Le Strange

19. ¡Más aviones ya no!

Narra Sakura...

Luka, Gabe y Erick nos sujetaban del cuello, la compuerta trasera se abrió y dejo ver el interior.

- ¡Más aviones ya no! ¡Mis mareos!- dije dramática.

- Calmate dramática, ya estuvimos en un avión y en un barco y nunca te quejaste- dijo Amber con un tono gracioso.

- Bueno... Pero ahora si- dije sin tener idea de lo que respondí.

- Es mejor que se mantengan con esa actitud cuando lleguemos a Moscú- interrumpió Adams entrando al avión.

Entramos al avión y pocos segundos después la compuerta se cerró y el avión despegó. Ya estábamos en las alturas.

- De nuevo atrapados, ¿Cuando vamos a dejar de ser capturados?- se quejó Elliot.

- No lo se pero ya me cansé de todo esto- respondió Axel.

La puerta de nuestra pequeña habitación se abrió, Gabe entró con una bolsa enorme en su mano izquierda.

- Se los manda Adams, tienen que ir bien vestidos a Moscú- dijo Gabe con una mirada de desprecio.

- Gracias- Elliot arrebató la bolsa y miró a Gabe con una mirada penetrante.

Elliot sacó ropa para cada quién y nos vestimos, cada quien en un pequeño armario. A los pocos minutos salí ya vestida, después de mi Axel y Amber y por último Elliot.

- Tardaste mucho- dije a Elliot.

- No me siento bien, voy a dormir un rato- respondió Elliot.

- Esta bien, descansa- dije entregándole una frazada.

A los pocos minutos yo también quede dormida, Axel y Amber al ver que no podían hacer ruido también decidieron dormir...

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Todo estaba oscuro, de repente un fuerte estruendo se escuchó, abrí los ojos de golpe. Estaba en Moscú, el imponente palacio estaba envuelto en llamas azules.

- ¿Qué paso aquí?- dije observando las flamas.

Una carcajada fría se escuchó entre el fuego. Poco a poco el fuego fue tomando forma y reveló a Adams.

- ¿Tú?, ¿Pero como?- pregunté confusa.

Solo reía mientras el fuego se extendía más y más...

- Mira- señaló detrás de mi.

Gire para ver, Elliot, Amber y Axel estaban calcinados, casi hechos cenizas. Me arrodillé y comencé a llorar inconsolablemente.

- Serás la siguiente- habló Adams.

El fuego empezó a consumir mi cuerpo lentamente, el dolor se apodero y solté varios gritos y chillidos, mientras Adams reía a carcajadas.

De un instante a otro todo era azul celeste...

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Desperté de golpe, unas turbulencias me asustaron, tallé mis ojos con mis manos... No podían creer lo que había soñado... Era el mismo sueño de Amber.

- ¿Qué pasa?, ¿Por qué soñamos esto?- rezongué incómoda.

- ¿Qué te pasa?- Axel y apenas pudo hablar.