Capítulo 31. Y el silencio respondió

520 90 23
                                    

Déjame sentir la lluvia, déjame sentir tu piel.

Sostuve mis ganas de vomitar, y claramente Bruno era consciente de mi mal estar, porque ni bien vio que me iba para un lado vino corriendo hasta mi, tomó mi brazo y con ello llamó la atención de Helios, quien no tardó en entender lo que ocurria, pero prefirió no invadirme, por lo cual estoy profundamente agradecida, no podría soportar su interrogatorio en verdad.

Fran, Fer, Saskia y Ander acababan de llegar a escena, lo cuál por un lado me daba ganas de correr a los brazos de mi hermano y por otro ir a esconderme, pero fui todo lo valiente y fuerte que le salía a mi cuerpo para quedarme quieta, sin llamar la atención.

De verdad quería ir ya por Lior, pero estaba tan segura como Ebe de que se trata de una trampa, y aún así quiero estar allí, como sea.

—Señora, ¿quiere que le traiga un vaso de agua?—Susurra entre los bullicios de las personas que están ante nosotros, yo niego con un suave movimiento de cabeza.

Lastimosamente en ese instante las cosas comenzaron a empeorar, mi visión se hizo doble, y la fui estirada por completo por la parte de mi que se encontraba en Ámbar.

Ella miraba fijamente a Lior, quien, claramente fue torturado por sus manos, sus ojos no dejaban de brillar, pues el sabía que yo estaba allí, mirándolo, ideando alguna forma de ir por él.

—¿Cómo es que tu espíritu nunca se doblegar Lior?—Pregunta ella mientras golpea con sus dedos el tambor que siempre lleva.

—¿En verdad crees que después de todo lo que he vivido he hice vivir voy a doblegarme ante ti Ámbar? No puedo creer que sueñes con eso, no a estas alturas.

«No Lior, no la tientes, por favor» pienso cuando ella está por abrir el tambor, pero es interrumpida por la voz de u a mujer, cuando gira a verla, mi alma cayó al suelo, pues saber que ella, justamente ella era parte de esto me deja sin esperanzas.

Vicky, la tía de Andree estaba allí, su caperusa negra le llegaba a los tobillos y su su cabello rubio adornaban su rostro. Ni siquiera parece que haya tenido un bebé hace poco, pero ¿Cómo? ella no puede estar traicionandonos, se supone que era una dominis domo, y que ella sabía que éramos nosotros.

—Judith pide que nos reunamos urgente, así que deja tu juego para otro momento.

Vicky se retira, para dar a Ámbar un panorama diferente, tapa de nuevo su tambor, arroja un shock de energía a Lior, quien queda contra la pared, de una cueva prácticamente congelado.

La chica pasa su mano sobre su rostro, y algo helado recorre mi cuerpo, ¿Cómo se atreve a tocar a Lior así? De un segundo a otro sus labios estaban sobre él, para mi desgracia, no podía hacer nada, yo estaba del otro lado, siendo una observadora, y nada más.

—No importa que tu corazón sea de ella, yo te voy a tener, de una u otra forma Lior. No lo olvides.

—Estás muy loca Ámbar—Acusa él cuando esta se aleja, y la conexión se pierde para mi. De nuevo estaba en medio del patio, bajo la atenta mirada de todos, especialmente de Helios y Ander.

Ellos se intercambian una mirada, mientras mi hermano se cruza de brazos para ofrecerme un gesto de negación.

—Ella no puede ir—Dice a Helios.

—A ver si la convences es más terca que una mula, ella hace lo que se le antoja, cuando quiere, como quiere, ¿no ves?

—Culpa tuya—Termina André de decir cuando camina junto a mi. Delicadamente hace que Bruno me suelte para tomar mi brazo al fin.

Las Luces el Sol y la Luna [Libro3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora