Capítulo 45: Reina de mi Corazón

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La noche de Navidad fuimos a cenar con mi familia a un restaurante, Jackson y yo volvimos solos a casa. Mi familia se fue a acostar temprano ya que mañana tenían que estar en el aeropuerto a las seis de la mañana. Aunque sea me hubiese gustado que dejaran a mis hermanos aquí, hubiéramos estado más tiempo juntos y podrían haber conocido mejor la ciudad.

Le cedí el departamento a mi abuelo durante estos días. No tuve ningún problema, desde que empezaron las vacaciones, pasaba mucho tiempo en la casa de Jackson, ya que su madre siempre estaba en el hospital, teníamos la casa para los dos solos y hacíamos lo que queríamos. Nos cocinábamos nosotros, nos quedábamos mirando alguna película antes de acostarnos y en las tardes nos íbamos a pasear al centro comercial o nos juntábamos con sus amigos. Extrañaré esta vida cuando tenga que volver a casa.

Francesco me había mandado saludos para la navidad, se había ido a pasar la fiesta a Italia con toda su familia. Me dijo que vendría para año nuevo, eso espero, porque hacía mucho no lo veía y necesitaba un respiro de la Sede Central.

—¿Qué haces?—preguntó Jackson apareciendo en la habitación, recién salido de la ducha y con el pijama puesto.

—Francesco me mandaba saludos—respondí—A ti también.

Jackson se posó frente al espejo que colgaba sobre la cómoda y se pasó el peine así nomás por la cabeza. Me acerqué a él y me apoyé sobre el escritorio en el que él suele estar estudiando. En un rincón del escritorio tenía apilados algunos libros. Ahora estaba ordenado porque eran vacaciones, pero cuando no, el escritorio estaba repleto de libros y hojas.

—¿Estás emocionado por empezar la universidad?—le pregunté.

—Nunca creí que iría a la universidad—rio.

Jackson logró conseguir su beca y se pagaría sus estudios con el dinero que ganaba trabajando para la Sede. Mientras tanto, tendría que seguir viviendo con su madre.

—¿Dejarás las misiones?—le pregunté.

—En un futuro sí, supongo que estaré muy ocupado en el forense o donde sea que pueda ejercer. Si consigo un trabajo mejor y eso implica dejar la Sede, pues lo haré Prefiero lo normal, la locura es lo tuyo—respondió, acomodándose entre mis piernas—Pero como te dije, falta mucho para eso. Años.

Jackson se quedó pensativo unos segundos.

—¿Por qué se separaron tus padres? No veo que se lleven tan mal—dijo al fin.

—Ahora no se llevan mal—reí irónica—Llevar las cosas muy rápido, ese siempre fue su problema. Para empezar, me tuvieron a los dieciocho años, eso ya supuso un gran problema. Mi mamá prácticamente se escapó con mi papá y cuando se quedó embarazada de mí, mi abuela la trató como si fuese una cualquiera. Entonces mi mamá escapó otra vez. Dejó de estudiar por mí.

—En ese caso, tú no tienes la culpa.

—Claro que no, ellos pudieron haberse cuidado—repuse—Asimismo, mi padre se la llevó a vivir con él y mis abuelos y cuando yo nací, se casaron. Más tarde compraron una casa, la que está en Queens, y se fueron a vivir juntos. Para cuando Sam nació, ya tenían muchos problemas. Peter tenía algunos problemas de conducta en la escuela y eso generaba más problemas. A veces papá se iba de casa en la mañana y volvía muy tarde en la noche, lo cual era otro motivo de pelea entre ellos—narré, recordando esos horribles momentos de mi vida en el que siempre estaba depresiva—Así que se separaron por casi un año y luego se reconciliaron. Al poco tiempo mi mamá se quedó embarazada de Emma y ya tres hijos son difíciles de mantener, imagínate cuatro. Pero parece que se dieron cuenta muy tarde de eso. Se divorciaron unos meses antes de que naciera mi hermana.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora