Capítulo 30: La Secuela

261 35 5
                                    


No era raro que no quisiera hablarle a nadie, ni que no me atreviera a mirar a mis padres a los ojos y decirles “Intentaron violarme” No, hasta en mi cabeza me costaba pronunciar esas dos palabras.

Aún tenía sus dedos marcados en mi cuello y en mi cuerpo, no importaba cuántas veces lo lavase, aún sentía como si su saliva siguiera fresca en mi mejilla. Sentía tanto asco.

Si Jackson no hubiese llegado…me daba pánico pensar en qué hubiese sido de mí. Lo mejor que me podría haber pasado esa noche si Jackson no hubiese estado aquí, es morir.

Sentía un miedo intenso y no quería salir a la calle, no quería volver a venirme sola de la Academia, no quería volver a tomar el tren y me daba pánico que alguien se me acercara.

¿Cómo ser la misma que era antes luego de esto? ¿Cómo volvería a reír? ¿Cómo volvería a caminar sin problema por las calles o a pisar una estación de tren? No quería seguir aquí, de eso estaba segura.

—Tienes que agradecer que no te alcanzó a suceder nada—dijo Stephanie a mi lado—Es el susto lo que te hace pensar que nada volverá a ser lo mismo, como esa vez que me apuntaron con un arma para sacarme la mochila, tardé tres meses en volver a caminar por la calle sin sentir miedo. Con el tiempo todo pasa.

—Quiero que esos tipos se mueran—me largué a llorar.

Estuve un buen rato llorando en mi cama. La luz del día entraba resplandeciente por la ventana de mi habitación y contrastaba mucho con mi estado de ánimo. Stephanie me ayudó a arreglarme por primera vez en estos días y bajé las escaleras.

No esperaba encontrarme con semejante caos en la sala.

Mi padre y mi madre, Jackson y Beck mantenían una discusión acalorada. Beck parecía estar del lado de mi padre, mientras que mi madre parecía estar con Jackson.

—¡Esto es culpa de él!—bramó mi padre dirigiéndose a Jackson—Si no fuera por él, ella no estaría envuelta en todo este problema y ahora no le habría sucedido esto.

—¡Yo fui quien la rescató!—dijo Jackson poniéndose rojo.

—También fuiste tú quien la metió en este lío—aportó Beck con una sonrisa sádica.

—¡Tú te callas! Que también la has hecho sufrir bastante—contestó Jackson.

Ninguno había notado que estaba parada al pie de la escalera escuchando toda su pelea.

Beck se puso rojo de ira y se metió detrás de mi papá.

—No te la llevarás de nuevo—sentenció mi papá.

—No está segura aquí—repuso Jackson tratando de mantener la calma.

—¿Tú que sabes qué es bueno para ella y qué no lo es? ¿Cuántas veces arriesgó su vida por ti y por tus problemas?—continuó mi padre.

Jackson, de repente, pareció verse tan solo e indefenso allí. Eran dos contra uno, no sabía aún de qué lado estaba mi mamá, y no entendía por qué no hablaba, creí que apoyaba a Jackson. Aunque supongo que no le llevará la contra a mi padre, odiaba eso de ella. Jackson se podría haber rendido hacía rato, no tenía por qué estar aquí peleando con gente con la cual no tenía sentido pelear.

—No saben nada sobre ella—musitó Jackson.

Beck rio incrédulo.

—La conozco hace años, créeme que el que no sabe nada sobre ella eres tú—dijo Beck—Si en serio crees conocerla, déjala que se quede con su familia, en su hogar. ¿No crees que merece algo mejor que andar huyendo todo el tiempo?

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora