17. Je t'aime

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Roma, Italia
Narra Leonard...

Leah y los demás acababan de entrar al Vaticano. Mateo y yo nos quedamos en la plaza y nos sentamos en una de las bancas.

- No nos presentamos adecuadamente, soy Mateo Cassini, ¿Y tú eres?- dijo Mateo con su asento italiano.

- Soy Lenard Le Brun, hegmano de Jessica- estreché su mano.

- Sabes... Siempre me a gustado el idioma francés. Cuando pueda y tenga oportunidad aprenderé francés- dijo apoyando sus codos en sus rodillas.

- A mi me gustaría viajar por el mundo- dije mirándolo con una sonrisa.

- Veamos cuando se da la oportunidad para ver cuando podemos viajar. También me gustaría viajar- dijo sonriéndome.

- ¿Por qué no quisiste pasar?- pregunté acomodando mi pelo hacía un lado.

- Es por mi padre- dijo algo decaído.

- ¿Tu padre?- pregunté mientras limpiaba mis lentes.

- Si, cuando vivía mi madre nos trataba muy mal a los dos. Golpeaba a mi madre y también a mí, en especial cuando descubrió que era homosexual. Asesinó a mi madre a golpes por apoyarme y yo tuve que huir; me fui a vivir a Venecia y nunca volví a verlo- dijo con los ojos cristalizados.

- Bueno... Pog suegte yo no pasé pog eso, mis padges siempge me apoyagon, al igual que mi hegmana. Mis padges trabajaban en el ministegio fgancés y en una de sus misiones mugiegon; Jessica y yo tomamos sus lugages y tuvimos que aprendeg a cuidagnos solos- expliqué mientras Mateo limpiaba sus ojos.

- También eres...

- Si- dije sonriendo y él correspondió.

- ¿Quieres dar un paseo?- dijo levantándose y acomodando su abrigo.

- Vamos- dije levantándome.

Caminamos entre la plaza hasta llegar a un tipo de mercado; nos sentamos en una pequeña mesa y pedimos un café helado. Todas las personas pasaban y algunas nos miraban con desdén, tal vez por ser un país altamente religioso les es extraño ver a dos hombres juntos.

- Nos migan extgaño- dije sorviendo de mi vaso.

- No hagas caso. Siempre lo hacen- dijo rodando los ojos con una sonrisa.

Reí un poco y seguí bebiendo. Cuando terminamos, pagamos y seguimos caminando entre la plaza y el mercado. Caminamos por un buen rato y llegamos de nuevo a las bancas del Vaticano.

- Ya se tagdagon bastante, ¿No cgees?- dije mirando la puerta del Vaticano.

- Hay mi rey, es obvio que están buscando más archivos y cosas, no te preocupes- dijo cruzando las piernas.

- Algo no anda bien, conozco bien a Jessica y Leah y nunca se tagdan tanto- dije preocupado.

- ¿Quieres entrar a buscarlos?- dijo algo incómodo.

- ¿Tu quieges entgag?- pregunté de igual manera que él.

- A mi no me preguntes eso. Por mí yo me quedo afuera, pero... Te voy a acompañar, tengo que dejar las cosas atrás- dijo exalando algo preocupado.

- Vamos- me levanté y lo ayudé a levantar.

Justo cuando íbamos a entrar, de la nada Mateo me tomó de la cintura, me tapó la boca y nos escondimos entre un hueco dentro de las torres del Vaticano.

- ¿¡Qué pasó!?- dije cuando quitó su mano.

- Es Génesis. Si ve que estoy del lado de los buenos me va a matar, le mentí y la llevé con un loco satánico que hace experimentos con niños- dijo con pánico.

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