16. ¡Baja del árbol!

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Narra Elliot...

Terminamos de adornar todo el palacio, la noche cayó y solo faltaba el elemento más importante de la Navidad... El árbol.

- Reina, ¿Dónde vamos a conseguir el árbol?- pregunté dudoso.

- Cerca de aquí hay un pequeño invernadero, mañana irán a cortar el árbol y obviamente a reforestar- explicó la Reina.

- Ok, entonces hasta mañana, descansen- dije a todos.

Subí a mi habitación junto a mis amigos, llegamos y cada quién entró a la suya. Entré al sanitario, abrí la ducha y entré para darme un baño, tiempo después me sequé y salí.

- Ojalá y así hubiera sido mi Navidad con mi familia- susurré melancólico.

Me coloqué la pijama, me acurruqué en las sabanas y me dispuse a dormir. Mañana sería un día largo por delante, y uno de los mejores.

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Todo estaba oscuro, de repente un fuerte estruendo se escuchó, abrí los ojos de golpe. Estaba en Moscú el imponente palacio estaba envuelto en llamas azules.

- ¿Que pasó aquí?- dije observando las flamas.

Una carcajada fría se escuchó en las llamas. Poco a poco el fuego fue tomando forma y reveló a Adams.

- ¿Tú?, ¿Pero cómo?- pregunté confuso.

Solo reía mientras el fuego se extendía más y más...

- Mira- señaló detrás de mi.

Giré para ver, Amber, Sakura y Axel estaban calcinados, casi hechos cenizas. Me arrodillé y comencé a llorar inconsolablemente.

- Serás el siguiente- habló Adams.

El fuego empezó a consumir mi cuerpo lentamente, el dolor se apodero y solté varios gritos mientras Adams reía a carcajadas.

De un instante a otro todo era azul celeste...

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Desperté de golpe, la luz del sol ya estaba sobre mi cama, froté mis manos sobre mis ojos y froté mis sienes con las yemas de mis dedos.

- ¿Qué pasó?- dije observando mi alrededor.

Me levanté, me duché y me vestí. La Reina dijo que hacía demasiado frío donde iríamos así que... Me puso un abrigo rojo realmente cálido.

- ¿Axel estas listo?- llamé a su habitación.

- Ya voy- dijo desdé adentro.

Salió después de unos dos minutos, y esperamos por un rato más a las chicas.

- Axel, tuve un sueño extraño- dije incómodo.

- ¿Qué pasó?- preguntó preocupado.

- No se bien exactamente, pero estaba en Moscú, todo estaba en llamas azules y ustedes estaban muertos...- dije preocupado.

-... Es lo mismo que soñó Amber hace dos días- explicó sorprendido.

- Adams tiene algo que ver con esto, estoy seguro- dije molesto.

- Bueno, no pienses tanto en eso, mejor piensa en la Navidad, el árbol, decorarlo y la cena, deja eso atrás- me dio unas suaves palmaditas en la espalda.

Las chicas salieron, bajamos y entramos al comedor. Después de almorzar, salimos y abordamos una camioneta negra que conducía el príncipe Guillermo.

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