23. Estás todo loco

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Venecia, Italia.
Narra Axel...

Bajamos de los helicópteros y rodeamos a Génesis y a los demás, los helicópteros apuntaron con unas enormes armas hacía Mengele y Génesis.

De la puerta principal entró Leah y el comandante, se detuvo frente a Mengele y extendió su mano.

- Entrega el aparato de Armstrong- dijo Leah muy seria.

- Señorita Antazas no veo la razón de entregar éste aparato tan poderoso, lo necesito- respondió jugueteando con el aparato.

- Entonces nos veremos forzados a usar la fuerza señor Mengele- dijo Leah caminando hacía nosotros.

Mengele rió muy fuerte y dijo:- Siempre los Le Strange tan violentos y malignos. Es por eso que quiero éste aparato, ¿Saben como sufrimos los humanos comunes tras la peste de su comunidad?, ¿¡Saben como enfrentamos su origen!?, ¿¡Sus modismos!?, ¡TODO! Les voy a devolver todo lo que nos dieron a nosotros, les daré lo que nos dieron durante años, los haré perder como perdimos nosotros.

- Estás todo loco, todos perdimos. Perdimos más nosotros, todos los tuyos mataron a la mayor parte de nuestra comunidad- dije molesto.

- Si, estoy loco, y mi locura me hará ganar la guerra. Y quedé satisfecho sabiendo que la mayor parte de los suyos murieron a manos de alguein como yo... No se merecen vivir- dijo levantando el aparato de Armstrong.

Presionó el ojo de jade y el aparato se abrió como un disco volador y lo puso en el suelo del departamento. Un rayo blanco salió hasta llegar más allá del cielo, de repente hubo un pequeño temblor y una onda expansiva derrumbó todos los helicópteros.

Elliot lanzó un relámpago a Mengele, pero lo detuvo con su mano robótica y una especie de aspiradora lo absorbió y lo regresó. Amber levantó los escombros y los comprimió contra Mengele; Mengele sacó de una pequeña mochila unas patas parecidas a las de una arraña y dos enormes pistolas a la altura de los hombros y un casco le cubrió la mayor parte de su cara; con sus patas metálicas detuvo los escombros. Sakura creo varios cuchillos y los lanzó, Mengele le disparó a los cuchillos y se desintegraron. Jessica y yo tomábamos las rocas con mis manos en forma de látigo y Jessica de serpiente y se las lanzábamos, el comandante disparaba sin parar con una pistola y Leonard le ayudaba con otra.

Génesis cubrió a Mengele en un circulo de fuego rosado y los otros dos chicos los resgardaban.

El aparato se elevó y lanzó varios rayos hacía todas partes, Elliot los bloqueó con relámpagos y Amber le ayudaba lanzando piedras. El amigo moreno de Génesis se lanzó contra mí con sus manos en forma de bolas con picos, lo tomé de las muñecas con mis manos en forma de látigo y lo lancé hacía el aparato.

El rayo se detuvo y un otro rayo blanco chocó contra el pecho de Leah.

- Leah- dijo el comandante corriendo hacía ella.

La intenté mover con ayuda de Elliot y el comandante pero parecía congelada. El rayo se tornó dorado y el rayo blanco que iba hacía arriba se tornó se ese color.

- A eso me refería con hacerlos perder... ¡PERDERAN TODO!- gritó Mengele para después reír.

Otro rayo blanco impactó contra Amber y otro contra Jessica y Elliot. El rayo de Amber era violeta, el de Jessica verde menta y el de Elliot azul, todos los rayos se dirigieron hacía el cielo.

- No- dijo Sakura tomando mi mano con fuerza.

- Vamos a estar bien- dije para después abrazarla.

Otro rayo impacto con Mateo, con Sakura, los dos amigos de Génesis y contra mí. Todos empezamos a levitar... Podía sentir como me extraían algo de mi cuerpo, pero no sentía dolor alguno.

