Roma, Italia
Narra Leonard...Leah y los demás acababan de entrar al Vaticano. Mateo y yo nos quedamos en la plaza y nos sentamos en una de las bancas.
- No nos presentamos adecuadamente, soy Mateo Cassini, ¿Y tú eres?- dijo Mateo con su asento italiano.
- Soy Lenard Le Brun, hegmano de Jessica- estreché su mano.
- Sabes... Siempre me a gustado el idioma francés. Cuando pueda y tenga oportunidad aprenderé francés- dijo apoyando sus codos en sus rodillas.
- A mi me gustaría viajar por el mundo- dije mirándolo con una sonrisa.
- Veamos cuando se da la oportunidad para ver cuando podemos viajar. También me gustaría viajar- dijo sonriéndome.
- ¿Por qué no quisiste pasar?- pregunté acomodando mi pelo hacía un lado.
- Es por mi padre- dijo algo decaído.
- ¿Tu padre?- pregunté mientras limpiaba mis lentes.
- Si, cuando vivía mi madre nos trataba muy mal a los dos. Golpeaba a mi madre y también a mí, en especial cuando descubrió que era homosexual. Asesinó a mi madre a golpes por apoyarme y yo tuve que huir; me fui a vivir a Venecia y nunca volví a verlo- dijo con los ojos cristalizados.
- Bueno... Pog suegte yo no pasé pog eso, mis padges siempge me apoyagon, al igual que mi hegmana. Mis padges trabajaban en el ministegio fgancés y en una de sus misiones mugiegon; Jessica y yo tomamos sus lugages y tuvimos que aprendeg a cuidagnos solos- expliqué mientras Mateo limpiaba sus ojos.
- También eres...
- Si- dije sonriendo y él correspondió.
- ¿Quieres dar un paseo?- dijo levantándose y acomodando su abrigo.
- Vamos- dije levantándome.
Caminamos entre la plaza hasta llegar a un tipo de mercado; nos sentamos en una pequeña mesa y pedimos un café helado. Todas las personas pasaban y algunas nos miraban con desdén, tal vez por ser un país altamente religioso les es extraño ver a dos hombres juntos.
- Nos migan extgaño- dije sorviendo de mi vaso.
- No hagas caso. Siempre lo hacen- dijo rodando los ojos con una sonrisa.
Reí un poco y seguí bebiendo. Cuando terminamos, pagamos y seguimos caminando entre la plaza y el mercado. Caminamos por un buen rato y llegamos de nuevo a las bancas del Vaticano.
- Ya se tagdagon bastante, ¿No cgees?- dije mirando la puerta del Vaticano.
- Hay mi rey, es obvio que están buscando más archivos y cosas, no te preocupes- dijo cruzando las piernas.
- Algo no anda bien, conozco bien a Jessica y Leah y nunca se tagdan tanto- dije preocupado.
- ¿Quieres entrar a buscarlos?- dijo algo incómodo.
- ¿Tu quieges entgag?- pregunté de igual manera que él.
- A mi no me preguntes eso. Por mí yo me quedo afuera, pero... Te voy a acompañar, tengo que dejar las cosas atrás- dijo exalando algo preocupado.
- Vamos- me levanté y lo ayudé a levantar.
Justo cuando íbamos a entrar, de la nada Mateo me tomó de la cintura, me tapó la boca y nos escondimos entre un hueco dentro de las torres del Vaticano.
- ¿¡Qué pasó!?- dije cuando quitó su mano.
- Es Génesis. Si ve que estoy del lado de los buenos me va a matar, le mentí y la llevé con un loco satánico que hace experimentos con niños- dijo con pánico.
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Le Strange
RandomTodos somos especiales... Ya sea por nuestros habilidades mentales o por nuestro atletismo... Pero no para Elliot y sus amigos. Para ellos ser especial es... Controlar la electricidad o la mente. ¿Como pudieron? ¿Con que ayuda? ¿Quien lo hizo? Y...