—Mis padres no quieren que vuelva a la Academia este año—comentó Noah de mal humor—Quieren enviarme a la casa de mi tíos en Escocia. Me iré mañana.
Jackson bajó la mirada preocupado y no dijo nada, nadie decía nada. Noah era el único alumno de la Academia que estaba en la lista y ya todos sabían cuánto pagaban por él. Al menos si se iba lejos, no correría peligro.
Todos los amigos habían venido al departamento, reinaba un ambiente de depresión. Nada había vuelto a ser igual desde el día del banquete. Incluso Bill, quien siempre parecía verle la gracia a cualquier situación, se veía asustado.
Faltaban dos semanas y media para el inicio de clases y los muertos seguían. De setenta y cinco personas que había en la lista, quedaban treinta y cinco y esto era algo que no parecía querer parar. La mayoría de los asesinatos fueron como los primeros dos, (disparos desde cien metros de distancia), uno de los más comunes era envenenamiento o eran atropellados por autos. De esa forma los asesinos cobraban el dinero y huían. Muy pocos asesinatos fueron hechos a mano, creo que sólo cinco, en uno fue la misma esposa quien mató al espía. Otros simplemente desaparecían. Y cuando veíamos que se producía una nueva pérdida de dinero era porque esa persona ya estaba muerta.
Mientras más pequeña se hacía la lista, mayores se hacían las probabilidades que fueran tras mis amigos.
Hacía rato que veía que Lucas y Becca se lanzaban miradas sospechosas. Nunca los entendí mucho como pareja, pero después de todo parecían entenderse más de lo que creía. Finalmente, fue ella quien terminó con el misterio.
—Mis padres tampoco están de acuerdo con que entre a trabajar a la Sede Central hasta que todo pase—dijo Becca—Mi hermano quiere que me vaya con él, trabaja en Alemania. Y mis padres estuvieron de acuerdo, así que me iré pasado mañana. Y...Lucas vendrá conmigo.
Lucas bajó la mirada y se quedó mirando el suelo triste, evitando la mirada de Bill, quien se había quedado mirándolo como si este lo hubiera traicionado al dejarlo solo. Becca se abrazó a Lucas y creería haber visto que se le cristalizaban los ojos. Fue lo más cercano a un sentimiento que le he visto jamás.
—Yo no iré a ninguna parte, que se pudran todos—escupió Bill—Si quieren matarme, que vengan y que lo intenten, los estaré esperando.
Todos nos quedamos observándolo y pensando que su osadía era estúpida; pero nadie dijo nada. A veces, en momentos de miedo y desesperación, se necesitaba a una persona que mostrara valentía.
Fue difícil despedirse de Lucas, Becca y Noah porque no sabíamos cuándo los volveríamos a ver o si es que siquiera los volveríamos a ver. Ellos tres estarían seguros lejos, pero Bill, Jackson y yo nos quedábamos en el campo de batalla.
A la noche me quedé sentada con Jackson en el sofá, por si las dudas cerré la puerta con llave y trabé las ventanas. Sabíamos que estábamos seguros aquí porque la Junta Directiva enviaba agentes encubiertos a donde sea que yo fuera. Gower dijo que yo era muy valiosa para ellos y por más que no esté en la lista corría peligro igual.
—Míranos, ni siquiera sé si volveré a ver a mis amigos y Patrick tiene su propio refugio. Todo es tan fácil cuando tienes dinero—masculló Jackson—Al igual que la maldita Junta Directiva, ellos tienen sus propios búnkeres mientras que a nosotros nos están matando y no tenemos en dónde escondernos.
—Escuché que Gower no se esconderá—dije incómoda.
Ya no me gustaba que Jackson criticara a la Junta Directiva, ellos me dieron trabajo, aprecian mi capacidad. Si no fuera por ellos, yo seguiría sin tener nada.
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La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)
Teen FictionEste es el tercer libro de la trilogía El Campamento y antes de leerlo les recomiendo haberse leído Jackson (derivado de El Campamento que trata sobre el personaje homónimo) Sinopsis: Al final del primer libro, Alex y Jackson decidieron continuar co...