Roma, Italia
Narra Genesis...Acabábamos de ir por Tom, ahora ya estábamos volando hacía Italia. Era de noche y el frío de Rusia todavía se sentía desde las alturas.
- ¿Crees que Mateo nos encuentre?- preguntó Jordan.
- Si, o tal vez nosotros lo encontremos a él- dije un poco seria.
Durante la noche me mantuve despierta para seguir volando hasta llegar a Italia. Abrí camino entre las nubes y desdé arriba vi las luces que iluminaban toda la ciudad.
- Llegamos- dije con alivio.
Empecé a descender poco a poco hasta llegar a un pequeño parque entre la ciudad. Cambié de forma al momento en que toque el suelo, caminé unos metros y me detuve antes de llegar a la acera.
- ¿A donde vamos?- preguntó Tom.
- Tenemos que encontrar rápido a Mateo para ver si en realidad dice la verdad- dije severamente.
- Pues que esperamos- dijo Jordan alzando los brazos.
Caminamos por la carretera, la gente todavía transitaba en las oscuras calles de la capital Italiana. Llegamos a un edificio, donde estaba un chico con las mismas características que Mateo.
- Es él- dije señalando.
- Pues vamos- Jordan me tomó de la mano y entramos al edificio.
Subimos unas escaleras a gran velociodad, todos los departamentos estaban apagados, excepto uno, que por la abertura de la puerta se veía la luz del interior.
- Debe ser ese- dije señalando la puerta.
Corrimos a la puerta y entramos de golpe. Mateo estaba sentado en el sofá, con un short corto y una playera sin mangas, dejando ver sus gruesos brazos bien trabajados.
- ¿Esto... Qué hacen aquí?- dijo dejando un plato de palomitas en el suelo.
- Pues venimos a buscarte- dije ignorantemente.
- Hasta que te animas mi vida, esperen un poco y vamos a hacer todos los preparativos- dijo levantándose del sofá y llendo a una habitación.
Jordan y Tom se sentaron en el sofá mientras yo inspeccionaba toda la casa. Sobre un mueble alto habían fotos y retratos de Mateo con una mujer; supuse que era su madre y el niño él.
- ¿Qué tanto miras?- dijo Tom desdé el sofá.
- Sólo veo que... No hay fotos con su padre- dije cabizbaja.
Mateo salió de su habitación ya vestido; vestía un pantalón negro, unas botas del mismo color, una playera blanca de cuello de tortuga y una gabardina color mostaza.
- ¿Qué pasa?- dijo acomodando su cuello.
- Estaba viendo tus fotos... Pero no estás con tu padre, ¿A caso él...
- No... No murió, al menos no en la vida real, para mí sí. Cuando era niño golpeaba a mi madre y a veces a mí; cuando iba en la secundaria, tenía un novio... Y como sabrás, ser sacerdote y tener un hijo homosexual, pues era una vergüenza. Mi madre era la única que me apoyaba; un día él se enteró de mi homosexualidad y me golpeó como nunca antes, también a mi madre... Pero ella no corrió con la misma suerte. Me fui de mi hogar y me fui a vivir con una vieja amiga hasta que logré conseguir trabajo y pagar mi propio departamento. Lo malo es que... Es un servidor de Dios y cuando el muera no creó que lo vea en el paraíso, por que matar es pecado- explicó con lágrimas en los ojos.
- Pues... Por lo menos alguien te apoyó, en mi caso no tuve a mi padre a mi lado y mi madre me mintió- dije con un tono melancólico.
- Bueno, vamos a lo que venimos ¿Les parece?- dijo limpiando sus lágrimas.
- Si- dijimos los tres al unísono.
°.°.°.°.°.°
Salimos de su departamento y caminamos por unos quince minutos hasta llegar a un pequeño embarcadero.
- Vamos a Venecia, si nos apresuramos un poco podremos llegar a tiempo. Más o menos como a la media noche- dijo Mateo subiendo a una balsa.
Subimos uno por uno a la balsa y Mateo empezó a remar con un remo por el estrecho río. El frío del ambiente calaba en los huesos.
- ¿Y dónde está tu padre ahora?- preguntó Jordan.
- En Roma, en el Vaticano. Lo he visto muchas veces en la plaza pero no me atrevo a hablarle- dijo sin quitar la vista del río.
Pasamos una hora en la balsa hasta que llegamos a otro embarcadero muy bello. Por doquier habían cafeterías y restaurantes, obviamente cerrados pero muy bien decorados.
- Vengan, por aquí- dijo llendo a un puente.
Pasamos por debajo de un puente y de un costado había una especie de puerta de piedra, simulando el material del puente.
- Es aquí- abrió la puerta precionando un botón que simulaba un ladrillo.
La puerta se abrió como si se deshiciera y dejó ver un largo túnel plateado. Caminamos por el túnel y la puerta se cerró, dejando todo en completa oscuridad.
Alguien aplaudió, las luces se encendieron. Al final del túnel había una puerta plateada que se deslizó y nos permitió el pasó; adentro era una enorme habitación, con jaulas y peceras enormes con animales mutantes y criaturas.
- Ahora creó que lo que dijo Mateo sea cierto- dijo Jordan en mi oído.
Se escucharon ruidos entre las peceras, apenas y pudimos pasar y ahí estaba un hombre sentado en una silla plateada; era un hombre de estatura media, canoso, de piel muy pálida y delgado.
- Aquí están, Génesis, Jordan y Tom- dijo Mateo sentándose en otra silla.
- Bueno, bueno, hasta que tengo el honor de conocer a la hija del hombre que casi dominó el mundo, Génesis Griffin- dijo con una voz raposa y un poco aguda.
Se deslizó en la silla que tenía ruedas y me tomó del cuello con una mano robótica con los dedos de navajas.
- Eres tan parecida a tu padre, también a tu madre. ¿Sabes quién soy, cierto? Participé en la Segunda Guerra Mundial, con Hitler; juntos torturamos a tantos judíos y traidores en la Guerra... Sabrás que mis favoritas eran los niños, en especial a los que tenían deformaciones y a los gemelos... Aquí tengo a un gemelo... Pero falta el otro, ¿Lo consigues por mí?- presionó un botón.
De la oscuridad salió una máquina que sujetaba a una mujer de cabello rojizo.
- ¿¡Tía Tasha!?
...
ESTÁS LEYENDO
Le Strange
RandomTodos somos especiales... Ya sea por nuestros habilidades mentales o por nuestro atletismo... Pero no para Elliot y sus amigos. Para ellos ser especial es... Controlar la electricidad o la mente. ¿Como pudieron? ¿Con que ayuda? ¿Quien lo hizo? Y...