits se alinean— La voz de Judith me despista por un segundo—Insistí a Dara  que lo mejor era matar a mis nietos, pero ella tuvo la capacidad de hacerme entender que el día  y la noche  deben convivir, para pasar la página. ¿Por qué  no tener Anla designada  de nuestro lado?

—Saben que eso no ocurrirá —miento, sé  en parte, que por esonestoy aquí,cada una de nosotras  tendrá que soltar algo hoy—Sólo  espero que cuando Helios llegue, no vea la sangre  en tus manos tía Judith... porque él  jamás te perdonaría.

—Eso ya lo veremos linda—Vuelve a gritar desde su domo—Ahora, es mejor que te calles.

Y claro que lo hizo, me arrojó energía mediante el tronco de los árboles y me puso a dormir... y es aquí dónde lo malo ocurrirá, donde nos separaremos al fin... en busca de un nuevo ciclo. Todo plan, requiere de sacrificios, lastimosamente, los míos van a doler  y mucho.

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora