Capítulo 3: La Caja

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Y acá está el último...


Luego de la boda volvimos al departamento.

—Iré a tomar un baño—le avisé a Jackson cuando entramos a la habitación.

—¿Puedo ir?—preguntó con una sonrisa traviesa en su cara.

Lo miré seria y cerré la puerta del baño en su cara.

Aún seguía un poco molesta con él por no sentir la confianza necesaria como para explicarme algo que todos saben sobre él. Recuerdo que no tuvo problema para confirmarme todos los rumores que en la Academia corrían sobre él, sobre que era un mujeriego y que estuvo con casi todas las chicas de ahí. Sin embargo lo hablamos y lo solucionamos.

Al salir de la ducha, Jackson estaba recostado sobre mi cama. Se había quitado el traje y se puso la ropa que trajo anoche.

—¿Sigues molesta?—preguntó.

—Por supuesto que sí, sólo pasaron diez minutos—respondí tosca.

Jackson se sentó a la orilla de la cama y se quedó mirándome mientras me peinaba.

—Lo lamento—dijo él—No quería hablar del tema frente a ellos y lo que sucedió ya es parte de mi pasado.

Dejé lo que estaba haciendo y me senté a su lado. Jackson una vez me dijo que cuando lo conocí, él ya había dejado de ser esa persona de los rumores, me pregunto si esto está asociado a ese Jackson del pasado.

—No me interesa qué sea eso que hayas hecho, yo sólo quiero que me tengas confianza para contarme lo que sea—me expliqué.

—Prometo algún día hablarte sobre esto; pero no ahora—dijo Jackson.

Jackson era muy cerrado en cuanto a su pasado se refería. Ni siquiera me ha dicho el nombre de su padre, detesta hablar sobre ese tema.

—Mi mamá quiere que vayamos a cenar—dijo Jackson—Si quieres le digo que teníamos planes.

—No, claro que no. En las dos semanas que llevo aquí apenas si he podido verla y no he conocido tu casa, tú siempre estás aquí.

—No parará de hacerte preguntas—bufó—¿Y para qué quieres conocer mi casa?

—Iré a cambiarme—sentencié.

Sé que Jackson rodó los ojos detrás de mí; pero si él quiere que esto funcione tiene que dejarme conocerlo más. Hasta ahora él sabe casi todo de mí, ya ha ido a mi casa, conoce mi familia, yo le hablo sobre mí y él lo único que hace es construir muros para que yo no vea lo que hay en su vida. Siento que este secreto que él me guarda tiene mucho que ver con todo su ensimismamiento, sólo espero que esto no nos destruya.

Jackson vivía en un barrio pintoresco de Londres. Su casa tenía jardín delantero y a través de las ventanas se veía la luz que salía de adentro. Elena, su madre, nos abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Tenía la misma sonrisa dulce y simpática que Jackson, se parecían mucho, excepto que ella tenía los ojos marrones.

—Alex, al fin puedo verte—dijo ella con una sonrisa en su cara—Parece que Jackson necesita una invitación para volver a su propia casa—bromeó, aunque pensándolo bien eso tenía mucho de regaño. Sentía un poco de culpabilidad por eso.

Jackson sonrió irónico y me hizo pasar a la casa. Era pequeña por dentro, aunque Elena la tenía muy bien decorada. Además había mucha paz aquí, si fuera mi casa ya habría un montón de juguetes tirados en el suelo, niñitos correteando y gritando, mi abuelo que cuando viene pone música, mi mamá que no para regañar a Peter, Peter que no para de molestar a Sam, Sam que no para de llorisquear y Emma que le gusta cualquier juguete que haga ruido. Aquí sólo eran Jackson y su madre.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora