Capítulo 21.

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—Jungkook.—su madre lo llamó, recostándose en el marco de la puerta de su habitación.

—¿Que, Mamá?.—Jungkook contestó pero no le devolvió la mirada, demasiado ocupado peinando sus cabellos.

—¿Por que te estás arreglando tanto, hijo?.—se cruzó de brazos.

—No es tanto.—esta vez la miró—.Y deja de mirarme así.

—Solo quiero saber porque mi hijo se está arreglando así de mucho tan repentinamente.—insistió.

—A veces me gusta arreglarme.

—Pero no tanto.—contraatacó la mujer.

—Ya Mamá.—terminó de ordenar su cabello, para luego desordenarlo ligeramente—.Saldré con unos amigos.

—¿A donde?.

—A casa de un amigo.

—Entonces eso ya no es salir con tus amigos.—entrecerró los ojos—.¿Vas a alguna fiesta, Jungkook?.

—No.—Jungkook chilló—.Claro que no, Mamá.

—Entonces explícate, o no te dejo salir.—amenazó.

Jungkook suspiró, rondando los ojos, su madre llegaba a ser exasperante en algunos momentos, como en este preciso momento.

Jungkook se echó un vistazo en el espejo de cuerpo completo, su cabello se veía esponjoso, como a el le gustaba, este día había decido colocarse algo más normal, ya que además jugarían algunos juegos, por lo que se colocó unos jeans ligeramente apretados y una sudadera blanca enorme. Pero eso no hacía que se viera menos bien, al contrario, lo favorecía mucho.

Cuando dio su visto bueno a su imagen en el espejo se giró a encarar a su madre—.Vamos a casa de un amigo a jugar algunos juegos.

—¿Yugyeom?.—su madre inquirió.

—El no viene, son unos amigos nuevos que he hecho.—explicó rápidamente.

Su madre elevó una ceja—.Todo esto es muy extraño, Jungkook.

Antes de que Jungkook pudiera contestarla una bocina se hizo escuchar, y Jungkook inconscientemente se dio media vuelta para volver a verse en el espejo y confirmar que se viera bien.

—Mamá, debo irme.—dijo de forma apresurada—.Prometo que cuando vuelva te diré todo.

La mujer suspiró, debía detener aquella manipulación que recibía por parte de su hijo pequeño con aquella carita de cachorrito, aunque, a quien engañaba, si su hijo ponía esa carita ya había perdido la batalla.

—Bien.—le hizo un gesto con la cabeza—.Te estaré esperando.

—Si, Mamá.—Jungkook se acercó a ella de forma rápida, besando su mejilla—.Te quiero, Mamá.

La mujer rió, negando con la cabeza y caminando hacia su habitación—.Yo también te quiero, hijo.

Jungkook no se dio cuenta en que momento había bajado tan rápido que ya se encontraba en el asiento de copiloto, al lado de Jimin, y aprovechó para echarle un vistazo, este estaba sonriendo mientras arrancaba nuevamente el coche.

—Hola.—Jungkook susurró.

Jimin se rió, mirándolo curioso—.Ya me saludaste, Jungkook, y yo te devolví el saludo.

—Oh.—Jungkook deseó que el sillón del coche se lo tragara, era como si no recordara nada desde que bajó las escaleras hasta que salió de la casa y se subió al coche de Jimin.

—No pasa nada.—Jimin murmuró, concentrándose en la carretera.

Y Jungkook se imaginó como aquellas series románticas que tanto había visto en la televisión, que Jimin lo hubiera saludado con un beso al entrar en el coche, en los labios cabe destacar, que se hubiera ofrecido a ponerle el cinturón, que mientras conducía hubiera colocado una de sus manos en el muslo del menor y él aprovecharía para entrelazar sus dedos.

Conquistando a Hyung. |Jikook| ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora