capítulo 11

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El que a hierro mata, a hierro muere:

Narración:

21 de enero:

El mismo día que Kara le hizo justicia a su hija, ese mismo día pero por la noche, dos hombres vestidos como judiciales se infiltraron sigilosamente en la penitenciaria en donde estaba Soichi Tomoe, para ir por él.

El plan era hacerle creer que lo ayudarían a escapar, pero en realidad solo fueron por él para asesinarlo por órdenes del mafioso Pharaon.

Pharaon estaba siendo perseguido sin descanso por culpa de Soichi. Su organización en Nueva York había caído y ya le quedaban muy pocos sirvientes. Estaba más que furioso, y por lo tanto quería que Soichi pagara caro sus estúpidos errores, pues todo eso era su culpa.

De haber sido más inteligente y no meterse en líos que no le concernían, en este momento ninguno de los dos estaría en esa situación...

* levantate, Tomoe; te vas de aquí.

Soichi se levanta de la "cama" muy extrañado.

* el abogado pudo al fin conseguirme el amparo?

Preguntó mirando como abren su celda.

* no. Esto es gracias a Pharaon, te está esperando en una casa de seguridad lejos de aquí, así que date prisa, sabes que no le gusta que lo hagan esperar aún sin importar que sean muy amigos.

Soichi no puede creerlo aún, pero obedece pues todo es mejor que estar ahí metido en una apestosa celda.

* debes llevar las esposas puestas. Es parte del plan.

Dice el segundo al mando poniéndole las esposas. Después, los tres como si nada caminan rumbo a la salida, hasta que aparece uno de los cenadores.

* a dónde llevan a este hombre? Con qué derecho lo sacaron de su celda?!

* tenemos órdenes explícitas del juez.

Le entregan un documento perfectamente falsificado en donde aparentemente el juez encargado de ese caso, lo manda a trasladar a otra penitenciaria más reforzada y de alta seguridad.

* y por qué tiene que ser a estas horas?

* eso pregunteselo al juez. Nosotros solo seguimos órdenes.

* está bien, llevenselo. Pero sin llamar mucho la atención. La prensa sigue atenta con este caso y no podemos dar información.

Los hombres asintieron y junto con Soichi al fin salieron y lo subieron a una falsa patrulla especial para trasladar a los presos de alto peligro.

Soichi cada vez se sentía más feliz y ya estaba planeando como hacerles pagar a los Chiba todo lo que le hicieron pasar en esas cuatro paredes.

Unas horas después y justo a la media noche, por fin llegaron al lugar de la supuesta casa de seguridad.

Soichi ya sin las esposas puestas, bajó de la patrulla, deleitándose con el paisaje. Estaban en medio de la naturaleza. A lo lejos se podían escuchar los sonidos que emitían los diferentes animales nocturnos, y nada más...

* camina.

Dice tomándolo del brazo. Eso a Soichi lo molestó. Sus aires de grandeza habían vuelto, así que con un insulto le dijo que no le volviera a poner las manos encima.

* jajaja estúpido. Gran error el tuyo de tratarnos así, ahora que tu vida depende de nosotros dos.

* de qué diablos hablan? Y cómo osan hablarme de esa manera!

Caminos Inesperados 🌛🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora