Capítulo 51: Llévame a Casa

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Los últimos cuatro meses de clases fueron estudiar y entrenar. Me había ido tan bien en la Academia durante los años anteriores que todo lo que rendí en mis exámenes finales no fueron más que un repaso para mí. Además, terminar con la Lista de Muerte me sumó muchos puntos para la parte práctica, por lo que no tuve que ser sometida a muchas simulaciones.

Jackson se mantuvo ocupado con la universidad y sus prácticas en el forense. Ahorrábamos dinero para visitarnos, lo cual logramos tres veces. Él vino dos veces, una de ellas para mi cumpleaños, y la otra fui yo y también me conseguí un departamento.

Me enamoré del departamento apenas lo vi, además está a solo unos minutos de la ciudad y tenía una muy buena vista ya que estaba en un décimo piso. Pero lo mejor era que tenía guardias de seguridad en la entrada, así que ya nadie podría entrar a mi departamento como si nada y tratar de matarme.

Stephanie y Beck me estaban ayudando a empacar mis cosas de la habitación, ya que partía en dos días y aún me quedaba por guardar algunas cosas, ya que por el tema de mis finales y posterior graduación, no tuve tiempo.

Ahora mismo estábamos guardando mis dibujos y pinturas en una caja aparte. Había toda una vida detrás de esos dibujos, además eran un montón. Tenía un mural, cuadernos y dos cajas debajo de la cama llenos de ellos.

—Mira, este es de hace siete años—comentó Beck mirando un dibujo de dos ojos—Aún me acuerdo, estábamos en la escuela cuando lo dibujaste y la maestra te sacó la hoja por no prestar atención.

—La clase de historia para mí era la clase de arte—reí y miré la hoja—Mira qué feo está, era uno de mis primeros dibujos.

—¡No jodas!—exclamó Stephanie descolgando un dibujo que estaba escondido en el mural—¿Dibujaste a Jason Goldbart?—rio.

—Fue hace mucho—le saqué el dibujo de las manos y me sonrojé—Y él me gustaba mucho.

—Sí, y la atención que te prestaba...—dijo Beck rodando los ojos—Parecías tan boba babeándote por él todo el día.

—¡Eso es mentira!—le golpeé el hombro.

—Si tu dices...—suspiró Stephanie lanzándole una mirada cómplice a Beck.

Me quedé mirando el dibujo, me traía tantos pero tantos recuerdos. Podía estar todo el día mirándolo y nunca me cansaba, en mi imaginación Jason me daba mi primer beso y hasta me veía casada con él. Para mí era un ser perfecto.

El recuerdo se sentía como de otra vida, levanté la cabeza y me di cuenta de que habían pasado dos años sin ver a Jason. En un pasado eso me hubiese parecido el fin del mundo. No dejaba de preguntarme si él seguiría gustándome de haber seguido vivo, cómo sería él ahora o en qué se especializaría en la Sede.

Más tarde mis amigos se fueron y me quedé mirando mi habitación con cierta nostalgia. Se veía tan aburrida sin los dibujos ni las fotos ni mis pertenencias. Mi mamá se había quedado a mi lado limpiándose las lágrimas de los ojos.

—Nunca vi esta habitación tan ordenada—dijo mi mamá—Y ahora extrañaré verla desordenada.

Me abracé a su cintura. La puerta se abrió de golpe y entró Peter con una caja enorme. Emma y Sam lo venían siguiendo de atrás con más cosas. Emma arrastraba una caja con gran dificultad.

—Hagan permiso, estoy en plena mudanza—se explicó Peter.

—Creí que la habitación quedaría para Emma—observé mirando a Peter enojada.

—Tiene dos años, ni siquiera le importa en qué habitación duerme—respondió Peter—Además no puedo seguir compartiendo habitación con Sam, ya soy grande.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora