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La lluvia era fuerte e intensa, no había truenos ni rayos pero se notaba que habría algunos más tarde y que lloveria toda la semana.

Odiaba cuándo llovía y aún así había un insoportable calor. Odio el calor.

-No voy a acompañarte nunca más a ese parque‐Me dice Chandler, quién trataba de cubrirse de la lluvia con su cardigan de la escuela-Era algo turbio.

-No era turbio-Contesto, girando la cabeza hacia él rápidamente.

-Si lo era, incluso había una chica que se la estaba mamando a su novio ahí mismo, en plena luz del día‐Me mira, incrédulo.

-Bueno, eso si fue asqueroso-Suelto una risita-Pero valió la pena y conseguimos los materiales para la clase de la próxima semana.

-Lo bueno-Alza las cejas-Estaban baratos asi que no me quejo de eso.

-Dios, mi tío me mata si me mojo el yeso-Me quejé, intentando que la chaqueta se enganche bien a mi muñeca enyesada.

-Pero ponlo bien, tonta, así-Me ayuda a engancharlo pero vuelve a desarmarse lentamente.

-¡Así no! Se va a mojar, cabeza de pija-Contesté, manteniendolo tapado-Ugh, no sé porque no trajimos un paraguas.

-No sabiamos que iba a llover... en fin, ¿me puedo quedar en tu casa hasta que pase la lluvia?-Se acerca a mí para cubrirme también.

-Si. No sé quién está en casa pero si mi tío llega puedo pedirle que te lleve, si la lluvia no para después de un rato.

‐No importa eso-Sacude la mano-Solo espero poder secarme al llegar. Diablos, llueve demasiado, hasta creo que me mojé la ropa interior.

-Quizá eso no sea agua de lluvia-Lo miré con desagrado y luego solté una carcajada mientras él me empujaba-¿Que? Tal vez te measte del miedo de ir a ese parque como me estuviste diciendo en todo el camino.

-Claro que no, no daba miedo. Solo dije que era turbio, como... no sé, no sé como explicarlo pero parecían de esas zonas donde venden drogas por doquier-Explica.

Apresuramos el paso ya que estábamos cerca y saqué las llaves de mi casa para abrir y entrar, soltando un suspiro de alivio.

-Por fin...-Chandler sonríe, quitándose la chaqueta de la cabeza.

-Quitate los zapatos, tienes barro-Avisé mientras me quitaba los míos.

Caminé hasta la cocina, siendo seguisa por él. Busqué algunas galletas para comer y las dejé sobre la barra, sonriendo.

-¿Que quieres merendar?-Indagué, revisando la nevera.

-Mh, ¿tienes café?-Se acercó a mi, curioso.

-Obvio que tengo, mi tío es médico. Es lo único con lo que sobrevive-Mencioné, tomando dos tazas.

-Siento que tu tío y Liz trabajan demasiado-Entrecierra los ojos-Aunque se ve joven y con energía siempre, incluso cuando se hace cargo de ustedes... oh me gustaría se así de viejo aunque no quiero envejecer.

-Menos yo. Debe ser horrible, mi mente no me proyecta cumpliendo más de treinta y cinco años‐Sacudí la cabeza.

Comencé a escuchar sonidos de pisadas y puertas cerrándose. Hice una mueca, analizando aquellos pasos, el sonido y la rapidez con la que se movían.

-Luke está viniendo-Murmuré sin dejar de preparar los cafés.

-¿Te diste cuenta de que era él solo por escuchar sus pisadas?-Chandler me miró extrañado.

Natural Disaster | HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora