Capítulo 23: El Problemático

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Últimamente pasaba mucho tiempo con Francesco, él era la única razón por la que no volví a mi casa, eso y que todavía no estaba lista para enfrentar a mi padre. Desde que la Junta Directiva me ofreció trabajar con ellos, me sentía mucho mejor, al menos me ayudó a pensar en otra cosa además de Jackson, estaba muy dolida con ese tema. Incluso odiaba a Noah por haberme contado que Jackson salía con Bill, como si supiera que eso me dolería...No, él no sabía nada y por supuesto que no lo hizo por maldad, era un chico magnífico. Pero el hecho de que fuese el mejor amigo de Jackson me hacía odiarlo, a él y a todos los demás.

No faltaba mucho para que Francesco se mudara a su nuevo departamento y le ayudé a ordenarlo, también lo puse al tanto de todos los sucesos de estas últimas semanas. Había estado tan ocupada que ni siquiera había tenido tiempo de contarle todo lo que sucedió, aunque tampoco quería preocuparlo, no le arruinaría otro verano.

—¿Después de todo lo que hiciste por él, te dejó?—preguntó disgustado.

—Bueno, no dijo que estaba rompiendo conmigo—razoné.

—No, sólo te gritó que te fueras—contestó sarcástico.

Me senté sobre el sillón que acabábamos de acomodar y me tapé la cara con las manos. Fran se sentó a mi lado y me colocó una mano sobre la espalda. Me abracé a él, tenía olor a pan recién horneado y me abrió el apetito.

—Es que en serio creí que se iba a dar—sollocé—Lo extraño tanto.

Me dolía más ahora que cuando él estaba capturado, ahora me sentía mucho más lejos de él y no podía soportar que me odiara. Yo también lo odiaba por andar de fiesta mientras yo estoy aquí llorando por él, pero asimismo quería volver con él. Me sentía tan estúpida ahora mismo.

—Se arreglarán—me consoló Francesco—¡Es que son tú y Jackson! Desde que los conozco han formado el equipo perfecto, no puede ahora venir alguien y separarlos, sería ridículo. Además no tienes que preocuparte, él siempre está enojado ¿no? Ahora sólo está un poco más enojado de lo usual, se le pasará—reí mientras me sorbía la nariz—¿Te quedas a cenar?—preguntó Francesco con su sonrisa boba—Así estrenamos la nueva cocina con unas pizzas a la Francesco.

Definitivamente, estar con Francesco me hacía olvidar de todos mis problemas, siempre tenía alguna anécdota graciosa que contarme, era sin duda la persona más boba que había conocido en mi vida.

Nos sentamos en el sillón a comer pizza casera mientras me hablaba de sus últimos días en la escuela y de esa compañera llamada Lucía que le gustaba desde siempre; pero Francesco siempre metía la pata.

—¿Ella sabe que existes?—le pregunté lo más sutil posible.

Hasta ahora lo único que venía escuchando era todo sobre Lucía y su cabello, Lucía y sus facciones, Lucía y su voz cuando susurra. Y hasta ahora lo único que me imaginaba era a Francesco escondido detrás de un arbusto espiándola.

—Claro que sí—sonrió—El último día de clases ella estaba ahí, caminando por el pasillo con su hermoso cabello ¿Ya te dije que lo tiene ondulado y sedoso?—asentí dulcemente con mi cabeza. Me lo dijo mil veces—Y entonces yo, que estaba por entrar a mi salón, me quedé observándola y terminé chocando con la puerta. Se me rompieron los lentes; pero aún así pude ver cómo ella se reía de mí. ¡Lucía notó mi existencia, Alex!—exclamó rebosante de alegría.

—Apuesto que nunca olvidará eso—suspiré.

Debería sentir lástima por Francesco, pero lo contaba como si fuese el hecho más romántico de su vida y no podía evitar sonreír con él. Ojalá Jackson fuese más como Francesco, no había una pizca de maldad en él y era sincero como nadie, además de inocente. Y cómo hablaba de esa chica, hacía poesía con sólo describir su rostro. Jackson podía ser tan frío y complicado a veces.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora