Capítulo 49: El Origen del Mal

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Luego de que Andrew terminó de contarme su historia, ya no parecía el mismo. Había descubierto que era una persona llena de odio, de rabia, perseguido por el abandono. No podía sino sentir lástima por él. Si no fuese por Turner, él ahora estaría aquí con su padre, sería normal y feliz, ignoraría por completo la existencia de mi mundo. Me parecía simplemente irreal que una persona como él deseara tanto acabar con su vida.

—Andrew, aún puedes salvarte—le dije, acercándome lentamente hacia él.

—No...no, yo ya no tengo salvación—dijo con mirada de loco y la cara mojada en lágrimas—¿Quién volverá a hablarme luego de que se enteren de todo lo que hice?

A mí también se me resbalaban las lágrimas porque me había encariñado con él y no soportaba que creyera que su vida estaba terminada. Pero se había vuelto loco. Había matado a White porque este lo había descubierto y lo mató de un ataque de furia. Tenía que tratar de mantenerme bien con él para escapar.

—Te usaron...—le dije mientras miraba hacia todas partes en busca de algo con qué defenderme.

—¡No trates de sentir compasión!—espetó—¿Quién manda a matar a su propia madre?

Andrew se agarró la cabeza y la apoyó contra la pared. Miré hacia la puerta de la cocina y allí vi mi arma apoyada sobre la mesa. Aproveché que él estaba distraído llorando y me fui acercando lentamente hacia la cocina. Una vez que crucé el umbral de la puerta, corrí hacia el arma y la tomé.

Andrew se dio cuenta y vino hacia mí. Levanté mi arma y le apunté. Él ni siquiera se inmutó.

—Está descargada—dijo—Sabía que irías con ellos.

Andrew se llevó la mano a la espalda y se sacó una pistola de ahí. Por impulso, solté el arma y levanté los brazos.

—Andrew, por favor—supliqué. Él me apuntó a la cabeza con las manos temblorosas—¿Por qué me salvaste si ahora me matarás?

—¡Porque reactivé la lista tratando de sacarte a ti y no podría soportar verte muerta!—estalló—Y después de todo lo que he hecho por ti sigues volviendo con él.

¿Su locura pasaba por Jackson?

Andrew dejó el arma sobre la mesa y se acercó a mí. Lo miré asustada y me quedé estática en mi lugar. Luego él me tomó los brazos y comencé a forcejear, entonces Andrew me atrajo hacia él.

—Yo no puedo matarte—dijo mirando mis labios.

—Entonces déjame ir—murmuré.

Él alejó su cabeza y se quedó mirándome. Sus ojos estaban al rojo vivo y su mirada era tan oscura que llegaba a asustar. Esta no era la persona que conocí en esa boda, la que siempre había sido tan amable conmigo y con todos, incluso con Jackson.

Empujé a Andrew y me lancé sobre la mesa para tomar el arma. Cuando la agarré, Andrew me tomó las caderas por atrás y trató de alcanzarme el arma. La tiré sobre la puerta que salía al jardín trasero para que él no la agarrara. Entonces Andrew me lanzó de cara contra la pared. Me di con la frente y caí al suelo. Me toqué con la mano en la línea de crecimiento del cabello y esta quedó ensangrentada. La vista se me nubló y me sentía mareada.

Vi que Andrew tomó un cuchillo del cajón a su lado y venía con él hacia mí. Comencé a arrastrarme hacia el arma, pero él me tomó los pies y me arrastró hacia atrás. Luego se me puso encima y me colocó el cuchillo sobre el pecho.

—¿Por qué me haces hacer esto?—preguntó sollozante.

—¡Eres un maldito psicópata!—dije adolorida y le metí un rodillazo en la entrepierna.

La Lista de Muerte (2° parte de El Campamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora