14. Coliseo Romano

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Roma, Italia
Narra Amber...

- Gracias por venir- dije alzando levemente los brazos.

El Coliseo estaba repleto, incluso algunas personas estaban al rededor de las gradas. Entre la multitud vi a Demian que estaba cerca de la puerta principal.

- Se que muchos me siguen por que creen que yo soy como Gabe, y no, no soy como él, soy diferente pero con el  mismo pensamiento. Quiero que nuestra comunidad siga creciendo, quiero crear un mundo mucho mejor para nosotros los Le Strange, los que nos consideran monstruos, cuando los monstruos son los humanos comunes. Espero que me de a entender, pero lo que quiero es sólo liberarnos, y eso es lo que quieren, ¿¡O no!?- grité un poco sería.

El Coliseo retumbó con un enorme "si" de todos los presentes y continué.

- El punto es que, vamos a dejar de estar en las sombras. Lo hicimos cuando Gabe estaba y lo haremos ahora; tal vez Gabe cometió errores, pero aprendemos de ellos y sabemos que nunca, por ninguna razón hay que usar la fuerza... Tal vez un poco, pero antes la inteligencia: Gabe no usó la inteligencia y se dejó llevar por los impulsos, y eso es justamente lo que no vamos a hacer. Lo que buscamos es que tengamos libertad, libertad de expresión, libertad para amar, para dejar de escondernos, ¡Esa es nuestra verdadera meta! Pero... Se que muchos no saben sobre nuestro origen, sólo piensan que fue una "creación divina" sólo para gente importante, déjenme decirles que estas cualidades sólo florecen en almas únicas, ¿A caso alguien sabe como surgieron los Le Strange?- dije esperando respuestas.

Todo el Coliseo se mantuvo en silencio, hasta que alguien levantó su mano.

- Adelante- asentí para que hablara.

- Creó que fue por Chernobyl- respondió el chico que alzó su mano.

- Muy bien. Veo que además mudoz, son ignoranges. Chernobyl: la ciudad toxica; cuando las partículas subieron por la explosión del reactor nuclear, se las llevó el aire, no sólo contaminando a parte de Rusia y la URSS, también a Estados Unidos e Inglaterra. Pero no sólo fue eso, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, y por último la Segunda Guerra Mundial: Hitler y Joseph Mengele, torturaban y experimentaban con judíos, e incluso con personas como nosotros. Y ahora les devolveremos lo que nos hicieron, ¿¡Están conmigo!?- grité y escuché un enorme "si" entre la multitud.

- Ya es hora- dijo Demian en mi oído.

- Si, déjalas caer y traelo- susurré mientras todos seguían aplaudiendo.

Demian corrió hacía las gradas y habló con un chico algo joven, de unos diecisiete años: castaño, de piel clara y ojos oscuros, delgado y de estatura media.

- Roberto- dije y lo saludé de mano.

- ¿Necesitas mi ayuda?- dijo muy nervioso y sonrojado.

- Sí, otra duda, ¿Eres mexicano?- dije algo risueña.

- Si, ¿Me delató el asento?- dijo con más confianza.

- Un poco... Pero bueno, has lo tuyo por favor- dije dándole unas palmadas en la espalda.

Roberto se puso en el centro, de su mano sacó una esfera dorada y sopló formando un círculo. Cuando el polvo cayó al suelo, éste se encendió en fuego de color dorado.

- Ya sabemos éste proceso: jurenme su lealtad, su confianza y su fortaleza, sólo aquellos que lo juren podrán entrar a éste círculo- dije caminando alrededor del fuego.

Todos empezaron a bajar, uno por uno bajaron por las escaleras de las gradas. Demian jaló una cuerda y desdé lo más alto cayeron las banderas que nos representaban.

- Admiren nuestro logotipo, ésto nos va a representar ahora- dije señalando las banderas que se desenvolvían.

Cuándo se desenvolvieron por completo se pudo notar nuestro logo: Una bandera larga, negra; en el centro estaba la cabeza de Gabe en su forma mutante, con una especie de corona de picos en el cuello, una torre Eiffel sobre la cabeza y bajo la misma una "L" y "S", las dos letras de nuestra comunidad: Le Strange.

Cuándo se desenvolvieron por completo se pudo notar nuestro logo: Una bandera larga, negra; en el centro estaba la cabeza de Gabe en su forma mutante, con una especie de corona de picos en el cuello, una torre Eiffel sobre la cabeza y bajo la mism...

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Sólo quedaron dos chicos, muy jóvenes por cierto. Uno de ellos corrió al fuego y lo atravesó; el otro tomó impulso y cuando tocó el fuego su cuerpo se empezó a hacer de oro.

- Eso es lo que pasa cuando no eres leal- dije al chico que había atravesado- Ahora vete.

- Si- desapareció en una bola de humo negro.

El chico se hizo una estatua de oro y cuando cayó se destrozó por completo; con el polvo que sacó el fuego se elevó aún más.

- Muchas gracias Roberto, espero que nos veamos pronto- me despedí estrechando su mano al igual que Demian.

- Eso espero- dijo y desapareció en una bola de humo que se fue volando.

- Es hora de irnos también- dijo Demian tocando mi hombro.

- Claro, sólo un momento- dije con una sonrisa.

Alcé mi mano y el fuego se elevó, creé un remolino con el fuego y el interior del Coliseo empezó a arder en fuego dorado. Una de las flamas tocó las banderas y estás se consumieron casi al instante.

- Ahora si, vámonos- dije tomando su mano y atravesando el otro lado del círculo.

°.°.°.°.°.°

Subimos al auto y nos fuimos a nuestro departamento, justo cuando nos íbamos, sobre el Coliseo estaban unos helicópteros.

- Llegaron tarde- dije viendo por el retrovisor.

- Muy tarde- dijo Demian mirando el camino.

- Ya tenemos a un gran ejército de nuestro lado- dije recargando mi codo sobre la puerta.

- ¿No has sabido nada de Mateo?¿No te ha dicho nada?- preguntó Demián un poco serio.

- Hablé con él en la mañana. Está en el Vaticano, creo que llevó a Leah y a los demás para buscar algunos archivos; también me dijo que Génesis está en Venecia, puede que venga pronto hacía aquí- expliqué mientras me quitaba mi gabardina.

- ¿Y por qué no vamos por ella a Venecia?- preguntó deteniéndose cuando el semáforo se puso en rojo.

- Ella debe venir conmigo cuando busque respuestas, sin presiones- dije y lo besé en la mejilla.

- Muy bien señora "sin presiones" esperaremos; ¿No crees que Mateo nos este traicionando?- preguntó y de nuevo avanzamos.

- No. Es doble agente, es su trabajo fingir que está de nuestro lado, del de Génesis y del de Leah, y los incrédulos lo creen; Mateo nos es leal.

- Tienes razón, que incrédulos son Leah y los demás.

- Ahora hablas mi idioma Demian, si quieres hoy podemos "desestresarnos",¿Quieres?- dije mirándolo con ojos de lujuria.

- Me parece buena idea mi amor- dijo tomó mi pierna con una mano y con la otra sostenía el volante.

...

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