Capítulo 1: La Boda

469 34 8
                                    

Primero que nada, al principio de El Campamento, mucha gente confundió las primeras líneas con una boda. Así que pensé ¿por qué no empezar el segundo libro con una boda?

Y acá empieza la historia...


Terminé de leer aquel artículo en el periódico sobre aquel hombre, Richard O'Connelly, al que habían encontrado muerto en su casa, al parecer le habían disparado desde una distancia de cuarenta metros. Por intuición, miré por la ventana hacia el edificio de en frente, imaginando que O'Connelly se encuentra aquí y le disparan desde la ventana que se encuentra justo al otro lado de la calle.

Mi mirada se encontró con el reloj, ya eran las diez de la mañana.

Me miré al espejo y me quedé observando mi rostro maquillado. No acostumbraba a usar maquillaje, al menos no como cuando tenía quince y usaba delineador y pintalabios rojo, con el tiempo lo dejé. Mi cabello estaba lleno de ondas bien formadas, mi cabello de por sí ya tiene sus propias ondas, sólo que son un desastre. Cada vez que me arreglaba me pasaba lo mismo, me quedaba observándome como si la persona que viera en ese espejo fuese otra.

Di la vuelta y observé mi vestido blanco colgando de una percha sobre el armario. Aún llevaba el pijama puesto, esta mañana ni siquiera me molesté en desayunar para no llegar tarde a la boda.

Francesco, mi amigo de Italia, se había tomado la molestia de mandarnos invitaciones hechas por él mismo con ayuda de sus cinco hermanas. Fue un buen toque, puesto que ya no se usaba esto de hacer las invitaciones caseras. La boda se haría aquí en Londres y tenía que apurarme si quería llegar a tiempo al almuerzo.

Llegué aquí hace ya dos semanas, Jackson me había invitado luego de salir de mi graduación espantosa. Mi papá se había opuesto rotundamente a que viniera porque Jackson no era de su agrado. Mi mamá, en cambio, no se opuso del todo. El año pasado escapé de mi casa en Nueva York luego de que el Director de la Sede de Servicio Secretos de ese momento dio una orden de captura para asesinarme por conspirar en su contra y me refugié en Londres. Jackson fue allá a rescatarme y cuidó de mí aquí, mi mamá lo quería, entonces no se negó. Además yo ya tenía dieciocho años y sabía defenderme perfectamente bien, entrené durante diez años para ser espía. Este era mi último año en la Academia, el más temido.

Dejé mis preocupaciones de lado y recordé que las vacaciones de verano recién empezaban.

Me metí dentro del vestido tratando de que la tela no rozara con nada, puesto que era blanca y no quería llegar a la boda con una mancha. El vestido me llegaba más arriba de las rodillas y era un modelo bastante simple. Llevé mi mano a la espalda para cerrar la cremallera y no podía.

—¿Ya estás lista?—Jackson salió del baño con su traje ya puesto, con saco y corbata en manos. Venía acomodándose las mangas de la camisa con una increíble dificultad.

Sólo una vez había logrado verlo en traje, él los odiaba. Se veía tan guapo, un hormigueo me recorrió el estómago cuando lo vi con su camisa desabrochada en el cuello. Jackson nunca dejaba de sacarme el aliento. Me daba gracia verlo luchar con las mangas de la camisa.

—Te ves...wow—tartamudeó Jackson cuando por fin levantó la vista y me vio con mi vestido—Hermosa—dijo al fin y se quedó mirándome boquiabierto.

—No te quedes mirándome, ayúdame con esto—le mostré la cremallera del vestido que no había logrado cerrar. Volteé hacia el espejo, mis mejillas se habían sonrosado, como cada vez que Jackson me hacía un alago, por suerte el maquillaje amortiguaba el color.

Jackson dejó su saco y corbata sobre la cama y terminó de cerrar mi cremallera. Luego se quedó observándome a través del espejo con sus manos en mi cintura.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora