Capítulo 48: El Creador

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Salí de esa habitación tan extraña en la que me había metido y fui corriendo hacia la entrada. Busqué mi arma por todas partes y no la encontraba. No podía quedarme más tiempo, algo horrible había pasado en esta casa.

Andrew Paterson no existía, se llamaba Dominic Howard, es adoptado, su padre se suicidó en esta casa cuando él era un adolescente. Me llamaba la atención de que no hubiera una sola foto actual de Andrew, esta casa parecía parte de un recuerdo.

En seguida se me puso en la mente que él podría ser el creador de la Lista y por ende, estaría relacionado con el asesinato de Dean White.

Dejé de buscar mi arma y me decidí a salir por la puerta. Justo cuando agarré la manija, escuché que alguien bajaba las escaleras.

—Buenos días, Alex ¿A dónde vas?—preguntó Andrew normalmente.

Se me heló la sangre cuando escuché su voz. Sólo quería salir de esta casa, él me dijo que había un teléfono a cinco cuadras de aquí.

—¿Te sientes bien?—se me acercó.

Me quedé observándolo tiesa, aferrándome a la manija de la puerta. Andrew me miró con los ojos entornados y luego dirigió su vista al pasillo donde estaba el estudio. Había olvidado cerrar la puerta. Ya era tarde para actuar normal y fingir que nada sucedió.

Andrew levantó su brazo y abrí la puerta de entrada. Salí corriendo tan rápido como pude y él salió corriendo detrás de mí.

—¡Vuelve aquí!—gritó.

Lo tenía pisándome los pies, podía sentir sus manos tratando de agarrarme de la camiseta. Casi llegando a la ruta, Andrew logró alcanzarme y me agarró de atrás. Me tapó la boca y comenzó a arrastrarme hacia la casa. Intenté gritar, patalear e incluso voltearlo, pero resultó ser más fuerte de lo que aparentaba.

Cuando llegamos a la casa, él me arrojó adentro y cerró la puerta detrás.

—¡¿Quién eres?!—le grité. Andrew volteó hacia mí y no respondió—Tu nombre no es Andrew Paterson.

—Deja de gritar y te explicaré, pero tampoco intentes escapar otra vez—me pidió en tono nervioso y se acercó a mí. Hice un paso hacia atrás y rodeé la mesa de café que nos separaba—Lamento lo que pasó recién, pero por favor no me temas, yo no estoy loco.

—Tú creaste la lista ¿cierto? Nos mentiste a todos...—lo miré con temor. Ahora Andrew sí parecía realmente preocupado, pero aún así se mantuvo en su lugar porque sabía que si se movía, yo saldría corriendo—Quién más pudo ser ¿no? Y sin embargo nadie dudó de ti.

Andrew tenía el perfil perfecto para ser el creador de la Lista. Él se conocía todo el sistema de la Sede, incluso sabía más que la Cueva. Se camufló bajo la fachada de chico bueno y todos la creyeron.

—¡Fue un error!—exclamó con una lágrima cayendo de su ojo. Negué con mi cabeza, todo esto parecía tan irreal. Andrew, siempre tan correcto y cortés, él no podía ser el responsable de tantas muertes—Tienes que escuchar mi lado de la historia, no te puedes quedar con esa versión. Por favor, Alex, escúchame, te lo suplico—no respondí. Estaba tan confundida, me sentía tan engañada—¡Escuchaste a Donelly, ahora escúchame a mí! Yo...yo soy tu amigo, yo te ayudé a escapar ¿crees que lo hubiera hecho si te hubiese querido muerta? Por favor, nadie más me va a escuchar, al menos quiero que tú sepas la verdad—se largó a llorar y se tapó la cara.

Di unos lentos pasos hacia adelante y él levantó la cabeza. Asentí con mi cabeza y él dibujó un gracias en sus labios. Cuando intentó acercarse, le señalé el sillón, indicando que se sentara. Andrew obedeció sin rechistar y tomó asiento, yo me quedé de pie frente él.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora