3. ¿¡Donde estamos!?

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Narra Amber...

Estábamos saltando de un edificio a otro, el frío aire recorría nuestros rostros. Aterrizamos en un edificio clausurado, apenas en construcción.

- ¿¡Donde estamos!?- preguntó Sakura mirando a todas direcciones

- Es nuestra... Baticueva- dijo Luka entre risas.

- Ahora es solo cuestión de esperar- Gabe nos dejó tiradas en el suelo.

- ¿¡Por qué!?- Sakura alzó la voz.

- Bájale de volumen a tu tono niña estúpida. ¿¡Por que!? Por que se me pega la gana traerlas de rehenes- gritó Gabe.

- En serio Gabe. ¡Por que?- dije calmando la situación.

- Quiero que sean testigos de lo que puedo hacer- dijo para después cambiar de forma a su forma normal.

De un cuarto salió Luka y las gemelas que sostienen de los brazos a una mujer.

- ¡Déjame!- gritaba y gemia desesperada.

- Se lo que hiciste Agatha, nada se me escapa. Se que le dijiste al ministerio de mi paradero. Se que me has traicionado cuando me habías jurado lealtad- Gabe le acarició el rostro.

- ¡Déjame en paz!- gimió desesperada.

- Gabe... Déjala por favor- intenté detenerlo.

Al instante de que hablé. cambio de forma a un enorme bestia deforme. Saltó y me apresa entre sus brazos y piernas, como un animal (en cuatro patas).

- Es mejor que te cayes Amber... Pero... Me has demostrado un valor y valentía que muchos han temido. Sabes... Podrías ser muy útil en las filas de nuestro ejército- habló con su fea voz rasposa.

- Yo no quiero ser parte de tu maldito ejército, ni yo ni Sakura- dije molesta.

- Por lo menos eres honesta... Te haré caso, no la voy a matar...- dijo y cambió de forma- No la voy a matar... ¡La va a matar la caída!

Gabe tomó del cuello a esa tal Agatha, la acercó al borde del edificio y la levantó.

- ¡Por favor!, ¡Ten piedad! Tengo un hijo recién nacido Gabe- imploró ahogandose.

- Se sentirá mejor al saber que su madre murió al traicionar al hombre que cambió al mundo con su presencia- la miró fijamente.

La soltó. Corrí a verla e inter salvarla, chocaba y revotaba una y otra vez contra las enormes placas de acero y varrillas.

Mis lágrimas de impotencia recorrían mis mejillas.

- ¿Quieres acompañarla?- preguntó Gabe.

Me levanté de golpe y corrí de nuevo con Sakura que estaba impactada.

- No- contesté limpiando mis lágrimas.

- Bueno... ¿Entonces me van a acompañar al mitin que pronto habrá?. Asi que no se quejen o...- mostró su monstruosa mano con garras afiladas.

Nos dirigimos a una habitación. Dentro había una mesa larga con seis sillas y platos de comida servidos.

- No soy tan malo después de todo- se idolatró Gabe.

Nos sentamos. Comenzamos a comer, la entrada era un cóctel de camarones con pulpo. La sopa era de hongos, algo muy delicioso de hecho, de plato fuerte un guisado de caviar y una copa de vino tinto.

- Pense que no tomaban- dijo Luka sirviendo una copa a las gemelas.

- Ya cumplimos quince- dijo en tono cortante Sakura.

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