La mañana del lunes tuve que salir temprano para una reunión con la Junta Directiva. Sinceramente estaba nerviosa, cada vez que esa gente decía algo me cambiaba la vida. Lo único que me reconfortaba era que Gower estaría allí, él era el único de la Junta que no parecía de la Junta.
Hacía poco me habían entregado un permiso para subir al piso de la Junta, obviamente que sólo podía subir cuando ellos me lo pidieran, al menos por ahora porque recién me iniciaba.
Al llegar a la habitación de la fuente de los leones, me llevé una sorpresa al encontrarme a Clarissa Turner sentada en el sillón mirando por el gran ventanal con una taza de té en la mano.
—Crawford—volteó hacia mí—Ven, siéntate—señaló a su lado en el sillón.
Miré hacia la fuente, buscando algún rastro de los demás miembros y sin embargo la habitación estaba tan silenciosa como siempre.
Caminé con paso temeroso hacia el sillón y tomé asiento. Y aunque parecía ridículo, traté de hacerlo lo más silenciosamente posible, como si al más mínimo ruido, ella me echaría.
—¿Te ha gustado tu regalo?—preguntó mientras le daba un sorbo a su té.
Su cabello estaba perfectamente recogido en un moño y su traje fucsia no tenía ni una arruga. Al contrario, su rostro ya tenía varias líneas marcadas y sus ojos eran tan claros que parecían blancos al recibir la luz del día.
—Mucho—sonreí.
—Espero que puedas aprender a usarla, es parte del contrato para trabajar con nosotros—me miró de reojo. Asentí con mi cabeza y me acomodé el cabello nerviosa.
Mis lecciones de motocicleta no iban para nada bien hasta el momento. Tenía moretones por todas partes de la cantidad de golpes que me daba en la pista y una quemadura en la pierna. Además, mi entrenadora era demasiado estricta y ya me quería hacer esquivar obstáculos cuando ni siquiera sabía mantener el equilibrio con la moto.
—Disculpe…—dije nerviosa. Ella levantó la mirada hacia mí e hizo un gesto para que hablara—¿Dónde están los demás miembros de la Junta?
Hasta ahora ella no me había mencionado para qué me llamó y no se sentía ni un murmullo del otro lado de la fuente, donde suelen estar los demás.
—Ellos no vendrán hoy—respondió suavemente y con la mirada esquiva—Esta reunión quedará entre nosotras dos—le dio otro sorbo a su taza de té.
Hubo unos segundos de silencio que se me hicieron eternos. Sentía un nudo en mi pecho y ganas de retirarme de ahí lo más antes posible. Ella no parecía sentirse nada incómoda, al contrario, es como si ella creyera que estaba sola en esa habitación.
Natalie era una mujer dulce y cariñosa comparada con Clarissa Turner. Ahora recuerdo que ella siempre se pone de los pelos cada vez que se refiere a Turner.
—Lee Tremblay…—comenzó. Se me estrujó el corazón y me quedé estática—Él parece estar seguro de que el creador de la Lista es alguien de la Junta.
Iba a matar a Jackson por el simple hecho de no saber cuando parar.
—Claro que no—me apresuré a responder. Fruncí el ceño ante mi propia respuesta. Jackson claramente dijo que era alguien de la Junta y yo ahora estaba mintiendo asquerosamente por él.
—¡No mientas!—levantó el tono de voz y me quedé petrificada. Luego ella se calmó otra vez y dejó su taza de té sobre la mesa—No mientas—repitió suave—No tienes por qué defender a nadie, conmigo no. Entre nosotras dos no puede haber secretos. Y tampoco existe el amor en este trabajo, así será a partir de ahora. Mejor que lo sepas.
Miré el suelo sólo para evitar decir algo que sé que me haría perder este trabajo.
—Dime qué sabe Lee Tremblay—dijo en tono severo.
—Él no sabe nada, ni siquiera tiene pruebas. Dijo eso porque estaba enojado, al igual que todo el mundo, y no creo que sea el primero que haya dicho eso—dije en tono duro. Acababa de darme cuenta de que no importaba quién era la persona que criticara a Jackson, siempre me salía el instinto protector—Pero yo sí sé algo—continué. No sabía cómo había podido olvidar semejante cosa. Ahora Turner parecía dispuesta a escucharme otra vez—La noche en que ingresamos al Coliseo, vi a alguien que no debería haber estado allí.
—¿Quién?—exigió entre dientes y entrecerró los ojos como si ya se estuviese viendo la respuesta venir.
—Arthur Donelly—respondí. Su mirada tan clara, de repente se tornó demasiado oscura y sentí miedo por Donelly. Ese hombre me dio mala espina desde un principio y si no confesaba, Turner iría tras Jackson. De todas formas, Donelly no tenía por qué estar ahí.
—Confío en tu palabra—dijo fríamente—Descríbeme exactamente todo lo que viste.
—Él estaba viendo el espectáculo y cuando llegaron los espías se mezcló entre la gente que huía—expliqué.
—¿Quién más sabe de esto?
—Sólo yo.
—Bien—asintió con su cabeza—Si no tienes nada más que decir, puedes retirarte.
—¿Qué sucederá con Donelly?—pregunté.
—Tú no te preocupes por eso, tampoco se sabrá que fuiste tú quien me dio la información—respondió y siguió bebiendo té.
Asentí con mi cabeza y me encaminé hacia la puerta.
—Por cierto, Crawford, controla a Lee, no queremos que se vuelva un problema –dijo sin siquiera voltear hacia mí—Las únicas aliadas aquí somos nosotras.
—No lo será—musité.
Salí prácticamente huyendo de allí. El corazón me latía a mil por hora. No sabía que sucedería luego de esto y tenía miedo por Jackson. ¿Por qué siempre tenía que ser tan complicado?
Cuando llegué a la recepción de la Sede Central, Jackson estaba apoyado en la puerta de entrada, esperándome. Apenas me vio, vino corriendo y me tomó la mano, parecía muy feliz.
—Alex, ven, necesito mostrarte algo—sonrió y dejé que me llevara.
En realidad no estaba de humor para nada y sabía que Clarissa Turner estaría observándome cada segundo. Aunque tal vez ahora tenga cosas más importantes que hacer con Donelly.
Con solo pensar lo que le sucedería a Donelly luego de que lo haya mandado al frente, comencé a sentirme insegura ¿Y si en realidad no era él? Turner me echaría para siempre de aquí. Por otro lado, si era él, podría ser una oportunidad para ganarme la confianza de Turner.
Me había dado cuenta de que, a solas, ella era otra persona. Se notaba a la legua que no confiaba en los otros miembros y con gente como Donelly, yo también me cuidaría la espalda.
—¿A dónde vamos Jackson?—pregunté malhumorada. Necesitaba hablar seriamente con él, pero no podía ser aquí.
Habíamos salido de la Sede Central y ahora le estábamos dando la vuelta al edificio. Casi ya habíamos salido del perímetro, habíamos pasado la zona de carga y nos dirigíamos hacia el alambrado.
—Es una pequeña sorpresa—dijo él.
—No más sorpresas, Jackson—gruñí.
—No es ese tipo de sorpresa—rodó los ojos y sacó un llavero con al menos veinte llaves para abrir el candado de la cerca.
—¿De dónde sacaste eso?—le arrebaté las llaves y miré hacia todas partes. Había cámaras por todos lados. Comencé a sudar como loca, Turner no aceptaría más cosas de Jackson.
—¡Tranquila!—me sacó las llaves—Se las pedí a los guardias, no tienen problema en dejarnos pasar hacia la parte vieja—explicó más tranquilo—¿Qué te sucede?—se detuvo en seco.
—Nada—bufé—Sólo llévame a esa sorpresa—forcé una sonrisa que Jackson se tragó fácilmente.
Frente a nosotros se alzaba una arboleda y entre los árboles se abría un camino de tierra que, por su aspecto, hacía mucho tiempo no había sido pisado. Al finalizar el camino de tierra, una enorme pista de carreras se abría paso bajo nuestros pies.
