Capítulo 41: El Amanecer

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Una vez que terminamos nuestro asunto en el piso de la Junta Directiva, fuimos todos directo al ascensor. Brennan y Gilbert se habían quedado sentados en el sillón de la sala de la fuente mirando hacia afuera, ya no le quedaba mucho a la noche. Me volví corriendo a la habitación a buscarlos, sé que Gilbert no podía moverse, pero al menos tenía que asegurarme de que estuvieran bien.

—Nosotros nos quedaremos aquí, somos una carga para ustedes—dijo Brennan—No hay lugar más seguro que este piso.

Jackson me indicó que les hiciera caso y subiera al elevador, donde ya todos me estaban esperando. Hice lo que ellos querían y me subí al elevador. Fui hacia el fondo con Jackson, los demás se quedaron felicitando a Natalie por su nuevo puesto. Se le había llenado la cara de colores. Siempre la había querido todo el mundo y en la Sede deseaban que ella se postulara para la Junta.

—Tengo un montón de propuestas la Sede y la Academia—dijo Bill emocionado.

Natalie asintió con su cabeza y la palmeó la espalda.

—Si nos sacas de aquí, no dudaré en escucharlas—bromeó Natalie.

Una vez que el ascensor se detuvo en la planta baja, recorrimos el perímetro para ver que no se haya infiltrado ningún guardia. El portón metálico seguía cerrado y no se escuchaba ni un ruido. Pues estaba hecho exactamente para que nadie intentara infiltrarse en el piso de la Junta Directiva.

—Iremos directo a la Cueva—dijo Brianna.

—¿Cómo vamos a llegar? No volveremos a pasar por ese pasillo—dijo Becca.

—Por mi túnel—respondió Gower extendiendo el bigote y adentrándose en el pasillo que pasaba por al lado del ascensor. Lo seguimos de atrás y llegamos a una salida de emergencia, por la cual comenzamos a descender unas escaleras—Siempre tuve una relación muy directa con la Cueva, así que mandé a construir el túnel para no tener que atravesar toda la Sede.

—Es el único que nos visita—comentó Brianna.

—Admiro todo lo que hay ahí, era una buena forma de matar el estrés que me causaba estar todo el día allá arriba—dijo Gower—¡Y pensar que hasta el día de hoy me criticaban la construcción de este túnel! Miren qué útil resultó.

La Ciudad Tecnológica se encontraba debajo de la cochera, la cual estaba ubicada en la entrada de la Sede, mientras que el ascensor de la Junta Directiva se encontraba en el otro extremo del edificio. El túnel era angosto y estaba iluminado con largos tubos de luz blanca; recorrerlo a paso rápido nos habrá llevado unos cinco minutos. El final del pasillo estaba marcado por una puerta metálica, la cual tenía una rejilla del tamaño de una nuez a la altura de la cabeza.

Brianna tocó tres veces la puerta y alguien del otro lado abrió la rejilla.

—Cielos violáceos—dijo Brianna a la rejilla.

La puerta se abrió y nos encontramos a varios científicos curiosos del otro lado. El que nos abrió la puerta había sido Dean White, el mismo que me había mostrado el simulador de realidad cuando entré aquí por primera vez.

—Llegó la pandilla de fugitivos—dijo White en tono burlesco—Pasen, llevamos horas esperándolos.

Brianna pasó por al lado de él con una rodada de ojos, se sentó sobre una mesa y se desabrochó la parte de arriba del traje de guardia. Debajo llevaba una camiseta negra de alguna banda de rock. Luego se soltó el pelo y se acercó a las pantallas desde donde estaban vigilando toda la Sede.

—Por cierto, felicitaciones, señora Humphrey—dijo White estrechándole la mano a Natalie.

Natalie le estrechó la mano a White, sorprendida.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora