Narra Sasha...Estábamos en el departamento, regresando de la reunión del día de hoy. Luka fue directo a su habitación y Tasha entró a la ducha.
Gabe y yo estábamos en la oficina, acomodé mi vestido, crucé las piernas y recargue mí cabeza sobré el hombro de Gabe.
- ¿En qué piensas?- dije acariciando su cabello.
- Recordé el día que Mark nos molestó, ¿recuerdas?- dijo recargando su cabeza sobre la mía.
- Si, quemamos la puerta del colegio. No olvidaré la cara de su padre, fue tan gracioso- dije entre risas.
- ¿Cuándo vamos a ver a tu madre?- preguntó frotando su mano sobre mi mejilla.
- No lo sé, hay que ver que día- lo besé en la mejilla.
- ¡Ya quiero verla! Tanto tiempo- exclamó Gabe.
- Bueno... Ya estamos solos, podemos... Divertirnos un poco- le acaricié su brazo y el se estremeció.
- Me encantaría pero... No estamos solos- miró a varias direcciones- está Leah- susurró.
- Tienes razón... Pero podemos divertirnos sacándole información- dije desabotonando su camisa.
- Me encanta cuando eres tan perversa- me dijo Gabe deslizando su dedo índice sobre mi garganta hasta mi boca.
- ¿Qué estamos esperando?, ¡Vamos!- dije tomando su mano.
Caminamos rápidamente hacía unas escaleras de metal que estaban en un balcón dejando ver la capital francesa; subimos las escaleras hasta llegar a la azotea del edificio donde había una pequeña habitación en mal estado: de concreto y techo de lámina.
Gabe sacó un montón de llaves de su pantalón y comenzó a quitar cada uno de los siete candados que aseguraban la puerta.
- Fue buena idea soldar las láminas con mi fuego, limitamos su escape mi amor- dije mirando el techo, el cual tenía unos rastos de que el metal estaba fundido.
- Listo- dijo Gabe en cuanto quitó todos los candados.
Abrió la puerta cuidadosamente y entramos a la habitación. Era relativamente pequeña, pero lo suficientemente grande para poseer un baño dentro, una mesa y una cama individual.
- Hola querida, ¿Estás cómoda?- preguntó Gabe caminando a Leah quitándole de la boca un trapo.
- ¿¡Te parece que estoy cómoda!? - dijo Leah muy molesta jalándose de las cadenas que la tenían apresada.
- Tranquila... Sólo venimos por información- dijo Gabe imitando una voz un tanto aguda- Toda tuya mi amor- dijo él y retrocedió.
Caminé hacía Leah y de mi mano expulsé un pequeño chorro de fuego azul frente a ella. Leah forcejeaba incansablemente pero sus intentos eran en vano; levanté mi mano como si dirijiera una orquesta y el fuego se elevó: dos hilos del mismo fuego se elevaron y se colocaron en las sienes de Leah; por un momento se quejó como si la estuvieran mutilado y luego sus ojos se pusieron blancos.
El fuego se tornó completamente blanco y formó una esfera la cuál comenzó a proyectar un edificio donde por una de las ventanas se veía a Elliot y a los demás.
- Ahí están... Tenemos que planear un ataque- dije manipulando el fuego.
- Será muy obvio mi amor, hay que esperar- dijo Gabe abrazándome por la cintura.
- De acuerdo- dije y solté la corriente de fuego- Trae un plato de sopa- le dije a Gabe y el corrió rápidamente al departamento.
Cuando regresó me entregó un plato de sopa con una cuchara.
- Ahora que tenemos respuestas, podemos divertirnos- dije arrastrando mis dedos por el pecho de Gabe simulando una persona.
- Me encanta ese plan- dijo él con gran emoción- Te veo abajo.
Consumí el fuego haciendo que Leah regresara en sí, sólo que no recordé a nada de lo que había pasado minutos atrás.
°·°·°·°·°·°
Narra Leah...
- Come- Sasha puso un plato en la mesa y me desató.
- Gracias- le dije antes de que cerrara la puerta de golpe.
Me senté en la mesa y comencé a comer la sopa (la peor sopa de mi vida). Terminé de comer y caminé hacía la cama para dormir un poco cuando a mi mente le llego una idea: romper la ventana del baño y salir por ahí.
Camine al baño y comencé a golpear la ventana, no era un espacio muy grande pero si podria salir por ahí.
La ventana se rompió, limpié los bordes, ya que había pedazos de vidrio y salí. Caminé en la azotea hasta llegar al borde del edificio: uno bastante alto; al fijarme bien había una piscina y con el riesgo de que estuviera vacía, salté...
Al entrar al agua sentí un gran alivio. Así que salí de la piscina rápidamente y toda empapada corrí hacía las calles.
Caminé por las calles de la cuidad intentando buscar algo o alguien. A lo lejos vi a un niño que se parecia a Eliott; castaño y de piel clara.
- ¡Elliot!- grité con todas mis fuerzas esperanzada de que escuchara- ¡Elliot!- volví a gritar y él se detuvo en seco volteando hacía la dirección en la que estaba.
Corrí en la dirección en la que estaba mientras él gritaba mi nombre.
Al llegar se detuvo en seco y me miró a los ojos. Me abrazó y al instante se separó.
- Pensamos que ya no te veríamos- dijo Elliot con los ojos cristalinos- Vamos con los demás, les dará gusto verla- me tomó del brazo y comenzó a correr.
Me sentí como nunca antes, pensé que la última vez que los vería sería el día que Gabe nos asesinara a todos (si ese día llegara, y ojalá no).
- Te hemos estado buscando- exclamó tomando mi brazo y cruzando la calle.
- Yo he intentado escapar, gracias al cielo por fin pude. Y lo mejor fue que te encontré- dije cansada pero con una gran sonrisa.
Llegamos a un edificio no muy alto y con puertas muy estrechas. Elliot abrió la puerta y entramos; sentadas estaban Sakura y Amber que platicaban muy cómodamente.
- ¡Leah!- exclamaron todos al mismo tiempo.
- Hola- dije cansadapero con una sonrisa.
Todos me rodearon y Jessica me dio un cálido abrazo.
- Pensé que nunca la volvegía a veg- dijo con lágrimas en los ojos.
- Ay Jessica, nunca podrán separar al dúo de oro. Jefa y detective contra las fuerzas del mal- dije sonriéndole.
Puse mi vista en la cocina al ver a una mujer de avanzada edad y de pelo blanco.
- ¿¡Reina Isabel!?-inquirí atónita.
- Tanto tiempo Leah, espero que tengas hambre por que la cena esta casi lista- dijo sirviendo los platos.
Era un alivio haber escapado... Eso sí, las cosas ahora serían más difíciles y peligrosas por la "situación" que había provocado.
...
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Le Strange
RandomTodos somos especiales... Ya sea por nuestros habilidades mentales o por nuestro atletismo... Pero no para Elliot y sus amigos. Para ellos ser especial es... Controlar la electricidad o la mente. ¿Como pudieron? ¿Con que ayuda? ¿Quien lo hizo? Y...