—Es la antigua pista, quedó abandonada luego de que trajeran las nuevas motos—explicó Jackson. A los costados de la pista crecían pastos de medio metro de largo y la grava estaba salpicada de hojas que caían de los árboles que la rodeaban y la ocultaban.
—¿Esa es mi moto?—señalé el vehículo que reposaba bajo un árbol.
—Brianna dijo que no habría inconvenientes si la usábamos aquí.
—Pero aún no aprendo a manejarla del todo bien—comenté.
—Esas clases no sirven de nada, yo te enseñaré mejor—sonrió. Rodé los ojos graciosa—Yo no aprendí a usarla en la pista, aprendí en la calle, es la mejor forma.
Trajimos la moto hacia la pista y me coloqué el casco para luego montarme en la moto.
—Antes de ponerla en marcha, tienes que familiarizarte con la moto—dijo Jackson juntando sus manos como experto—Ajusta los espejos a tu gusto y acomódate.
—¿Desde cuándo eres motociclista profesional?—reí mientras hacía lo que él decía.
—Solo se aprende mejor. Y también tuve que leer un manual, eso ayudó bastante—explicó encogiéndose de hombros—Ahora yo seré tu manual—sonrió.
—Si según tú se aprende mejor solo ¿por qué me enseñas?
—Porque veo que la estás pasando mal en esas clases—respondió obvio—Bueno ya, pon en marcha la moto antes de que me olvide el paso dos.
Reí y continué haciendo todo lo que él me enseñaba. Jackson no me presionaba, a veces se alteraba un poco—usual en él—pero fue muy paciente conmigo. Aprendí mucho más en una clase con él que en cinco clases con la instructora. Jackson me enseñaba trucos y estrategias que sólo Brianna podría llegar a conocer. Me enseñaba a combinar las distintas funciones con las velocidades para conseguir mejores efectos. Por ejemplo, me enseñó a que si quería andar más rápido, debía desactivar todas las funciones tales como el escudo antibalas o el disparador, ya que le quitaban energía a la moto.
Esta pista era mucho más amplia que la que estaba en la Sede. Era completamente básica, pero practicaba las maniobras con conos que Jackson había traído y practicaba la puntería del disparador con troncos secos que había alrededor de toda la pista.
—Creo que es suficiente por hoy—avisó Jackson. Nos habíamos pasado casi toda la tarde aquí dentro.
El sol ya estaba cayendo y reflejaban sus rayos dorados sobre las copas de los árboles.
Detuve la moto y me bajé de ella. Se había puesto fresco, por suerte ya no corría viento.
—¿No quieres dar una vuelta tú?—le pregunté a Jackson.
—Por supuesto que sí—respondió obvio, se puso el casco y se subió—¿Qué esperas?—me miró incrédulo. Fruncí el ceño y él me tomó la mano y me atrajo hacia la moto—Sube.
Me subí detrás y me coloqué el casco.
—Agárrate fuerte—dijo cantarín.
—¿Debería arrepentirme?—él comenzó a reír y arrancó la moto.
Al principio llevaba un ritmo suave mientras daba vueltas por las curvas de la pista. Luego, se tiró fuera de la pista y comenzó a recorrer el camino de tierra.
—¿A dónde vamos?—dije en voz alta para que me escuchara. Él no respondió.
Cuando creí que íbamos a estrellarnos contra los árboles, salimos a una ruta. A los costados había grandes campos verdes y cuando miraba hacia atrás, no se veía ni un rastro de la Sede, la escondían los árboles.
Jackson aceleró la velocidad y me abracé fuertemente a su cuerpo. La moto tenía un movimiento tan suave, que más que rodando, estaba flotando sobre el suelo. Además, el ruido era casi mudo y el que apenas pasaran autos hacía que el trayecto fuese mucho más placentero.
Así anduvimos hasta que estuvimos ya muy lejos de la Sede. La hora dorada del sol ya había pasado y ahora sólo comenzaba a oscurecer.
Nos detuvimos a un costado de la ruta y nos quedamos apoyados sobre la moto mirando algunas colinas verdes que se alzaban frente a nosotros.
—¿Qué pasó en tu reunión con la Junta?—preguntó Jackson. Mantuve silencio—No hay micrófonos ni cámaras aquí—rio. Lo miré dudosa—¿Te amenazaron?
—¡No!—me apresuré a responder. O tal vez sí.
—Entonces ¿qué? No puede ser nada que yo no sospeche—sonrió.
—Adivino, porque tú siempre sabes todo antes que los demás—me burlé. Él sonrió incrédulo. Ahora me acerqué a él y lo miré seria—Te voy a pedir un favor y quiero que me hagas caso—él bajó las cejas y se colocó las manos en las caderas—Mantente callado.
—¿Acaso a Turner no le gustó que haya dicho la verdad sobre la Junta Directiva?—rio irónico.
—No—contesté fría y lo regañé con la mirada—Jackson, te lo suplico, no hagas más acusaciones…
—¿O qué me harán?—saltó—¡Ya estoy en la lista!—se encogió de hombros.
—¡Y por esa misma razón te pido que no te pongas en contra también a la Junta!—espeté—Jackson, sólo escúchame por una vez en tu vida y deja de provocar a la Junta Directiva. Es de mi trabajo del cual estamos hablando, ten un poco de respeto.
—Es que aún no termino de digerir que trabajes para ellos—me miró incrédulo. Negué con mi cabeza y me mordí el labio inferior. No podía sacar otra vez este tema—Pero si es lo que quieres…—cambió de actitud repentinamente. Creo que él tampoco quería volver a esa discusión que yo creí más que cerrada.
—Gracias—murmuré.
—Si ves algo raro o si te obligan a hacer cosas malas, me lo dices—asentí con mi cabeza, sin mirarlo a la cara. Se produjo un mutismo que duró unos segundos. Estaba enojada con él, sentía que no le importaba nada—Ven—abrió sus brazos hacia mí. Corrí mi mirada y él me tocó la nariz con el índice. Reí y apoyé mi cabeza sobre su pecho. Él me rodeó con sus brazos, se estaba tan calentito aquí dentro que no quería que me soltara.
Jackson atraía problemas incluso estando dormido, pero después de todo era más que bueno conmigo.
—Creo que en algún punto de este trabajo, nuestro trabajo, siempre tenemos que hacer algo malo para salvar a alguien—dije. Él se apartó de mí y me clavó la mirada por varios segundos.
Creí que me regañaría o que iniciaría todo un interrogatorio, pero asintió levemente con su cabeza y otra vez nos quedamos en silencio mirando el paisaje.
—Mira todo esto, tan pacífico—comenté. Él asintió con su cabeza, pensativo—¿A veces no desearías poder congelar momentos?—pregunté al fin. Últimamente me sucedía mucho eso con él. Deseaba volver a las primeras dos semanas del verano, cuando todo era normal y hermoso, y podíamos salir a dar paseos a la calle tranquilos y el verano se veía interminable.
—Aún estamos a tiempo—su voz sonó como muy lejana, pero sentí que sus palabras me golpearon en lo más profundo del alma—Todos los días podrían ser así—había cierto tono de enfado en su voz, pero se veía más absorto en el paisaje.
Simplemente no podía concordar con Jackson en huir juntos y dejar todo atrás. Quería más que nada en el mundo empezar una vida con él, pero no quería hacerlo sintiéndome culpable por todo lo que dejé atrás.
—Volví para darle fin a todo esto, y lo haré.Nota de la Autora
Me produjo mansa paz interior escribir este capítulo. No se diga más.
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La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)
TienerfictieEste es el tercer libro de la trilogía El Campamento y antes de leerlo les recomiendo haberse leído Jackson (derivado de El Campamento que trata sobre el personaje homónimo) Sinopsis: Al final del primer libro, Alex y Jackson decidieron continuar co...