capítulo 20

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Orgulloso de ti:

Celeste:

* te amo, mi pequeña y siempre te cuidaré.

* yo también también te amo Bebé!

Lo besé en los labios y mi corazón latió como loco de felicidad! Lo amaba y es con él con quien quiero pasar el resto de mis días. Tener hijos y llegar a viejitos juntos...

Él, rodeó mi cintura y sin sentirlo me cargó en horcajadas para llevarme a la habitación. Cuando llegamos me recuesta con delicadeza en la cama. En definitiva íbamos a entregarnos en cuerpo y alma. Pero, precisamente en ese momento una voz grave y ronca que no pertenecía al hombre de ojos zafiros habló, y ahí supe que todo era un sueño. Abrí los ojos y al ver a Diamante frente a mí, que sostenía casi medio de mi cuerpo en su regazo, de inmediato me incorporé!

Me sentía ruboriza por el sueño que estaba teniendo y luego lo primero que veo es a él y así!
Estábamos en la parte trasera de su automóvil. Lo pude saber a pesar de mi desorientación.

* joder Celeste! Me diste un buen susto! Creí que esos bastardos te habían dado algo.

Los tipos! Pude recordar todo. Incluso el pánico!

* en dónde están?! Y cómo es que estoy aquí con usted?! Qué ocurrió?!

Pregunto sobresaltada llevándome las manos a la cabeza. Quería obligarme a recordar si él estaba ahí, pero solo vi al rubio, el que por cierto, también estaba aquí. En el asiento del copiloto.

* tranquila, Celeste. Acabas de sufrir un terrible shock, pero trata de relajarte. Yo te contaré que sucedió cuando llegué, y como es que estábamos ahí.

Lo miré directo a los ojos, prestándole toda mi atención.

* cuando te fuiste, noté que las luces traseras de tu auto estaban rotas. No recordaba que lo estuvieran. Era tan raro, que le pedí a Akiral que revisara las cámaras de seguridad que dan hacia la entrada, y ahí vimos como un hombre vestido de negro le hacía algo a tu auto, y al final, rompió las luces. No comprendemos por qué? Para que hacerlo si ya lo había saboteado. Pero quizás fue para que nadie te siguiera o esto provocara algún accidente. Qué sé yo.

* fueron los mismos que...

* no lo sé. En la cámara nunca se le vio el rostro y ambos bastardos que te tenían sujeta, no los alcanzamos a ver. Akiral por fortuna siempre va armado y gracias a eso pudimos evitar que te hicieran algo peor antes de huir. Los persiguió y logró herir a uno de ellos, pero lograron escapar. Dijo que una camioneta los estaba esperando unas calles más adelante.

Pero que locura! Todo eso?
Un escalofrío me recorrió completa.

* eso es cierto?

Le pregunto al rubio. Él debe ser Akiral pues solo él estaba con Diamante cuando me fui.
Hasta ahora ignoraba su nombre.

* perdone, señorita. Yo no soy Akiral. Él es mi hermano y se está haciendo cargo de buscar a esos desgraciados. Yo y otros hombres vinimos en cuanto el señor Black nos dijo que nos necesitaba.

Miré a Diamante. Ahora entendía menos.

* Celeste, Akiral y Kiral son gemelos. Ambos son mis guardaespaldas y hombres de más confianza.

* oh! Ya veo... Pero aún no comprendo todo. A dónde vamos? Y por qué los llamó si ya no corremos peligro, o sí?

* lo hice porque temí que fueran a secuestrarte luego de haber visto ese vídeo. Quería impedirlo a toda costa. Los llamé en el auto mientras te buscábamos. No sabes el miedo que sentí cuando vi tu auto a medio camino, sin ti. Por fortuna no nos quedamos ahí con los brazos cruzados y llegamos a tiempo. Ahora nos dirigimos al hospital. Quiero asegurarme que estás en perfecto estado.

Caminos Inesperados 🌛🌜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora