La luz del día ya comenzaba a irse y yo seguía en el lago tratando de descifrar lo que acababa de escuchar. Dean White estaba metido en algo muy oscuro, sino no hubiese recurrido a Brianna. Pero ¿por qué a ella? Creí que la odiaba. Y si él era el creador de la lista y Brianna lo sabía ¿por qué se calló? Dijo que no iba a traicionar a Natalie, pero si está callando la verdad, pues ya la está traicionando.
Pensándolo bien, White reunía todas las cualidades para ser el creador de la Lista y la principal de todas es que era un genio con la tecnología.
—Aquí estás—gruñó Jackson apareciendo por el pasadizo.
Volteé hacia él y de inmediato me di cuenta de que no estaba de buen humor.
—¿Qué estás haciendo aquí? Este era el jardín de Turner, no puedes estar aquí—dijo Jackson irritado, mientras me llevaba de vuelta hacia la Sede.
—¿Cómo que el jardín de Turner?—pregunté.
—No dejaba entrar a nadie y encima lo vigilaba todo el tiempo desde allá arriba—señaló Jackson hacia el edificio de la Sede. El ventanal de la habitación con los leones tenía vista directa hacia aquí, permitiéndole a Turner vigilar su jardín—Natalie lo va a sacar, no quedará rastros de esa mujer en este lugar. Por eso no deberías estar aquí sola.
Jackson caminaba apresuradamente por el pasillo de arbustos. Una vez que llegamos a la fuente, me detuve.
—Tengo que contarte algo—dije.
—Adentro me lo cuentas—respondió él.
—Espera un poco—lo tomé del brazo y lo detuve. No pareció gustarle nada esto, parecía querer irse lo más pronto posible—Creo que encontré al creador de la lista.
La mirada de Jackson se abrillantó.
—Iremos ya con Natalie—dijo.
Atravesamos los jardines corriendo hasta la Sede. En el camino le fui contando lo que había visto y escuchado. Jackson me creyó y luego de escuchar el relato, llegó a la misma conclusión que yo: Dean White estaba involucrado con la Lista.
Natalie aún utilizaba su despacho en la Academia, luego tendría que cedérselo al nuevo director y se mudaría al piso de la Junta Directiva.
Al llegar a su despacho, nos encontramos con Gower y Brennan también allí. Natalie, como siempre, estaba dando vueltas por toda la habitación leyendo un papel con los lentes puestos, Gower miraba por la ventana y Brennan estaba sentada de piernas cruzadas en el sillón tomándose un café.
Al vernos entrar de golpe, Natalie volteó hacia nosotros y nos miró por arriba de sus lentes.
—¿No deberían haberse ido a sus casas hace como una hora?—preguntó Natalie.
—Alex acaba de descubrir una pista que podría ser crucial—explicó Jackson apresurado.
Me miró para que empezara a hablar. Volví a relatar todo cuidando de no saltarme ni un detalle. Al finalizar mi relato, ellos no parecieron estar muy interesados por lo que acababa de contarles.
—Creemos que Dean White está involucrado con la Lista—les dije al ver que no decían nada.
—¿White?—sonrió Gower—Tendrán algún problema amoroso, no lo sé. Pero White, el creador de la Lista, imposible—rio—Habrás comprendido mal.
Brennan soltó una risita y siguió bebiendo su café. Natalie volvió a su papel.
—¡Yo no comprendí nada mal!—salté a la defensiva—Sé lo que vi, White estaba aterrado y Brianna dijo que ella no sería capaz de traicionarla ¡Eso no es un problema amoroso!
—¡Natalie!—exclamó Jackson desesperado.
Natalie levantó la vista y dejó el papel sobre el escritorio, al fin.
—Miren, Dean White, más allá de su soberbia o sus conflictos pasados con Brianna, es una persona de extrema confianza para la Junta Directiva—explicó Gower.
—Pero la Junta rechaza sus proyectos, ese es el resentimiento que él tiene—insistí.
—¿Sus proyectos?—rio Brennan—No le hemos rechazado ningún proyecto a White.
—Pero la pista, las motos, su programa de simulación de escenarios…
—Lo de las motos fue una elección justa, él lo admitió. Y su programa de simulación de escenarios tuvo el visto positivo de la Junta—explicó Gower—White fue quien diseñó la seguridad de la Sede y tiene contacto directo con la Junta.
—Es un empleado motivado—comentó Brennan desde el sillón.
—Exacto, no tiene ningún motivo para querer matarnos—terminó Gower.
No podía creerles, tenía que ser White, estaba segura. Sólo tenía que comprobárselos, no pararía hasta saber cuál es su relación con la lista. Tal vez debería empezar por Brianna.
—Antes de que te vayas, Alex, nos gustaría hablar contigo—dijo Natalie sentándose sobre su silla detrás del escritorio—Jackson, nos gustaría estar a solas con ella.
—Estaré en el vestíbulo—bufó Jackson, mirando a Natalie de reojo.
Una vez que Jackson cerró la puerta tras de sí, Natalie me indicó que me sentara en la silla frente a ella.
—Gower y Brennan me contaron sobre el contrato que habías hecho con Turner antes de su genocidio—empezó Natalie—Ellos me dijeron que estaban muy conformes contigo, así que quería proponerte mantener ese contrato. Además, a mí también me gustaría tenerte aquí, como agradecimiento a que nos salvaste la vida—sonrió—Te necesitamos.
—Pero ¿y mi abuelo? ¿no se enojará con usted?—pregunté.
Una cosa era trabajar para Turner, quien no tenía ninguna relación con mi abuelo. Pero no sé qué tan bien le caería que Natalie me propusiera que trabajara con ella en vez de con él.
—Ya lo hablé con él, no tiene problema mientras sea él el que te entregue el diploma de graduación—respondió Natalie.
—Entonces sería un gusto—dije con una sonrisa de oreja a oreja y extendiéndole la mano a Natalie.
—Primero concéntrate en graduarte de la Academia, y con buenas notas—sentenció. Comencé a reir y asentí con mi cabeza—Sólo una cosa, tu abuelo me dijo que apenas se terminaran las vacaciones de invierno volverías a Nueva York.
Ya no sonreía tanto. En serio que no tenía ganas de volver y menos de estar cuatro meses ahí. Siempre que vuelvo, pasa algo malo. Al menos cuando me gradúe podría mudarme aquí definitivamente.
—Esto merece festejo—dijo Gower sirviéndose un generoso vaso de licor.
Salí de la habitación echando chispas de felicidad. Cuando llegué al elevador, recordé que este estaba deshabilitado. Resulta que los alumnos de la Academia sí habían colocado unos cuantos petardos ahí dentro, pero recién explotaron a la mañana siguiente. Nadie resultó herido, ya que los habían colocado en los seguros del ascensor y sólo provocaron que este se desprendiera.
Tuve que usar las escaleras de emergencia, llegué sin aliento abajo. Apenas vi a Jackson en la puerta de entrada, fui corriendo hacia él y lo abracé.
—Me quedaré con Natalie—le dije feliz. Él me sonrió travieso y lo miré con los ojos entrecerrados—Tuviste algo que ver—lo acusé.
Él abrió la puerta de entrada y me concedió el paso. Afuera helaba y corría viento.
—¡Contéstame!—le sacudí los hombros divertida.
—Es posible que la haya puesto al tanto de algunas cosas—dijo cantarín—No hizo falta convencerla de nada, ella ya te tenía en mente.
Copos de nieve comenzaron a caer sobre nuestras cabezas. Sabía que iba a nevar, había estado amenazando todo el día.
—¡Maldito clima!—se quejó Jackson—Buscaré el auto, quédate aquí.
—¿No lo tenía tu mamá?—observé.
Jackson se golpeó la cabeza con las manos. Elena se había ido hacía un par de horas y se llevó el auto. Ahora estábamos varados. La parada de buses estaba como a diez minutos de aquí, pero ya era de noche y por la nieve no se veía nada.
—¿Y si estrenamos tu moto?—sonrió irónico.
Rodé los ojos y negué con mi cabeza. Luego saqué la llave de mi bolsillo y se la lancé.
—Nadie tiene por qué enterarse—sonreí.
Con Jackson aprovechamos las vacaciones de invierno para pasar todo el tiempo posible juntos, ya que durante cuatro meses no nos veríamos más que algún que otro fin de semana.
Mi familia había venido a pasar la navidad aquí. Al principio mi padre no iba a venir, pero le insistí en que lo hiciera, no quería que se quedara solo en Nueva York. Ellos se hospedaban en un hotel cerca de mi departamento.
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La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)
Teen FictionEste es el tercer libro de la trilogía El Campamento y antes de leerlo les recomiendo haberse leído Jackson (derivado de El Campamento que trata sobre el personaje homónimo) Sinopsis: Al final del primer libro, Alex y Jackson decidieron continuar co...