- ¡TENDRÉ EL PODER ABSOLUTO! Serán hormigas ante mí, los reduciré a átomos- dijo Mengele y tomó entre sus manos el aparato.

- ¡No lo hagas!, te destruirá- dijo Leah con una mueca de dolor- Tu cuerpo es incapaz de resistir tanto poder junto, es lo que quiero que entiendas.

El rayo que apuntaba hacía arriba se tornó de todos los colores imaginables y Mengele sostenía el aparato mientras reía triunfante.

- Éste poder puede ser contenido en un simple cuerpo sólo necesito... "Lenar el arcoiris", ¿No Génesis?- dijo y miró a Génesis.

- ¡No Génesis! ¡No cedas!- gritó Leah intentando salir del rayo de luz.

El rayo se impregnó a Génesis y poco a poco empezó a flotar, pero a ella si le dolía por que empezó a gritar de una manera desgarradora. El rayo de luz que iba hacía arriba se completó con un color magenta de un instante a otro todo se detuvo.

- Espero que disfruten lo que pasamos los humanos comunes con su presencia, sentirán el miedo que sintieron miles de familias durante décadas- dijo Mengele y se colocó el aparato en el cuello como collar.

Elliot intentó lanzar un rayo pero no salió nada. Amber tampoco pudo hacer nada, nadie pudo, éramos comunes. Leah apenas podía mantenerse de píe y el comandante la ayudó, vi a Sakura que estaba en el suelo y corrí para ayudarla.

- ¿Estás bien?- pregunté acariciando su mejilla.

- Si- me dijo con una sonrisa cansada.

Mengele estaba riendo como todo un psicópata, acariciaba y jugueteaba con el aparato, como un niño pequeño.

- ¡Yo gané!- gritó acariciando el aparato.

- Todavía no- se escuchó la voz de Génesis.

Génesis tomó el aparato y lo giró, el ojo empezó a brillar de un color tornasol y lo puso en el pecho de Mengele, de tal manera que quedara el ojo en su pecho.

- Veamos si resistes el poder de los Le Strange, tu cuerpo no es capaz de soportar tanto poder junto- dijo Génesis haciendo presión sobre el aparato.

Una luz empezó a brotar del pecho de Mengele y parecía que se fragmentaba, como un espejo roto. Poco a poco se convirtió en un haz de luz blanca hasta que explotó. Esta vez Génesis empezó a absorber toda la luz mientras gritaba, levantó el aparato de Armstrong y la luz salió de su cuerpo y cada color se devolvió a su portador; un último rayo de color magenta desapareció de repente y Génesis quedó inconsciente; pero el aparato de Armstrong ya no estaba.

- ¿Está bien?- preguntó Elliot al comandante que revisaba sus signos vitales.

- Si, está inconsciente- respondió con sus dedos en el cuello de Génesis.

Miraba a Elliot que habalaba con el comandante cuando alguien me sacó de mis pensamientos. Sakura me acarició mi cabeza y se sentó junto a mí.

- ¿Por qué nada en nuestras vidas puede ser normal?- preguntó Sakura recargando su cabeza en mi hombro y con una risilla.

- Por que no somos normales- dije entre risas y la besé en la frente.

De la nada salieron más helicópteros que empezaron a rodear todo el edificio, bajaron unas escaleras de cuerda; de uno de ellos bajó una mujer de cabello rojizo, de los demás también bajaron otras personas y todos nos levantamos.

- Sasha- dijo Elliot que estaba junto a nosotros.

Sasha corrió hasta Génesis que apenas acababa de despertar. La abrazó y todos se quedaron en silencio.

- ¿Pensaste que no te iba buscar?- dijo Sasha mientras acariciaba la cara de su hija.

- Eso pensé- dijo y la abrazó.

- Lamento interrumpir pero... Necesitamos hablar y ahora- dijo Leah con un tono serio pero a la vez un poco triste.

...

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